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Columna
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Un recuerdo para el Viejo Profesor en el 30 aniversario de su muerte

De su mano, Madrid era el lugar soñado y querido, merecedora de aquel “de Madrid al cielo”

Tierno Galván celebra el resultado de las elecciones.
Tierno Galván celebra el resultado de las elecciones.Ricardo Martín

Hace 30 años yo ni siquiera vivía en Madrid y sin embargo Enrique Tierno Galván era mi Alcalde, por eso acudí a su entierro junto a miles de personas llegadas de todas partes. De su mano, Madrid era el lugar soñado y querido, la ciudad en la que se podía ser feliz, merecedora de aquel “de Madrid al cielo” que tan bien definía el sentimiento de orgullo de madrileños y madrileñas por su ciudad.

Tierno Galván fue el Alcalde que hizo de Madrid una ciudad moderna y democrática, libre y acogedora, un lugar donde encontrarnos. Fue en su tiempo cuando se empezó a impulsar la participación, a fomentar la cultura, a crear un espacio urbano para la gente, y fue también en este tiempo cuando se pusieron en marcha servicios públicos esenciales. Tierno fue capaz de construir un Madrid real e imaginario en el que ciudadanía y Ayuntamiento se encontraron.

El “Viejo Profesor” supo dotar de dignidad a la institución municipal, al convertir una mera oficina en todo un Ayuntamiento en el que se gestionaban los problemas más inmediatos de los vecinos con un enfoque trascendente. Fue incluso capaz de convertir los bandos municipales en una pieza educativa, con instrucciones para solucionar el hoy y diseñar el mañana.

Tierno Galván fue un político innovador y hoy lo seguiría siendo. Al igual que hace 30 años, Madrid necesita un impulso político capaz de construir un proyecto para esta ciudad que promueva el crecimiento económico a la vez que reparta el bienestar; que cuide de las personas, sobre todo de las mayores; que garantice la igualdad de las mujeres; que se apoye en la diversidad de sus gentes; que sea solidario con quienes parten con desventaja procedan de donde procedan; que de verdad crea en la cultura como motor de crecimiento e impulsor no sólo de nuestra economía sino también de nuestra libertad. Madrid necesita un nuevo modelo urbano que integre barrios y distritos en un proyecto compartido de ciudad, que apoye a quienes están en peor situación y no condene a la exclusión a quienes viven en algunas zonas de nuestro territorio.

Necesitamos que Madrid apueste por la innovación para resolver sus problemas de contaminación, de tráfico e incluso de convivencia, a fin de aprovechar nuevas herramientas en busca de nuevas oportunidades para los madrileños y madrileñas.

Sigue vigente esa necesidad de un nuevo impulso para Madrid, como también sigue vigente la figura política de Tierno Galván, así como su legado.

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Hoy, cuando tanta gente en política reclama el espacio de la indefinición ideológica, siempre pienso que Tierno fue el Alcalde de todos los madrileños porque fue un Alcalde de izquierdas y por lo tanto capaz de provocar el diálogo, el consenso y el acuerdo. Cuando encuentro tanto “postureo” para demostrar ser gente corriente, recuerdo a ese viejo profesor con sus trajes y corbatas que entusiasmaba a los jóvenes a pesar de que nunca pretendió ser uno de ellos, ni siquiera tuvo la tentación de mostrarse como quien no era.

Enrique Tierno Galván fue un político que, antes de que se pusiese de moda, ya actuó en lo local con visión global. Supo hacer política con mayúsculas evitando tanto el “tacticismo” de vía estrecha como la inconsistencia en la argumentación. Mantuvo sus principios, y, al mismo tiempo, tuvo la suficiente flexibilidad como para adaptarse a una realidad que, como la actual, estaba transformándose.

Y todo ello lo hizo con sencillez y cercanía, algo que jamás necesito recalcar, porque así era como le veían sus conciudadanos, esos que de manera frecuente se acercaban a su despacho a trasladar opiniones, sugerencias, quejas y peticiones.

Muy poco tiempo después de la muerte de Tierno Galván yo vine a vivir a Madrid, y aunque siempre fue la ciudad abierta, libre e inquieta que me atrajo a ella, largos años de gobierno del PP cambiaron su realidad y marchitaron parte de nuestros sueños, alejándola de aquel estatuto de “antesala del cielo” que le dieron algunos momentos de su historia.

Hoy, sin embargo, esta ciudad reclama de nuevo un proyecto colectivo y solidario. En este 30 Aniversario del fallecimiento de Enrique Tierno Galván es importante recordar que en las pasadas elecciones municipales los madrileños y las madrileñas nos demandaron que fuéramos capaces de volver a entusiasmarles, cambiando las políticas que hemos visto aplicar a la derecha durante años. Una derecha que, a la vez que se reclamaba liberal utilizaba el Ayuntamiento de Madrid para favorecer el enriquecimiento de unos pocos, y que fue cimentando un pacto con los sectores más conservadores con el fin de ahogar la libertad que siempre buscamos las gentes de Madrid.

Creo que sólo conseguiremos entusiasmar a los madrileños haciendo realidad el encuentro de Ciudadanía y Ayuntamiento en un proyecto compartido de mayor bienestar, que sitúe la igualdad en su centro y que se apoye en ese Madrid creativo, libre y diverso que vive en nuestras casas y en nuestras calles. Al igual que hiciera Tierno Galván debemos trabajar desde la Corporación Municipal para recuperar la identidad de Madrid para los madrileños, que, al igual que en otros momentos de nuestras historia, ansiamos sentirnos orgullosos de nuestra ciudad, ese espacio al que el “Viejo Profesor” se refería como “nuestro hogar público”.

Un abrazo solidario, compañero. Un beso, querido Viejo Profesor.

Purificación Causapié es portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid.

 

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