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El Palacio de Deportes de los Juegos del Mediterráneo 2017, en el aire

Crece la incertidumbre en Tarragona por la renuncia de la constructora a la que se encargó un polideportivo para 5.000 espectadores

Marc Rovira
Terrenos donde se tenía que construir el polideportivo.
Terrenos donde se tenía que construir el polideportivo.josep lluis sellart

La Unión Temporal de Empresas (UTE) que ganó la concesión para construir un palacio de deportes con capacidad para 5.000 espectadores y que sería uno de los elementos clave para la celebración de los Juegos del Mediterráneo 2017 ha renunciado a ejecutarlo. Solo dos meses después de adjudicarse la obra, la UTE ganadora, una alianza integrada por Dragados, García Riera y Rubau, alega que el proyecto no es viable económicamente en los términos en los que está planteado. Tras recibir el desistimiento, la Generalitat, a través de Infraestructures.cat, ya ha trasladado su oferta a la UTE que quedó clasificada en segundo lugar, la coalición formada por las empresas Calaf, Sau y Copisa.

El delegado del Gobierno catalán en Tarragona, Óscar Peris, ha tratado de restar gravedad a la demora que sufrirán las obras del palacio de deportes, que debe acoger la competición de balonmano y que está ubicado en el Anillo Mediterráneo. "Uno de los epicentros de los Juegos", admite la organización del evento.

Peris concede que se trata de un obstáculo "no deseado" a menos de un año y medio para la ceremonia de inauguración , pero mantiene que se están tomando las reacciones oportunas para ajustarse al calendario.

Con un presupuesto fijado en los 8,1 millones de euros y un plazo de ejecución no superior a los once meses y medio, Dragados, García Riera y Rubau han preferido arrojar la toalla antes de empezar. En el pliego de condiciones de la adjudicación ya había una cláusula que permitía a la constructora ganadora de la concesión renunciar a la obra en los dos meses siguientes a saberse ganadora. A pesar de haber presentado la oferta más convincente, la UTE ganadora desiste tras, presuntamente, haber empleado los dos meses en estudiar las posibilidades reales de acometer los trabajos.

Ante el tropiezo, el Ayuntamiento de Tarragona no hace valoraciones. En septiembre pasado el alcalde, Josep Félix Ballesteros, se felicitaba de que la adjudicación de las obras del palacio de deportes se hubiese hecho "en tiempo récord" porque la presteza debía servir para "recortar plazos" ante las urgencias del calendario. Precisamente, el inicio de las obras estaba previsto para este mes de febrero , pero el recinto deportivo, que después de los Juegos debe servir de equipamiento municipal para la ciudad, sufrirá otro parón de al menos un mes. Este es el plazo que tiene la UTE Calaf, Sau y Copisa para decidir si acepta el encargo o lo deshecha.

Desde la oposición, ERC ha lamentado que se está añadiendo "más incertidumbre" a los Juegos y desde Convergència se avisa de que es "casi imposible que las obras estén a punto".

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Los Juegos del Mediterráneo deberían ser uno de los proyectos estrella del equipo de gobierno socialista , pero se ven envueltos de recelos ante las dificultades sobrevenidas en forma de problemas de financiación y de retraso en la construcción de los equipamientos.

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