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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Valencia

El portavoz de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana, Fernando Giner, responde a Julio Llamazares

Fernando Giner.
Fernando Giner.

Hay momentos clave en la historia de los pueblos y Valencia está viviendo uno de ellos. Estos días en los que nuestra reputación vuelve a estar tan en entredicho, como opinaba don Julio Llamazares el pasado febrero, después de sufrir más de una decena de ‘megacasos’ de corrupción (Emarsa, Nóos, Cooperación, Rus, Gürtel, y  OperaciónTaula), hoy nos parece importantísimo recordar todos los méritos que hemos realizado como pueblo a lo largo de nuestra historia y, fundamentalmente, en los últimos tiempos.

La sociedad civil valenciana ha hecho que esta región sea próspera y que Valencia sea única e inigualable a diferentes niveles.

Tierra de empresarios valientes, creativos, innovadores, capaces de adentrarse en nuevos mercados geográficos y adaptarse a cada uno de ellos. No es nada raro que las exportaciones de la Comunidad Valenciana representen el 12% del total de España con destinos tan distintos como Alemania, Francia, México o Polonia. Valencia ha liderado los principales sectores de la economía nacional. En unos, los recursos naturales nos han proporcionado dicha ventaja, como el citrícola, agroalimentario o el turismo. Pero, en otros muchos hemos creado industrias de la nada con nuestro talento, a partir de materias primas no autóctonas, como es el caso del mueble, el calzado, el textil o el juguete, tanto a nivel nacional como internacional.

Un ejemplo de liderazgo es el sector cerámico, donde han sido capaces de adaptarse invirtiendo en I+D+i y con un diseño óptimo compiten a nivel internacional tanto en las líneas premium, como en las ‘low cost’.

"No es justo que casi cinco millones de personas trabajadoras sean estigmatizadas por un puñado de políticos"

Otra virtud valenciana es la capacidad de materializar dones inmateriales en habilidades como la música, la gastronomía o la artesanía, y lo más importante, que nuestras gentes han querido y se han preocupado de trasladar este conocimiento, de generación en generación, convirtiéndolo en tradición.

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Qué duda cabe que las generaciones futuras nos juzgaran cuando estudien los grandes eventos acontecidos la década pasada en Valencia y, sobre todo, cuando descuidamos nuestra esencia y trasladamos gran parte de nuestras capacidades a la parte especulativa de la construcción. El dinero que habíamos ganado y el que no teníamos se invirtió en financiar grandes eventos, mega infraestructuras y construcciones faraónicas. Actuamos como nuevos ricos, crecimos de forma poco natural, cuando lo nuestro siempre había sido el crecimiento continuo, silencioso e imaginativo.

Pasamos de tener a deber y lo peor es que hubo una clase social que se aprovechó de esta situación: la clase política dirigente.

Pero no me confunda, don Julio, a esta clase política con los valencianos o con Valencia. Es cierto que nos representaron, que fueron votados democráticamente, pero también es cierto que los valencianos hemos dicho “hasta aquí”.

No es justo que casi cinco millones de personas trabajadoras sean estigmatizadas por un puñado de políticos. Porque ya lo estamos pagando. Hemos perdido entidades financieras centenarias, medios públicos de comunicación, nuestra imagen ha resultado tremendamente dañada y nos hemos quedado con un importe de deuda que impide realizar nuevos proyectos.

"Valencia, tierra resiliente, está viviendo tiempos de desconcierto, pero está encaminada a rehacerse"

Aunque puedo coincidir en la esencia de su mensaje, no es cierto que Valencia sea “sinónimo de putrefacción”. Sí que es cierto que hay muchos ámbitos que necesitan limpieza y regeneración. Y sobre todo, lo más importante, debemos averiguar qué y cómo ha pasado, porque no hay que olvidar que conocemos los últimos casos por el ‘enfado’ de uno de sus miembros y no porque el sistema lo detectara y lo denunciara. Al final ha sido la debilidad humana quien, nuevamente, ha destapado un posible caso de corrupción, y no un sistema institucional preventivo, transparente y objetivo el que ha encendido las alarmas en el momento adecuado.

Valencia, tierra resiliente, está viviendo tiempos de desconcierto, pero está encaminada a rehacerse y a evitar, de manera definitiva, que estas situaciones se vuelvan a producir porque sabemos que estamos en un momento clave de nuestra historia.

Fernando Giner Grima es el protavoz de Ciudadanos (C's) en la Comunidad Valenciana

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