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Madrid vota durante 15 días cómo gastar 60 millones en mejorar la ciudad

El Ayuntamiento abre una consulta con más de 3.000 propuestas de vecinos para plantar árboles, construir polideportivos, peatonalizar calles... Se harán las más votadas

El concejal de Participacion Ciudadana de Madrid, Pablo Soto.
El concejal de Participacion Ciudadana de Madrid, Pablo Soto.

El Ayuntamiento de Madrid ha recibido 5.184 propuestas para gastar los 60 millones de euros del capítulo presupuestario de inversiones que ha reservado para que sean los vecinos los que decidan qué hacer con ellos. Se inicia así un proceso que no culminará hasta julio, se dejará por el camino muchas de estas propuestas (por inviables o demasiado caras), y concluirá con la peatonalización de alguna calle, la construcción de un centro para mayores, la adaptación de un parque para el acceso de personas con discapacidad, o aquello que los vecinos decidan que es lo mejor para su barrio (o para cualquier otro).

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El gobierno municipal que preside Manuela Carmena (Ahora Madrid) destinó 364 millones de euros (un 65% más que el año anterior) a inversiones en los presupuestos municipales de 2016, a los que hay que sumar otros 395 millones para inversiones financieramente sostenibles fruto del superávit alcanzado en 2015. Pero, de cara al año que viene, ya ha reservado 36 millones para distribuir por los 21 distritos de la capital (cada uno tiene una cuota asignada, “proporcional a su población e inversamente proporcional a su renta por habitante”), y otros 24 millones para actuaciones que afectan a toda la ciudad, que serán repartidos a partir de una consulta organizada por la Concejalía de Participación Ciudadana, que preside Pablo Soto.

Cualquier ciudadano empadronado podía presentar su propuesta a través de la página web municipal o en las oficinas de atención del Ayuntamiento entre el 22 de febrero y el 31 de marzo. En total, como ha señalado hoy Pablo Soto, se han recibido 5.184 propuestas; además, cerca de 3.000 vecinos han participado en los debates promovidos en los distritos para decidir cómo gastar ese dinero.

Viabilidad económica, jurídica y política

A partir de hoy y hasta el 15 de abril, todos los ciudadanos empadronados mayores de 16 años pueden decidir cuáles de esas propuestas son las más adecuadas para la ciudad o para el distrito que elijan (no necesariamente el suyo, pero sólo uno por persona). Las que mayor respaldo obtengan, serán sometidas a un estudio de viabilidad económica, jurídica y política (para ver si son legales, cuánto cuestan y si caen dentro de las competencias municipales). Aquellas que desborden el límite presupuestario del distrito, pasarán a considerarse como una actuación de toda la ciudad y podrán ser votadas en ese ámbito.

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Por ejemplo: el límite de gasto en el distrito Centro es de 1.353.966 euros; construir un polideportivo con piscina, sin embargo, puede superar los seis millones de euros; así, esta propuesta, de contemplarse, pasaría al apartado de toda la ciudad (que tiene un límite de 24 millones de euros). Debería en cualquier caso superar también la criba del informe de viabilidad, porque puede que no haya un terreno en ese distrito apto para levantar el polideportivo, por ejemplo.

Así, el Ayuntamiento advertía que serían propuestas válidas, por ejemplo, remodelar un parque, mejorar el alumbrado público, colocar bancos o fuentes, poner un paso elevado, reformar o construir un centro cultural o deportivo, comprar coches de bomberos o autobuses urbanos, etcétera. No lo serían, en cambio, construir un colegio, un hospital, una carretera, una estación de metro o de tren (porque son competencias regionales o estatales); o mejorar la limpieza de las calles, ampliar BiciMAD o incrementar la frecuencia de los autobuses municipales (porque no son inversiones).

Además, aportaba ejemplos de costes para que nadie pidiera imposibles: construir una escuela infantil requiere de una inversión de 2,2 millones de euros; una escuela de música, 2,3 millones; un centro de mayores, 2,8 millones; un polideportivo, hasta 7,5 millones; un carril-bici cuesta entre 150 y 320 euros por metro; y una farola, entre 1.000 y 4.500 euros.

1.300 proyectos inviables

Hasta el momento, ya se han detectado y cribado 1.300 proyectos inviables, “principalmente porque no son inversiones y no pueden ser financiados así, como un plan de empleo o una campaña de concienciación”, según ha explicado Pablo Soto. “Otros no son competencia municipal, como el metro”, ha añadido. La votación final de todos aquellos que sí pasen todas las cribas sucesivas (de respaldo y de viabilidad) se llevará a cabo entre el 15 de mayo y el 30 de junio.

Soto ha decidido no imponer una cifra mínima de participación (quórum) para aprobar las propuestas. Dado que la vinculación de esta consulta es meramente política (todos los referéndums son consultivos según la legislación estatal), es el gobierno municipal el que decide al final si lleva a cabo o no las propuestas. Madrid se ha comprometido a hacerlo, y ha optado por renunciar a imponer un quórum porque “es un instrumento negativo que no resuelve un supuesto problema de sabotaje o poca participación pero sí puede ser usado como mecanismo de boicot”. En opinión de Soto, el resultado de una consulta popular es representativo porque toda la ciudadanía ha podido participar en ella.

Respecto a las propuestas aceptadas (y rechazadas, que también se han hecho públicas), lo mejor es consultar la web municipal y aprovechar para votar las que mejor le parezcan (si cumple los requisitos para hacerlo). Pero, a modo de ejemplo, en el distrito Centro se puede mejorar el alumbrado del parque Casino de la Reina; ampliar el número de bancos y carriles bici; poner una pista de baile en el parque de Conde Duque; peatonalizar la calle de Bailén; comprar instrumentos musicales para los colegios; ajardinar la plaza de Santa Ana; o comprarle sonómetros a la Policía Municipal para que multe a los locales y vecinos más ruidosos.

Hay decenas y decenas de propuestas por distrito.Y otras tantas actuaciones en el ámbito de toda la ciudad, como poner fuentes o aparcamientos para bicicletas privadas, crear un centro de reaprovechamiento de la comida sobrante, repoblar los alcorques vacíos, extender el parque de Madrid Río hasta el puente de los Franceses o crear un memorial para los madrileños exterminados en los campos de concentración nazis.

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