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Puigdemont crea una oficina para impulsar la independencia

El órgano, que pilotará la desconexión, estará presidido por Carles Viver Pi-Sunyer

Carles VIver Pi-Sunyer, responsable de la nueva oficina.
Carles VIver Pi-Sunyer, responsable de la nueva oficina.consuelo bautista

El Gobierno catalán tiene previsto aprobar en su reunión de hoy la Oficina para la Mejora de las Instituciones del Autogobierno. Bajo este nombre se esconde un órgano con el que la Generalitat pretende impulsar la secesión y preparar la “desconexión” del resto de España. El organismo, junto a otro ente dedicado a coordinar con ese objetivo a los diferentes departamentos del Gobierno, toma el relevo del Comisionado para la Transición Nacional, que Artur Mas diseñó para preparar la independencia y que fue suspendido por el Tribunal Constitucional.

La persona que debía regir ese comisionado, Carles Viver Pi-Sunyer, será el encargado de pilotar la nueva oficina. Pi-Sunyer, catedrático de Derecho Constitucional y magistrado del Alto Tribunal entre 1992 y 2001, ya presidió el Consejo Asesor para la Transición Nacional, el ente de 15 expertos que asesoró a Mas en la preparación del proceso de independencia. Otro de los miembros de este organismo, el politólogo Josep Maria Reniu, le acompañará en la misión. Según La Vanguardia, ambos cargos también serán nombrados en el Consejo Ejecutivo de hoy.

El objetivo del organismo será preparar a la Generalitat para la "desconexión", poniendo en práctica, según explican fuentes del Gobierno catalán, los informes que escribió el consejo asesor. La "desconexión" es el momento clave en el camino a la independencia: según la teoría de los secesionistas, se trata del punto en el que el Gobierno autónomo dejaría de depender del Ejecutivo central.

La Generalitat prevé que se produzca en 18 meses, una vez estén completadas las llamadas estructuras de Estado: la seguridad social y la agencia tributaria catalana son los ejes principales en los que trabaja el Ejecutivo catalán. El tercer elemento son las leyes que debe tramitar el Parlament, especialmente la de transitoriedad jurídica, que fijaría el cambio de normas entre la autonomía y el hipotético nuevo Estado.

Aunque la misión de la Oficina del Autogobierno será preparar el camino a la independencia, el Govern ha buscado una fórmula ambigua en el nombre y los objetivos del organismo para evitar un recurso ante el Constitucional. Pese a que el truco no le ha funcionado en ocasiones anteriores, el Gobierno catalán persiste. El objetivo es que el tribunal no tumbe la oficina con los mismos argumentos que usó para mantener la suspensión sobre el Comisionado para la Transición Nacional: esto es, que podía afectar a la "integridad misma de la Constitución". El comisionado tuvo una vida efímera: su objetivo era continuar con la misión del Consejo Asesor, del mismo nombre y presidido también por Pi-Sunyer. El mismo magistrado continuará haciendo el trabajo en la nueva oficina.

Desde que llegó al Gobierno catalán, Carles Puigdemont está dando un mayor impulso al proceso soberanista, paralizado durante tres meses por las negociaciones entre Junts pel Sí y la CUP. Mientras el Parlament avanza en la tramitación de las leyes de ruptura, y antes de colocar a Viver Pi-Sunyer al mando de la "desconexión", Puigdemont se ha ocupado en las últimas semanas, entre otras cosas, de proseguir con la misión de "internacionalizar" el proceso, a la que tanta importancia daba Artur Mas. En esta tarea le ha acompañado el consejero de Exteriores, Raül Romeva, pese a que sus funciones están suspendidas por el Tribunal Constitucional.

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Hans van Baalen, con Carles Puigdemont
Hans van Baalen, con Carles Puigdemontmarta pérez (efe)

Puigdemont y Romeva se reunieron ayer con el presidente del Partido Liberal Demócrata Europeo (ALDE), Hans van Baalen, en un encuentro auspiciado por Convergència, integrada en ese grupo en Bruselas. Acompañados por representantes del partido nacionalista, Puigdemont y Romeva pusieron al día a Van Baalen, a quién los nacionalistas ven más comprensivo con el plan del Govern que al presidente del grupo del ALDE en la Eurocámara, Guy Verhofstadt. Van Baalen ha apoyado en el pasado el "derecho a decidir" de Cataluña, apoyó a Artur Mas tras su imputación por la consulta del 9-N y aboga por una solución dialogada entre Cataluña y el Estado. En CDC consideran a Verhofstadt más cercano a Ciudadanos, que también se integra en el grupo de ALDE.

En la formación europea intentan equilibrar su apoyo entre los dos partidos, aparentemente antagónicos en todo, aunque Verhofstadt se inclina por las tesis de Ciudadanos, y las de Unión, Progreso y Democracia, que juntos suman cinco eurodiputados. CDC solo tiene como representante en Bruselas a Ramon Tremosa.

Tras la reunión con el líder de los liberales, Puigdemont y Romeva se encontraron con el embajador de Canadá en España, Jon Allen. El presidente y el consejero se han visto con varios representantes internacionales en las últimas semanas. El Gobierno catalán enmarca estas visitas en la petición protocolaria de embajadores y cónsules, que desean conocer al nuevo presidente de la Generalitat y tratar sobre los intereses de sus países en Cataluña. Días atrás presidente y consejero se han visto con los embajadores de Suiza y Eslovaquia. Romeva también se reunió con el cónsul de los Estados Unidos en Barcelona, Marcos Mandojana, en esa ocasión sin Puigdemont.

Más allá de conversar sobre la situación política en el Congreso, los representantes de la Generalitat aprovechan para reiterar a los embajadores el mensaje que dio Puigdemont al cuerpo consular de Barcelona en su encuentro anual: "Van a tener trabajo en los próximos meses, más allá de atender sus obligaciones habituales. Este es un país que está caminando hacia su independencia", les dijo.

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