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La coordinación entre Junts pel Sí y la CUP, al mínimo

La formación anticapitalista reitera su oposición al proyecto de Barcelona World

De izquierda a derecha: Llanos de Luna, Forcadell, Romeva (detrás), Soria, Junqueras (detrás), Puigdemont, Colau, Núria Marín (alcaldesa de L’Hospitalet), Eulàlia Ripoll (GSMA) y Jordi Baiget.
De izquierda a derecha: Llanos de Luna, Forcadell, Romeva (detrás), Soria, Junqueras (detrás), Puigdemont, Colau, Núria Marín (alcaldesa de L’Hospitalet), Eulàlia Ripoll (GSMA) y Jordi Baiget.Andreu Dalmau (Efe)

El pacto entre Junts pel Sí y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) sobrevive tras poco más de un mes de investidura con una coordinación mínima y constantes desmarques públicos. Los dos diputados anticapitalistas que debían integrarse “en la dinámica parlamentaria” de Junts pel Sí solo mantienen un encuentro semanal con la dirección del grupo de CDC y ERC, y no hay ningún otro contacto para coordinarse. La prueba de fuego para el pacto serán los Presupuestos.

La CUP deja claro en cada comparecencia pública que la estabilidad del Gobierno, más allá de los temas que afecten a la independencia, pende de un hilo. Lo hizo ayer mismo la presidenta del grupo parlamentario, Mireia Boya, al hablar del macrocomplejo de ocio de BCN World. “El equilibrio es tan débil que no hace falta tirar adelante este proyecto”, recomendó en declaraciones a RAC1, donde tildó el pacto entre CDC y la CUP —soslayó a ERC— de “anomalía democrática”. Boya dejó claro que en la formación anticapitalista hay unanimidad en el rechazo al proyecto y que no tendrán problema en votar en contra de Junts pel Sí.

Las declaraciones de Boya llegan después de que el referente económico de la formación, el exdiputado Josep Manuel Busqueta, abominara del pacto para investir a Carles Puigdemont, que aún genera división en el partido.

Junts pel Sí rebaja la importancia de las declaraciones y asegura que los desmarques son “gesticulación” de la CUP para mantener las distancias con la coalición, una práctica que ERC ya aplicó en la legislatura pasada con Convergència.

Llach sustituirá a Muriel Casals en la comisión del proceso

Junts pel Sí ha elegido al diputado Lluís Llach como presidente de la comisión de estudio del proceso constituyente, en la que los partidos independentistas quieren debatir todas las decisiones relativas a la independencia. Este organismo, el de mayor simbolismo en esta legislatura, estaba presidido por la diputada Muriel Casals, que falleció el pasado día 14 tras ser atropellada por una bicicleta.

El grupo independentista ha esperado una semana —en la que el Parlament ha homenajeado a Casals— para proponer su relevo, que deberá ser ratificado en la comisión. Junts pel Sí también está tramitando la entrada de la diputada Adriana Delgado, que será miembro de la cámara en sustitución de Casals y se estrenará, previsiblemente, en el próximo pleno. El Tribunal Constitucional está estudiando la creación de la comisión que presidirá Llach. El Gobierno pidió un incidente de ejecución de la sentencia que anuló la declaración soberanista del 9 de noviembre. La Abogacía del Estado razona en su escrito que ese organismo supone un incumplimiento de dicha resolución.

La coordinación parlamentaria entre ambos grupos está al mínimo. La CUP se comprometió, en el acuerdo con Junts pel Sí, a que dos diputados se integraran “en la dinámica parlamentaria” y participaran en “todas las deliberaciones” del grupo. En la primera semana de legislatura, ello se tradujo en la presencia de dos diputados anticapitalistas en la reunión de los 62 diputados de CDC y ERC.

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Desde entonces, los anticapitalistas no participan de las deliberaciones de Junts pel Sí ni se suman a sus encuentros ordinarios —una reunión de la dirección el lunes y otra de todos sus diputados el martes—. La coordinación se limita a un encuentro semanal entre los representantes de la CUP con los líderes de Junts pel Sí en la Cámara, Jordi Turull y Marta Rovira.

El diálogo es menor del que tenían en la anterior legislatura CDC y ERC, con una reunión similar los lunes y mesas sectoriales para diferentes temas de calado. También es menor de lo que pretendía Junts pel Sí, que en la última propuesta de acuerdo enviada a la CUP antes de la investidura planteó una comisión de seguimiento del pacto y otra para redactar los Presupuestos, el gran escollo de Puigdemont para garantizar la estabilidad de su Gobierno.

El Departamento de Economía asegura que está redactando las cuentas en “permanente contacto” con los anticapitalistas, pero fuentes de la CUP mantienen que de momento no han recibido noticias del Ejecutivo, informa Ana G. Liste.

Ni Junts pel Sí ni la CUP consideran que deben revisar sus mecanismos de coordinación. La coalición de CDC y ERC se conforma con el consenso en los plenos, como señaló la portavoz de CDC Marta Pascal: “El pacto es fuerte porque cuando se producen votaciones en el Parlament nos ponemos de acuerdo”, destacó la diputada, que admitió que lo normal es que ambos grupos tengan diferencias. Los anticapitalistas, por su parte, creen que su presencia en todas las reuniones de Junts pel Sí “distorsionaría” el trabajo de la coalición.

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