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POP Robert Forster
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un caballero en la penumbra

El sabroso repertorio agridulce del exintegrante de The Go-Betweens le permite triunfar en El Sol incluso en formato de guitarra y voz

Como el caballero de la canción que desde hace tanto tiempo es, Robert Forster (camisa blanca, pelo cano con la raya bien marcada) no quiso el miércoles pulsar una sola cuerda en El Sol sin agradecer antes su presencia a unos asistentes a los que piropeó durante toda la noche. Pensarán que se trata de una formalidad, pero esa voz cálida, suave y natural sirvió como elegante salvoconducto para los 85 minutos siguientes. El australiano pudo pelearse en algún momento con la afinación de su rebelde guitarra y actuó casi en penumbra porque a la tercera canción coligió que los focos le estaban achicharrando las meninges, pero nunca le fallaron sus potentes tres décadas de composiciones para hacernos llevadera la singladura. Con una salvedad: las versiones a guitarra y voz de unas piezas tan ricas implican la cruel pérdida de matices innumerables.

El veterano trovador (58 años) lo sabe e intenta compensarlo con distinguido encanto personal y afilando la dimensión más ácida de su obra. Sucede así desde la inicial Rock ‘n’ Roll Friend, donde se postula como un Lou Reed de las antípodas, y se acentúa en I Love Myself and I Always Have o con Let Me Imagine You, cáustica reflexión sobre la dificultad de conservar amistades y relaciones con un enjambre de dispositivos electrónicos zumbándonos entre las manos. Forster es un cantor de filiación analógica, por generación y convencimiento, pero se congratuló del entusiasmo que generaban títulos como I Can Do: “En 20 años ningún público la había tarareado así. Por favor, colgadlo en vuestras redes sociales…”.

El catálogo distinguido y agridulce recordaba un par de visitas en solitario no muy lejanas, las de Luke Haines (Moby Dick) y Robyn Hitchcock (Teatro del Arte). Forster alternó su reciente Songs to Sing con clásicos de The Go-Betweens y los aplausos le acabaron arrancando hasta cuatro bises. Todo un triunfo de la canción austera.

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