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CONCIERTOS
Crónica
Texto informativo con interpretación

Sidecars se gradúan

La banda de rock madrileña cuelga su primer cartel de “no hay entradas” en Los Matinales de El País

Sidecars en su concierto del domingo en el Teatro Nuevo Apolo.
Sidecars en su concierto del domingo en el Teatro Nuevo Apolo.BERNARDO PÉREZ
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Cuando Leiva salió al escenario a acompañar a Sidecars en su última canción, el patio de butacas casi se viene abajo. El exPereza le pasó el brazo por los hombros a su hermano Juancho, el cantante, y le dijo algo al oído. Y tocaron Contra las cuerdas, un tema desconcertantemente sofisticado para una banda tan joven, por el que sobrevuelan Supertramp, Fleetwood Mac y el AOR de los ochenta. Sucedía ayer domingo a la hora del vermut en el teatro Nuevo Apolo, dentro de las matinales organizadas por EL PAÍS en colaboración con Planet Events y Les Nits de l’Art.

Juancho es un tipo menudo, que maneja con soltura a un público masivo que hacía semanas había agotado las entradas. Mayoritariamente femenino y más cerca de los veinte que de los treinta, cantó cada sílaba de a grito pelado. El trío madrileño salió al escenario acompañado por otras dos guitarras, un teclado y percusión. Más acostumbrados a recintos pequeños, no podían ocultar su cara de asombro ante tanta entrega. “Está pasando algo grande entre nosotros y nuestro público”, diría Juancho después en el camerino. “Ya alucinamos cuando nos dijeron que habíamos agotado las entradas”, interviene Ruly, el batería. “Al principio teníamos miedo de dar este salto y acabar tocando con el teatro vacío”. “Esto supera nuestras expectativas”, dice Dr. Gerbass, el bajista, “es un sueño”.

El hermano mayor de Juancho, Leiva, esperaba en el pasillo con expresión de orgullo. Él se ha ocupado de la producción de los cuatro discos de Sidecars, una banda en la que se nota su sello e: sus referencias van de The Rolling Stones a Los Rodríguez, pasando por Burning. Habla de desamores, de encuentros en garitos musicales como el Costello, de amaneceres en Gran Vía. Rock cotidiano, vamos. Del de toda la vida.

Antes del concierto, a las 12 del mediodía, la cola para entrar al teatro Nuevo Apolo colapsaba la plaza de Tirso de Molina. “Llevamos semanas esperando este día”, dice un grupo de veinteañeras visiblemente excitadas. “Estamos en la tercera fila, para tenerlos bien cerca. No nos queremos perder ni un detalle. Es una pasada cómo tocan”.

Su último disco, Contra las cuerdas, revisa canciones anteriores en formato acústico y las sofistica. Ha sido un espaldarazo. Ha contado con la colaboración de Iván Ferreiro (Los Piratas), Carlos Tarque (M-Clan), Dani Martín (El Canto del Loco) y, claro, Leiva, en el tema que le da título.

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Durante la jornada predominaron medios tiempos como La tormenta, Una eternidad o Salir a matar, pero hubo momentos más intensos con temas como Ya no tengo problemas, en el que subieron de revoluciones. Cuando tocaron De película, Juancho prácticamente se desentendió del micrófono para que sus fans la cantaran de pe a pa por él.

Al final del concierto, los tres componentes de Sidecars se quedaron sentados en el escenario varios minutos, mirando atónitos a un público que no paraba de aplaudir, levantado de sus butacas, sin intención de irse.

—¿Qué te dijo tu hermano al oído, Juancho?

—Que estaba tan emocionado de ver lo que me estaba pasando que, si no podía cantar, se quedaría al fondo del escenario.

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