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La Generalitat reactiva su colección de arte

El consejero Santi Vila confirma en ARCO la organización de un acontecimiento “singular y transversal”

Varias de las obras que la galería Senda muestra en Arco.
Varias de las obras que la galería Senda muestra en Arco.Santi Burgos

Tras diez años de imposibilidad presupuestaria, la Generalitat vuelve a adquirir obras para su fondo de arte contemporáneo. Lo confirmó —tras anunciarlo el día anterior en su comparecencia en la Comisión de Cultural del Parlament— el consejero de Cultura, Santi Vila, durante su primera visita institucional a ARCOMadrid, que se inaugura hoy con la presencia de 13 galerías catalanas. Aún no ha viajado a Madrid para comprar, pero ya hay una partida de 300.000 euros para 2016, que en los años siguientes subirá a medio millón. “Antes del verano se conocerán los miembros de la comisión y los criterios que guiarán las compras. Trabajaremos con los directores de la red de museos para que todos disfruten de las obras”, aseguró Vila, confirmando que también se mantendrán las actuales líneas de ayuda a las galerías. “Siempre que se trate de proyectos globales y no de iniciativas puntuales”, matizó.

Del abandono al optimismo

ARCO aun no se había inaugurado y muchas galerías ya lucen los ansiado puntitos rojos de la venta realizada a lado de sus obras, como la tela de Yago Hortal que preside Senda. Entre las galerías catalanas se respira confianza y, en algunos casos, abierto optimismo. “ARCO siempre nos va bien”, aseguraba Miguel Ángel Sánchez, director de ADN e incondicional de la feria madrileña. Los síntomas de recuperación son reales y no sólo un espejismo.

Ya son tan sólo un recuerdo las desavenencias entre la dirección de IFEMA y los galeristas catalanes que en 2013 anunciaron su abandono “en señal de protesta por la falta de sensibilidad y no ver perspectiva de recuperar la inversión”. Finalmente, el coste de no participar en la feria debió de parecer demasiado alto y ocho de las nueve galerías que habían anunciado el desplante hicieron una clamorosa marcha atrás. Ahora la relación es más que fluida y Josep Aloy, director de Polígrafa, forma parte del comité organizador, el grupo de galeristas encargado del ardua tarea de seleccionar los participantes.

Las galerías han recibido la noticia con entusiasmo contenido, en cambio, ha generado cierto escepticismo la otra gran revelación: la próxima organización de un gran evento artístico, singular, innovador, de alta calidad y con perspectiva mundial, que permitirá a Barcelona recortarse un espacio en un calendario ya atiborrado de citas. “El núcleo de este evento será el diálogo entre patrimonio y arte contemporáneo y también entre generaciones y disciplinas. Tendrá una vertiente comercial, pero no será una feria”, aseguró Vila, esbozando unas directrices que recuerdan el proyecto preparado para Fira de Barcelona por Vicente Todolí, ex director de la Tate, que nunca cuajó.

El consejero podrá apoyarse también en el Plan Estratégico de las Artes Visuales redactado tras un año de reflexión y debate por una plataforma de galeristas y otros agentes del sector. “En el documento se pide recuperar el fondo de arte, pero se considera superado el modelo ferial”, recordó Alex Nogueras, miembro de la plataforma y codirector de Nogueras Blanchard, mientras que la diseñadora de moda Carolina Herrera se paseaba por su stand. “Con los negocios que genera la galería de Madrid podemos permitirnos los proyectos de la nueva sede en L’Hospitalet”, explicó Nogueras, que es el nuevo representante de Perejaume en Madrid, mientras que Joan Prats sigue siéndolo en Barcelona.

También el propietario de esta firma, Joan de Muga, manifestó su recelo. “Hay que pensarlo muy bien, porque en un mundo donde todo está hecho existe el riesgo de quedar provincianos. Habría que potenciar los eventos que ya funcionan como el Gallery Weekend”, indicó de Muga, que a las dos horas de abrir ya había vendido una serie de fotos de Hannah Collins a la Colección Masaveu. “Más que en el diálogo entre el patrimonio histórico y el arte actual, es importante considerar el arte contemporáneo como patrimonio y como tal defenderlo. De todos modos si se hace algo debe ser singular, porque no podemos competir con lo tradicional”, coincidió Antoni Estrany, de Estrany-de la Mota, que exhibe obras de Aballí, presente también en Polígrafa y piezas de Francesc Ruiz. Este año ADN ha renunciado a la provocación, pero no a la denuncia de las obras de Núria Güell, Carlos Aires, Iván Argote y las constituciones europeas en formato ladrillo de Eugenio Merino.

Los libros toman el protagonismo de la mano de Marc Domènech con una sección documental en homenaje al Dadaísmo en el centenario de su nacimiento y de Rocío Santa Cruz que ha organizado un Arts Libris satélite con 21 galerías, como aperitivo de la feria que se celebrará en Barcelona en abril. Centrada en los libros de artistas, la selección de Arts Libris tiene un importante foco mexicano con Nodos Editoriales, que reúne 22 editores independientes y Nowhereman Press de Ximena Pérez Grobet, hija de la célebre fotógrafa Lourdes Grobet. La presencia catalana en ARCO se completa con etHall, Àngels, Senda, Miguel Marcos, ProjecteSD y el celebrado regreso de Carles Taché.

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