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Arte de cinco tenedores

Julião Sarmento crea una ‘obra de obras’ a partir de 67 piezas de las colecciones de la Fundación Gulbenkian, el Macba y La Caixa

José Ángel Montañés
'The Waste land' de Juan Muñoz, que puede verse en Caixaforum.
'The Waste land' de Juan Muñoz, que puede verse en Caixaforum.J. Á. M.

“Trabajar con estas tres colecciones que reúnen más de 10.000 piezas es como ir a un restaurante a la carta en la que puedes elegir entre 40 platos, todos buenos”. Así explica el artista portugués Julião Sarmento (Lisboa, 1948) la experiencia de seleccionar 67 obras para la exposición El peso de un gesto con obras de la Fundación Gulbenkian de Lisboa, de La Caixa y del Macba, que puede verse desde hoy en dos salas —800 metros cuadrados— de Caixaforum Barcelona. El aperitivo lo pone The Waste Land (La tierra baldía), una impresionante obra de Juan Muñoz de 1986, que recibe al visitante, en la que un muñeco de ventrílocuo realizado en bronce nos observa, con su sonrisa congelada y grotesca, sentado en un muro blanco, sobre un suelo óptico de fuga e inestabilidad, la misma que transmite al espectador. “Tuve una relación de amistad con Juan desde 1982 y siempre le gustaba visitar la fundación Gulbenkian cuando venía a Lisboa”, explica Sarmento. La guinda la pone un pequeño cuadro, Retrato de Henri Michel-Lévy, de Edgar Degas, “una de las piezas más anómalas del pintor”, que parece mirar la obra de Muñoz de soslayo.

'Retrato de Henri Michel-Lévy' de Edgar Degas, perteneciente a la colección Gulbenkian.
'Retrato de Henri Michel-Lévy' de Edgar Degas, perteneciente a la colección Gulbenkian.

El maridaje entre obras es constante en esta exposición en las que las tres fundaciones y sus artistas se mezclan y se confrontan “para poner en relieve, por encima de la materialidad de las obras, el gesto creativo. Es como un cuerpo gigantesco, un organismo vivo suma de las partes que lo componen. Lo más importante para mí era conseguir lo que la gente no se esperaba. Quería crear muchas zonas de conflicto y disfunciones, que funcionan”, explica el artista comisario que reconoce que el criterio de selección no ha sido cronológico, temático o estilístico, sino “a partir de lo que me han sugerido cada una de las obras. Las colecciones darían para otras 50 exposiciones”, resalta.

El recorrido continúa con piezas como Enciclopedia, la enigmática estantería y la sombra que deja el polvo de los libros en la pared de Ignasi Aballí que queda separada por Dique, el muro de madera creado por Carl Andre en 1978, que ocupan una de las salas, mientras que en otra al lado, el arte minimalista de Donald Judd comparte espacio con fotografías de Augusto Alves da Silva o con una de las dos enigmáticas mujeres pintadas por Jorge Barradas. La lista de los autores es larga: hay fotografías de grafitis de Brassaï de los cincuenta junto a artistas de las últimas tendencias como la ingrávida escultura de hierro de Rui Chafes, el cuadro pop art de Bridget Riley o el gigante tríptico de Sigmar Polke. Y así hasta el final, de sorpresa en sorpresa, como dos obras de Fernando Calhau “que su viuda mató del todo porque compró todas sus obras y las donó a la Gulbenkian, retirándolo del mercado totalmente”. La última pieza es Hello! de Luísa Cunha, instalada en los lavabos de Caixaforum, que impide mirarse en los espejos, tapados con papel, mientras una voz lanza mensajes al usuario, perplejo. En la selección no hay ninguna obra de Sarmento. “Soy el autor de esta obra de obras”, remacha.

Acuerdo con el MNAC

La exposición inaugurada este miércoles es fruto de los acuerdos de colaboración que la Obra Social La Caixa mantiene con las otras dos instituciones implicadas: el Macba (2010) y la Fundación Gulbenkian de Lisboa desde 2013; unos acuerdos estratégicos para colaborar a largo plazo que la entidad bancaria también ha firmado con otros centros como el Museo del Prado y el Louvre (los dos en 2009), la Fundación Miró (2012), que permite organizar el premio que lleva el nombre del pintor y exposiciones como la que ha llevado Miró y el objeto a Madrid, inaugurada el martes. La última fue en 2015 con el British Museum. También se han firmado colaboraciones de diferente tipo con instituciones como el Guggenheim de Bilbao, el Museo Thyssen o el Museo Dalí de Figueras.

Ahora, según Elisa Duran, directora general adjunta de la Fundación La Caixa, se trabaja en un acuerdo estratégico con el MNAC, el primer museo catalán, vecino de Caixaforum en Montjuïc, para reforzar unas relaciones cordiales que nunca han sido excelentes, pero que han permitido buenas actuaciones. Por ejemplo, que la entidad bancaria aporte casi 300.000 euros (un tercio del total) para la nueva presentación de las colecciones del siglo XIX del MNAC y la producción conjunta de exposiciones como la del fotógrafo Gabriel Casas, además de que Isidre Fainé, presidente del Grup La Caixa, sea vocal del patronato del MNAC desde 2012.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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