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El déficit de la Generalitat se sitúa en el 2,7%, el más alto de las autonomías

Obra pública anterior a 2011 dispara el desfase entre ingresos y gastos de Cataluña en 2015

Dani Cordero
Oriol Junqueras, durante la entrevista.
Oriol Junqueras, durante la entrevista.Albert García

El Gobierno catalán asegura que la etapa de recortes ha concluido y que intentará que los próximos Presupuestos que elabore sean expansivos. Pero a la vez admite que tiene un problema llamado déficit, “insostenible a medio plazo”, según admitía su vicepresidente económico, Oriol Junqueras. El líder republicano, responsable de las finanzas catalanas desde que Junts pel Sí gobierna en Cataluña, se estrenó en el Parlamento en febrero dando por hecho que el déficit público de la Generalitat acabaría en 2015 por encima del 2,74% con el que acabó el pasado año. Finalmente no ha sido así. Por poco. Los datos presentados por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, señalan que el desfase fue del 2,7%, aunque se trata del mayor déficit entre las comunidades autónomas de 2015.

Fuentes del Departamento de Economía señalaron a Efe que apreciaban cierta intencionalidad política en el hecho de que Cataluña liderara el ránking de comunidades con más déficit, ya que los cálculos internos consideraban que el desequilibrio sería inferior, de entre el 2,4% y el 2,5%. Y que se reduciría aun 1,7% del PIB si no fuera por el efecto de la imputación de infraestructuras iniciadas antes de 2011.Además, consideran que el objetivo de déficit de las comunidades se tendría que haber situado en el 1,62% y no en el 0,7%, de la misma forma que el próximo año tendría que ser del 1,07% y no del 0,3% establecido.

Desde la Generalitat se considera que el cierre de ese desfase de más de 4.000 millones de euros entre ingresos y gastos de 2015 es ajeno a los esfuerzos que han hecho los responsables de las finanzas de la Generalitat desde que su tesorería empezó a crujir por falta de recursos. Cerrado el grifo de los mercados financieros, los sucesivos ejecutivos han aplicado un tijeretazo que se ha cebado sobre los servicios sociales, han intentado privatizar empresas públicas y vender patrimonio para aproximarse a los objetivos de déficit marcados primeros por Bruselas y redistribuidos después entre autonomías y municipios por el Ministerio de Hacienda. Pese a ello, ningún año ha sido posible cumplirlos. Tampoco en 2015, cuando ninguna comunidad podía superar el 0,7%.

Cataluña triplicará ese porcentaje pese a la mejora económica y de los ingresos vinculados a los tributos (crecimiento). Desde la Generalitat se defiende que los números de la Generalitat han mejorado gracias a su gestión y que el resultado de 2015 está alterado por facturas ajenas a su gestión y que no son recurrentes. Se refieren a los cerca de 1.300 millones de euros que este año ha tenido que contabilizar como déficit pese a que son obras que se remontan a antes de 2011 y que entonces se decidieron financiar mediante sistemas de financiación diferida. Se trata de carreteras y centros penitenciarios que o bien se decidió pagar una vez se finalizaran o cuya construcción está vinculada a la explotación, por lo que la Generalitat va pagando la obra con el tiempo.

La inclusión de esas partidas en las cuentas de 2015, según el criterio de la Intervención General del Estado, abrió una nueva batalla a finales del año pasado entre el Departamento de Economía y el Ministerio de Hacienda. La Generalitat denunciaba que Hacienda conocía la existencia de esas facturas al menos desde 2013 y que su inclusión este año estaba obligado por la nueva contabilidad aplicada por Eurostat.

Desde el Departamento de Economía sostienen que poca libertad les queda cuando el Estado se ha convertido en su principal acreedor y controla el 95% de sus ingresos. Las relaciones entre ambos gabinetes son continuas, entre otras cosas porque la Generalitat necesita para afrontar sus pagos y resistir su déficit los recursos que llegan a través del Fondo de Liquidez Autonómico. Para este año ha solicitado 7.520 millones de euros. De esos, 639 millones eran para cubrir el desfase entre ingresos y gastos públicos.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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