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El coleccionista exquisito

Caixaforum expone 60 obras maestras de la Phillips Collection de Washington; un recorrido por la historia de la pintura moderna

José Ángel Montañés
'Mujer con sombrero verde', de Picasso (1939), una de las seis obras del malagueño con que cuenta la Phillips Collection.
'Mujer con sombrero verde', de Picasso (1939), una de las seis obras del malagueño con que cuenta la Phillips Collection.joan sanchez

Hay coleccionistas compulsivos que reúnen piezas de arte a golpe de talonario creando colecciones heterogéneas y sin ningún criterio. Por el contrario, los hay más exquisitos que escogen de forma cuidada cada una de las piezas que adquieren, teniendo en cuenta cuál es su intrahistoria, su relación con el conjunto o las circunstancias que llevaron al artista a realizarla. Es el caso del norteamericano Ducan Phillips (1886-1966), creador en la ciudad de Washington del primer museo de arte moderno de los Estados Unidos, que abrió sus puertas en 1921 con la intención de que los visitantes contemplaran las obras de arte del nuevo siglo junto con las obras maestras célebres de las que, según él, eran sus fuentes. Nacido en el seno de una familia acaudalada vinculada con la industria del acero, Phillips, comenzó reuniendo 300 obras de maestros europeos (entre ellos, un espléndido El arrepentimiento de San Pedro, de El Greco, comprado en 1922) y de artistas estadounidenses contemporáneos.

'Bailarinas en la barra', de Degas, comprada por Duncan Phillips en 1944.
'Bailarinas en la barra', de Degas, comprada por Duncan Phillips en 1944.

Al final, acabó reuniendo unas dos mil obras y en la actualidad, cincuenta años después de su fallecimiento en 1966 la Phillips Collection, manteniendo el espíritu de su fundador (que no dejó de comprar nunca), ha seguido creciendo hasta superar las tres mil piezas de arte, la mayoría pinturas, que forman un recorrido por la historia del arte desde el realismo y el romanticismo hasta el expresionismo abstracto, pasando por el impresionismo o el cubismo. La idea de este pionero tuvo que parecer osada en un contexto en el que los museos de su país no habían dado el paso de superar la pintura figurativa y ni siquiera se planteaban hacer un guiño a los estilos de la vanguardia. Una selección de 60 pinturas, a cargo de 44 artistas esenciales de los dos últimos siglos, como Picasso, Manet, Monet, Degas, Cézanne, Courbet, Matisse, Modigliani, Braque, Pollock y Rothko pueden verse en Caixaforum Barcelona en la exposición Impresionistas y modernos. Obras maestras de la Phillips Collection.

"La mayoría de las obras que Ducan Phillips compró lo hizo después de entablar un conocimiento personal y una amistad para ganarse su confianza", explica la comisaria de la exposición Susan Behrends, que conoce cada uno de los detalles de las obras que han viajado desde la capital de Estados Unidos a Barcelona. "Eran artistas a los que admiraba, aunque no hubieran triunfado ni fueran reconocidos todavía", prosigue.

La conservadora de la Phillips Collection, tras explicar que “58 de las 60 obras son totalmente nuevas en Barcelona”, explica anécdotas en este sentido como el hecho de que el coleccionista nunca pudo con Picasso. “No entendía como cambiaba tanto de estilo y personalidad; unas veces pintaba con predominio del rosa, otras del azul, luego cubista; además de su vida personal”. Pese a eso, Phillips compró seis picassos, entre ellos la espléndida La habitación azul, de 1901, Corrida de toros, de 1934 y Mujer con sombrero verde, de 1939, las tres en la exposición de Barcelona.

'La pequena banista', de Ingres, perteneciente a la Phillips Collection.
'La pequena banista', de Ingres, perteneciente a la Phillips Collection.
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El grado de exigencia hacía que comprara y vendiera piezas continuamente. “Llegó a adquirir cinco obras de Matisse, pero al final se quedó solo con dos, una de sus comienzos, de 1927, y otra, del final de su vida, como es Interior con cortina egipcia, de 1948, que pintó el artista con 79 años pero en los que queda patente su infinita capacidad de innovación, que presidió la presentación de la muestra ayer.

La antológica, que viajará después a Madrid, se ha dividido en seis bloques. Desde el Clasicismo, el Realismo y el Romanticismo con obras de Ingres, Delacroix, Corot, Courbet, Daumier, Manet y Constable; hasta el Expresionismo Abstracto de Pollock, Diebenkorn, Louis, Rothko y Guston, pasando por el Impresionismo de Sisley, Monet, Cézanne, Van Gogh, Degas, del que puede verse Melancolía (comprada en 1941) y la dinámica Bailarinas en la barra, de 1900 (comprada en 1944), y el Cubismo de Gris, Braque o Picasso. “Sin embargo, en ningún momento intentó acumular una muestra exhaustiva de estilos y movimientos, buscaba más bien lo que él denominó ‘ríos de intencionalidad artística’”, explica Behrends que mantiene también los principios de exponer siempre las obras sin atender a épocas, nacionalidades o áreas geográficas. Según la comisaria, Phillips tenía predilección por una de las obras por encima de las demás. Se trata del autorretrato que realizo Cézanne, entre 1878 y 1880 con 40 años; el primero de una serie que se hizo para ver su evolución física y como pintor y que compró en 1928. “Estaba muy orgulloso de él y aseguraba que en caso de incendio sería la única obra que se llevaría para salvarla”. Hasta el 19 de junio puede verse en Barcelona.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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