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Unió se queda sin su último diputado

El eurodiputado Gambús dice que hay quien "quiere seguir condicionando la vida de Unió"

Àngels Piñol
Francesc Gambús (derecha) con Ramon Tremosa.
Francesc Gambús (derecha) con Ramon Tremosa.EFE

Unió se convirtió en 2015 en un partido extraparlamentario al no obtener ningún escaño en el Parlament y en el Congreso. Y ahora acaba de perder a su cargo de mayor rango institucional: el eurodiputado Francesc Gambús, que no renunciara a su escaño. En una entrevista en la agencia Efe, Gambús ha anunciado que pone fin a sus 22 años de militancia al constatar que "hay gente que había dicho que se apartaba de la dirección" pero que  "quiere seguir condicionando la vida del partido y desmontando los procesos de regeneración' que tenían que potenciar la 'transparencia". La denuncia es una alusión directa al entorno de Josep Antoni Duran Lleida, que dimitió como presidente del comité de gobierno tras el 20-D.

CDC envía un burofax a Unió para que reconozca la deuda

À. PIÑOL

Convergència  ha remitido un burofax a Unió Democràtica para que haga un reconocimiento de la deuda que tiene contraída en su condición de exsocio de la federación y que se eleva a 1,8 millones de euros. La suma se deriva del montante al que ascendió la deuda electoral de las últimas elecciones municipales en la que los dos partidos concurrieron aún de forma conjunta. El global de la suma es de 6,8 millones de euros, de los que le corresponden a Unió 1,8 millones, en aplicación de la fórmula del 75% para CDC y el 25% para los democristianos. El convergente Francesc Sánchez ha señalado que el burofax responde a la necesidad de dejar constancia del reconocimiento de esa deuda ahora que Unió ha solicitado el preconcurso de acreedores y ha atribuido a una mera casualidad el hecho de que la carta coincida con las declaraciones de Francesc Homs, portavoz de Democràcia i Llibertat, que instó a los democristianos a saldar sus deudas al sostener que si tiene dinero para sufragar una campaña electoral también lo debería tener para cancelar sus pagos pendientes.

Con una deuda de 19 millones de euros, en una situación de preconcurso de acreedores y acosado por los pagos que le reclama Convergència, Unió atraviesa una situación sumamente crítica aunque ha decidido presentarse de nuevo a las elecciones. Gambús comunico este martes por la noche al partido su renuncia a la militancia y este mediodía ha publicado en su blog una carta abierta a la militancia en la que da cuenta de sus razones.

En el documento, el eurodiputado hace un relato del desplome de Unió y expresa su desazón al constatar que es falsa la voluntad de regenerar el partido "hacia dentro y hacia fuera" pese a la marcha de Duran."No era una oportunidad real porque algunos mantienen y quieren mantener intacta su capacidad de influencia y, lo que es peor, ni siquiera tienen intención de renunciar a su estilo", señala Gambús. En su opinión, algunos no tienen la menor intención de enmendar su "pasado reciente" y, pese a "retiradas muy visibles, loadas y aplaudidas", quieren seguir "desbaratando cualquier intento de renovar el partido y llevarlo hacia adelante, hacia el siglo XXI".

Gambús ni siquiera considera que la clave para su marcha sea la pésima situación económica heredada por una manera de hacer en los últimos 20 años sino que la basa en esa falta de regeneración. No olvida que el partido ha dado la sensación durante mucho tiempo de estar más cerca de los poderosos y alejado de la calle, que ha parecido "distante" y "arrogante". Con todo, no renuncia al escaño porque considera que fue elegido eurodiputado por su defensa, entre otras razones, del derecho a decidir y reivindica el resultado de la consulta interna de Unió a favor de una negociación con el Estado pero renunciando a la secesión.

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En su entrevista previa, Gambús ha defendido que Unió sigue habiendo un espacio político para lo que debería representar Unió: "Un centroderecha que cree en el derecho a decidir, que no rechaza la independencia pero que quiere hacer las cosas con rigor". Pero su paciencia se agotó después de que la asamblea de la federación del partido en Barcelona, en la que la candidatura que encabezaba Oriol Lázaro, jefe de la oficina parlamentaria de Gambús, se vio desbancada por otra lista alternativa, articulada a última hora y liderada por Alex Miró, con la connivencia de Josep Sánchez Llibre y Manel Silva, dos de los más estrechos colaboradores de Duran Lleida. Dentro de la candidatura ganadora, ha dicho, hay "muy buena gente", pero "algunos recurrieron a los trapicheos de siempre" para frustrar una lista unitaria y poder ganar la asamblea, movilizando a militantes a los que "luego no se les ve en todo el año".

Pese a que no ha querido personalizar sus acusaciones contra los que "movieron hilos" en esa asamblea, sí ha asegurado que hay "un conjunto de gente que se resiste al cambio". "Creí que, con la retirada de Duran y de una serie de gente que dijo que se iría al mismo tiempo que él, se abría una oportunidad para llevar a cabo un proceso de regeneración de veras, no de maquillaje, que podríamos hacer todos juntos, sin que implicara la enésima crisis en Unió", ha señalado. Una vez constatado que "no todo el mundo está alineado con la regeneración que hace falta", Gambús ha decidido irse del partido, "en parte para no generar un conflicto interno que sería letal" para una formación en estado crítico. "Yo no entré en política para pelearme con los míos a cada momento", ha razonado.

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