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Festival Electrónica en Abril

El arte de llevar la contraria

Damian Schwartz lleva, literalmente, media vida haciendo música y pinchando. Mañana presenta ‘The Dancing Behavior’, su primer disco largo en ocho años

Damian Schwartz en su estudio de Madrid.
Damian Schwartz en su estudio de Madrid.Luis Sevillano
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No es el principal objetivo de Electrónica en Abril dar visibilidad a los artistas locales, pero tampoco se rehuye esa posibilidad, si se tercia. “Este año da la casualidad de que Damian Schwartz, músico de Madrid, presentará en exclusiva su nuevo disco, el primero tras un silencio de ocho años, en un formato que difícilmente podrá verse en otro lugar, ya que contara con muchas de las maquinas de su estudio”, dice la organización.

Su segundo disco, The Dancing Behavior, que saldrá a la venta a finales de abril, cumple al pie de la letra el concepto del festival: música hedonista, orientada al baile. Melodías abstractas con patrones rítmicos herederos del techno de Detroit. Un álbum más que destacable al que Schwartz, que edita regularmente en formato maxisingle, ha dedicado un año. “Lo difícil ha sido seleccionar, tenía 75 temas y en el disco hay ocho”, dice su autor.

Es tan tentador como injusto calificar de veterano a un músico nacido en 1983, pero es que Damian Schwartz, empezó trastear muy joven. Su familia llegó a España a finales de los setenta huyendo de la dictadura militar argentina y esta música entró en su vida cuando, con 15 años, se coló en el mítico club Soma y tuvo una epifanía juvenil. “Aquello fue un puñetazo en la cara. Flipé con lo energético que era el techno. No sabía que existía. Para mí la electrónica eran los bakalas de mi instituto y eso lo aborrecía. Imagino que me pasó lo mismo que a otra gente en su momento con el punk. De repente aquello rompía todos mis esquemas. ”.

Era 1998. Poco a poco, aquel adolescente que había estudiado batería y bajo en el conservatorio, aprendía de los sonidos que se pinchaban en los clubes locales, que a finales de los noventa tenían una política de puertas más laxa. “Éramos menores, pero gracias a amigos bien relacionados entrábamos a sitios como Deep y en algún momento descubrí el house”.

Hoy recuerda riendo lo complicado que resultaba meter la cabeza en la competitiva escena madrileña. “En general era muy difícil. Era un crío y visitaba todas las tiendas intentando encontrar lo que había escuchado en los garitos. Casi nunca lo conseguía. Luego veías como lo que tú querías se lo daban a un conocido”.

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Eso cambia cuando conoce a Alex Under, músico y Dj, entonces dependiente de una nueva tienda de discos, que más tarde abriría el sello CMYK. “A la vez que empecé a pinchar, empecé a producir. La verdad es que me siento más músico de Dj. Me encanta pinchar, pero la manera en que lo concibo es más musical. Los muy Djs acaban obsesionados por la técnica. A mí me interesa romper esa coherencia, probar cosas”.

Junto con Alex Under o Tadeo (seudónimo del madrileño Miguel Sar) fue publicando maxis en sellos que ellos manejaban, (CMYK, Apnea o Mupa). Una docena entre 2005 y 2008. Es La edad de oro, la época en la que la electrónica madrileña traspasaba fronteras. “Tuve mucha suerte. El primer sitio en el que pinché fue Watergate, en Berlín. Después, Berghain; Fabric, en Londres; París, Montreal... Mis discos se vendían, pero me fue bien porque nos iba bien a todos. Y porque hacía lives, creo. Mucha gente pinchaba, pero no tanta hacía directos. Fueron buenos años trabajábamos un montón, viajábamos mucho...”.

En 2008 publica su primer, largo, cuyo título, Party Lover’s, explica muy bien la atmosfera del momento. En esa época empieza a cambiar de sonido. Una vía más personal, menos vendible. “Siempre he tenido esa tontería de llevar la contraria e interesarme por cosas menos habituales. Quise salir de esa escena del house con bajos de chicle. No me gustaba el público al que estaba enfocado y me parecía que no tenía mucho que ofrecer... pero claro, eso también hizo que me llamaran menos. Sigo pinchando fuera, pero eso hizo que tuviera que buscarme la vida con otras cosas”.

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