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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Otro gran éxito de Gardiner, ahora con Bach

El martes, en el Palau, Sir John entregaba una interpretación sublime de La Pasión según San Mateo

ENGLISH BAROQUE SOLOISTS

Monteverdi Choir. Cor Infantil de l'Orfeó Català. Sir John Eliot Gardiner, director. Pasión según San Mateo de Bach. Temporada Palau 100. Palau de la Música. Barcelona, 15 de marzo.

Hace menos de dos meses Sir John Eliot Gardiner, al frente de sus dos grandes creaciones, el conjunto instrumental English Baroque Solists y el coro Monteverdi, firmaba en el Auditori una interpretación inmensa, memorable de la Gran Misa en Do menor K.427 de Mozart. El martes, en el Palau, Sir John, al frente, otra vez, de sus dos queridas formaciones, entregaba una interpretación sublime de La Pasión según San Mateo de Bach, la obra que es tradición interpretar en los aledaños de la Semana Santa.

Las prestaciones de los English Baroque Solists volvieron a ser enormes, el conjunto es un instrumento flexible, dulce, sensible y de fina precisión ante los requerimientos, también siempre muy suaves, de la batuta. El coro Monteverdi, que interpretó una obra de más de tres horas sin partitura, es una conjunción casi increíble de fiabilidad y solvencia individuales y espíritu y sensibilidad de grupo. Los miembros del coro, auténtica elite, asumieron además con solvencia las arias solistas.

Sir John, que hace muchos años empezó a dirigir desde el estudio, evolucionó posteriormente hasta dirigir desde la sabiduría. Ahora, a los 72 años, en plena y espléndida madurez, dirige directamente desde el amor sabiendo que su coro y su orquesta, sus instrumentos humanos, la obra de su vida, intuirán, casi antes de que las exprese, sus intenciones. El resultado es una interpretación inolvidable.

Mención especial requiere la figura del Evangelista, el narrador de la Pasión. Disponer para este cometido de un tenor de la talla de Mark Padmore fue todo un lujo. El cantante londinense, que al igual que el coro, interpretó toda su larguísima parte de memoria, pudo, al estar liberado de la tiranía del papel, entregarse a una intensa y libérrima interpretación de su parte; su voz recordaba por intensidad expresiva a la de los antiguos locutores de radionovelas. Convertido en una especie de Pedro Pablo Ayuso renacido, Mark Padmore nos hizo llegar todos los sentimientos y emociones de la Pasión según San Mateo, la empatía con el sufrimiento, el horror ante el linchamiento vengativo, la histeria asesina de la multitud, la compasión y, por encima de todo, la gran aportación para bien y para mal de la religión judía y las diversas religiones cristianas: el sentimiento de culpa.

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