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El sureste de Madrid abre una cantera de vivienda barata

La Estrategia del Sureste, con capacidad para 110.000 viviendas y más de la mitad protegidas, empieza a entregar las primeras llaves

 Imagen aérea del desarrollo urbanístico de Los Berrocales, en el distrito de Vicálvaro.
Imagen aérea del desarrollo urbanístico de Los Berrocales, en el distrito de Vicálvaro.

Se habla de la Operación Castellana, con cinco millones de metros cuadrados y 17.000 viviendas, o de la Operación Campamento, con dos millones de metros y 10.000 viviendas, pero se olvida otra gran intervención en el suelo madrileño: la Estrategia del Sureste. Son casi 43 millones de metros cuadrados con capacidad para 110.000 viviendas, de las que más de la mitad serían protegidas y varios miles de titularidad pública. Lleva desde 1997 preparándose y es la única cantera dentro del municipio madrileño con pisos desde 120.000 euros.

Con casi 20 años en marcha, la Estrategia del Sureste ha superado la necesidad de desviar oleoductos y gasoductos; acoger el trazado de trenes y autovías; crear y soterrar grandes infraestructuras; y, por si fuera poco, la explosión de la burbuja y una sentencia que impuso su rediseño.

Primeras llaves en El Cañaveral

En El Cañaveral hay una promoción de 92 pisos (Novoveral) comprada por jóvenes, la mayoría de Coslada, que accederán a su primera casa. Enfrente, Pryconsa vende otras 36. Son parte de las 578 que se iniciarán este año. El resto son de cooperativas y sus propietarios rondan los 40 años. El año pasado se terminaron 893: Residencial Espacios del Este, (192); Millenium y Platinum (400), en concurso de acreedores, y, Puerta de San Fernando, que acaba de entregar esta semana las primeras llaves.

Hay otras 500 en edificación, de las que 118 son chalés. Y avanzan las obras de los 202 pisos de Jardines del Cañaveral, “de magníficas calidades”, según el presidente del consejo rector, Jesús Cela.

Agrupa cinco barrios, entre los que El Cañaveral se ha desmarcado. Dada su extensión, se firmó hace tres años un convenio para desarrollar por fases los otros cuatro. Destaca, por tamaño, Valdecarros, con suelo para 52.000 pisos, de los que 18.500 serían públicos. En la primera fase hay 2.580, pero aún no han iniciado las obras de urbanización.

Los Cerros es el más atrasado, con diferencia; Los Ahijones tiene el compromiso de construir la arteria que abastecerá de agua a El Cañaveral. Y Los Berrocales es el único que no ha dejado de avanzar en su urbanización; de las 4.500 viviendas de la primera fase, 823 se cederían al municipio.

La Concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible indica que “el ritmo de desarrollo efectivo es el que imponen las juntas de compensación. En el sureste no hay nada paralizado por voluntad del Ayuntamiento”, añaden.

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Pero los propietarios, agrupados en dichas juntas, lamentan la falta de respuesta. En algunos casos, el problema es que están descapitalizados. La coyuntura actual no es la de cuando se vendía todo el suelo a las cooperativas, porque había crédito para todos. Ahora tanto la Asociación de Gestoras de Cooperativas como la Federación de Cooperativas de Vivienda desaconsejan adquirir suelo que no esté listos para edificar. Y el único es el de El Cañaveral.

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Este barrio ya ha salido de la zona de sombra, con bloques terminados y calidades que le permiten sacudirse la mala publicidad generada en sus inicios por falsas gestoras de cooperativas. Aunque sus malas prácticas siguen creando problemas: los que han llegado hasta aquí son supervivientes que han luchado en juzgados y despachos en defensa de su piso. Muchos se quedaron por el camino porque el retraso en la edificación supone encarecimiento.

De manera no planificada, este barrio ha tomado el relevo del Ensanche de Vallecas, donde sólo hay suelo para 3.000 viviendas y el precio por metro cuadrado duplica la horquilla de 350 a 500 euros de El Cañaveral. Y tiene a su favor que, por la radial 3 y la M-45 se accede a O'Donnell en un cuarto de hora, si el tráfico está bien.

Todo ello, en un Madrid sin suelo para vivienda nueva de menos de 150.000 euros.

A finales de enero, el Ayuntamiento se hizo cargo al fin de una serie de calles ya terminadas. Parte de las 900 viviendas construidas pidieron la licencia de primera ocupación. Sumadas las 2.300 casas aún a medias o con licencia de obra, en pocos años habrá cerca de 7.000 vecinos allí.

El Ayuntamiento ha solicitado al Consorcio Regional de Transportes dos servicios de autobús que, sin parada, unirán el barrio con los intercambiadores de Coslada Centro y la plaza de Alsacia.

Los equipamientos llegarán más tarde, cuando se asienten las familias. Las calles recibidas por el Ayuntamiento son aún una pequeña porción del total previsto. Al otro lado del gran parque hay otras vías con chalés de las que se hará cargo en mayo. En uno o dos años, le tocará el turno a otras 14 grandes parcelas. Y una buena noticia más es la instalación de DB Schenker, pendiente la venta de la parcela lindante con Coslada.

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