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Los museos Dalí pierden afluencia por segundo año

La caída del turismo ruso, clave del descenso, se quiere paliar con visitas nocturnas en verano e incrementar la demanda de invierno

José Ángel Montañés
Interior del museo Dalí, en Figueres.
Interior del museo Dalí, en Figueres.PERE DURAN

El descenso del turismo ruso le ha pasado factura, por segundo año consecutivo, a los museos Dalí de Figueres, Púbol y Portlligat; los tres centros vinculados con el pintor surrealista que preservan y difunden el legado daliniano. En total, han visitado estos espacios de Girona 1.389.018 personas en 2015, lo que representa un descenso del 9,5% con respecto al año anterior, según dio a conocer ayer la Fundación Gala-Salvador Dalí en un comunicado. Unos datos que, a pesar de que representan un mayor descenso que el del 2014, que fue del 2,8%, son valorados, desde la Fundación, como positivos “por lo que supone de difusión del patrimonio daliniano entre los ciudadanos nacionales e internacionales”.

No obstante, 2015 ha transcurrido en los tres centros con desigual fortuna. Por un lado, el Teatro-Museo Dalí de Figueres fue visitado por 1,1 millones de personas, un 10,4% menos que en 2014, y el castillo de Púbol, residencia de Gala en sus últimos años y lugar donde está enterrada tras fallecer en 1982, ha contado con solo 88.000 visitas, acumulando un descenso del 22,64% respecto el año anterior. Por otro, la casa del pintor y su musa en Portlligat ha visto aumentar la afluencia un 12% (casi 140.000 personas).

Los responsables de estos tres centros, con su directora Montse Aguer a la cabeza, achacan estos números al descenso del turismo ruso en Cataluña, el segundo colectivo, tras el francés, que se siente atraído por Dalí y su mundo. "No es un tema anecdótico, lo hemos comprobado. Los rusos son importantes, pero trabajamos en potenciar otros mercados, como el chino y el japonés", explicó Aguer a este diario el pasado 16 de diciembre, tras ser nombrada para dirigir los museos, en sustitución de Antoni Pitxot, fallecido en 2014. Según Aguer, se trabaja “para aumentar los visitantes en invierno y potenciar las visitas nocturnas en verano hasta la una de la madrugada: Dalí pensó que su museo se visitara de noche”. Además, este 2016, la casa de Portlligat donde el matrimonio residía entre primavera y otoño de cada año, momento en que viajaban a Nueva York para pasar el invierno, abrirá también los lunes, único día de la semana que permanecía cerrada, con la intención de no aumentar el número de grupos que a diario se acercan a este idílico lugar para conocer al Dalí más cotidiano. Según el comunicado, el resto de colectivos de visitantes "pese a la crisis, se ha mantenido en número con respecto al año anterior, hecho que demuestra el interés sostenido por el legado daliniano”.

Durante el pasado año también se amplió la venta de entradas por Internet, que experimentó un aumento del 62% con respecto a 2014. “No se han acabado las colas, pero hay menos”, aseguró Aguer, que postilló que a Dalí le gustaba muchos ver las enormes colas en su museo.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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