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El transporte privado paga la huelga de metro en pleno Mobile

Los usuarios han optado por desplazarse en coche en Barcelona, lo que ha provocado largas colas y retenciones en la ciudad y en sus accesos

Aglomeraciones de tráfico en los accesos a Barcelona.
Aglomeraciones de tráfico en los accesos a Barcelona.A. Garcia

La huelga de metro en Barcelona está teniendo más incidencia en la calle que bajo tierra. Salvo alguna excepción, la red de metro ha vivido un día normal, sin muchas complicaciones, a pesar de tratarse del primer día del Mobile World Congress. Los servicios mínimos establecidos por el Departamento de Trabajo han funcionado correctamente y la jornada ha sido similar a cualquier día normal. El motivo es que muchos viajeros han buscado una alternativa al metro, que esta mañana ha acabado con menos usuarios que de costumbre, según ha explicado Transportes Metropolitanos de Barcelona. 

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Los que han optado por el coche, sumado a la gran cantidad de autocares que transportan congresistas desde los hoteles, han provocado un caos circulatorio a toda la ciudad. Desde primera hora de la mañana, todas las vías de acceso a la ciudad iban llenas y las retenciones no se han hecho esperar. Las dos rondas, además, han tenido que afrontar un accidente y dos averías que todavía han complicado más la jornada. También habido retenciones a la AP7, la C-31, la C-32 y la C-58, según el Servicio Catalán del Tránsito.

Dentro de la ciudad, las retenciones han llegado algo más tarde. A las ocho y media el tráfico ya no podía seguir absorbiendo más vehículos y las caravanas se han ido extendiendo por las principales arterias barcelonesas.

La plaza de España es un buen ejemplo de cómo las consecuencias de la huelga de metro se han trasladado a la calle. Durante toda la mañana, no paran de sentirse los silbatos de los guardias urbanos, que están muy nerviosos y los cláxones suenan constantemente. La gran rotonda está llena de buses que circulan por la Gran Vía con los pasajeros apiñados. Tanto, que en las paradas abren todas las puertas y dejan entrar sin pagar para repartir a los pasajeros. Mientras tanto, las estaciones de taxis están llenas de congresistas y vacías de taxis. Todo ello quien mejor lo ve son los congresistas que se desplazan en los autobuses que hacen de transfers desde los hoteles.

En la avenida de María Cristina, los conductores de las lanzaderas de TMB, un servicio que se habilita cada año para ir a la Feria de la Gran Vía pero que pocos congresistas utilizaban, explican que el tránsito alrededor del recinto es muy complicado. "Allí abajo hay un cacao de narices", dice Jorge, que tiene la teoría que los semáforos de la Zona franca y la Gran Vía tienen unas frecuencias que no facilitan la fluidez.

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Algunos congresistas han tardado más de una hora para llegar desde el hotel hasta el recinto, mientras que otros han sido 70 minutos para ir desde el Foro hasta Gran Vía 2, según informa Laia Reventós.

Los taxistas se quejan del acceso a la Fira

La llegada de taxis es constante al recinto del Mobile World Congress en la Fira de la Gran Vía. Debido a la huelga en el metro, muchos congresistas han optado por coger un taxi desde el centro de Barcelona. Los taxistas afirman que tardan más de media hora en hacer el trayecto entre la plaza de España y las inmediaciones del congreso.

"El tráfico es más denso que en otras ediciones pero esto siempre es un caos", dice uno de los taxistas. "Se nota que hay más gente, la ciudad está colapsada para llegar hasta aquí", añade su compañero.

Javi ha tardado "más de tres cuartos de hora" en llegar desde la plaza Catalunya. Ha hecho cuatro servicios antes de las 10:00 y está "satisfecho" pero sus compañeros se quejan de que tienen "muy mal acceso" hasta la Fira de Gran Vía: "Después se quejarán de que no hay taxis".

Uno de los taxistas, que lleva 20 minutos parado esperando a coger gente junto a la entrada principal, explica que hoy trabajan los mismos taxis que un día normal: "Entre 8.000 y 8.500 taxis circulan por Barcelona".

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