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La Real Filharmonía de Galicia, retransmitida por Youtube

Calidez, precisión y vivacidad en los conciertos del pasado fin de semana

La Real Filharmonía de Galicia ha celebrado dos conciertos –el jueves en Santiago de Compostela y el viernes en Ferrol para la Filarmónica Ferroalna- con su director principal invitado Christoph König en el podio. En programa, la obertura de la opereta La bella Helena, de Jacques Offenbach (1819 – 1880); el Concierto nº 3 para trompa y orquesta en mi bemol mayor, KV 447 de Wolfgang Amadeus Mozart (1756 – 1791), en el que actuó Jordi Ortega como solista, y la Sinfonía nº 1 en si bemol mayor, “Primavera”, op. 38 de Robert Schumann (1810 – 1856).

El concierto del jueves fue retransmitido en directo, via streaming, en la web de la RFG y por Youtube. Fue un programa para ser consumido sin sobresaltos por el público más conservador, tanto en directo como en la pantalla de casa. En la obertura de La bella Helena mostró König el desenfado que Offenbach desplegaba en sus operetas. Pero el aire de ligereza intrascendente -como el vistoso ropaje de un grupo bailando el can-can- no oculta su dificultad técnica, la brillante orquestación del maestro franco-alemán y la soberbia paleta orquestal de su partitura.

El Concierto nº 3 para trompa es, con mucho, el más serio de los tres que compuso Mozart para el instrumento. Esto se manifiesta tanto en la profundidad de su Larghetto central como en en el virtuosismo requerido al solista en los movimientos extremos. La interpretación de Jordi Ortega –escuchada el jueves en streaming- mostró un sonido de preciosa limpidez.

El viernes, escuchado en directo en el teatro, se pudo apreciar mejor la calidez de su sonido, cualidad que informó también la interpretación en sí misma, aunque la seguridad se resintió algo en algunos ataques puntuales. No debemos olvidar que la trompa es muy probablemente el instrumento que ofrece a sus intérpretes la peor relación entre su esfuerzo y calidad técnica y el lucimiento logrado.

El acompañamiento de la RFG y König, totalmente mozartiano por precioso y preciso; tanto en las cuerdas como en los clarinetes y oboes.El cuarteto de trompas de El cazador furtivo, de Weber, que Ortega y tres compañeros de la orquesta regalaron como bis al público de Ferrol, fue quizás la obra más aplaudida por este.

Y Schumann: el más alegre y juvenil; el que comenzó a escribir para orquesta a impulsos de Clara, tras su reciente matrimonio y antes de sus problemas matrimoniales y mentales. Toda la frescura de la Sinfonía Primavera se manifestó en la versión de König con la Filharmonía. Muy bien fraseada desde la introducción del Allegro inicial (Andante un poco maestoso), la vivacidad de este y el profundo sentimiento del Larghetto marcaron la interpretación. A destacar, el sonido de los chelos en su repetición del tema principal.

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El inicio del Scherzo, atacado algo lento, tuvo más de solemne alegría que de juego; la fuerza de su ritmo ternario fue imagen da la alegría inicial de la pareja recién casada. Los sucesivos cambios rítmicos y de carácter parecieron presagios del choque vital que Robert y Clara experimentarían a lo largo de su vida en comúbn. El Allegro animato e grazioso tuvo algún desajuste en el canto de los violines. Los tutti mostraron la calidad de sonido de la Real Filharmonía, veinte años después de su debú.

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