_
_
_
_
_
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Sabiduría de ‘guitar hero’

Adrian Belew ofrece en Barcelona un concierto contundente y cargado de destellos

Adrian Belew, durante su actuación en la sala Bikini de Barcelona.
Adrian Belew, durante su actuación en la sala Bikini de Barcelona.LORENZO DUASO

Si en el rock actual hay algún auténtico guitar hero que no juega a serlo y huya de esa etiqueta y sus implicaciones, ese es Adrian Belew. Y lo demostró en Bikini con un concierto contundente, cargado de destellos guitarrísticos y rebosante de ritmos cambiantes de los que atrapan como una nmensa e invisible telaraña. Un concierto para levantarle el ánimo a cualquiera.

El nombre de Belew no figura entre las megaestars de la especialidad pero, a sus 66 años, carga con un pasado que muchos envidian: desde su liderazgo en una de las mejores épocas de King Crimson hasta sus muchos años como guardaespaldas de tipos como Zappa, Sakamoto o Bowie. Un pasado que se notó al llenarse la sala Bikini de un público variado pero con apariencia de haber renovado varias veces el DNI. Público entrado en años pero entregado hasta corear sus éxitos ochenteros como Three of a perfect pair.

La propuesta de Belew puede ir de lo puramente experimental al rock más despojado. Aquí mezcló ambos decantándose más por el ritmo que por las sonoridades inverosímiles, que las hubo pero bien dosificadas. Su power trio es lo que su nombre promete: un bajo implacable y una batería rotunda creando un entramado sobre el que Belew puede hacer de las suyas sin temor. Y lo hizo: cantó con su voz nasal y perturbadora pero, sobre todo, extrajo todo tipo de sonoridades de su guitarra (diseño propio, claro) ayudándose de un iPad (de suponer, con aplicación FLUX:FX que él ha diseñado). Riffs tremendos (piezas como Frame by frame aun suenan frescas), hábilmente repartidos en temas cortos y directos, pequeños cañonazos a los que no les sobra nada. Otros, con cuatro de sus canciones hubieran llenado todo un concierto, pero Belew prefiere ir al meollo; se agradece: pura sabiduría guitarrística.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_