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Junts pel Sí y la CUP se citan sin estar dispuestos a ceder

El futuro de la coalición de Convergència y Esquerra está en el aire

Marta Rovira (ERC), Jordi Turull (CDC) y Raül Romeva.
Marta Rovira (ERC), Jordi Turull (CDC) y Raül Romeva.albert garcia

Tras un lunes de reproches cruzados, Junts pel Sí y la CUP se emplazaron ayer a volver a las negociaciones. El domingo expira el plazo legal para investir el presidente y hasta entonces no queda más remedio que esperar: Artur Mas no puede convocar antes los comicios porque la ley no se lo permite. Por ello los negociadores de la coalición reclamaron a la CUP que vuelva a sentarse a la mesa y los anticapitalistas llamaron a hacerlo junto a las entidades soberanistas. Diálogo sí, pero sin cambiar de opinión: ninguno de los dos está dispuesto a ceder.

"Les seguimos emplazando a encontrar una solución. Nos ponemos a disposición de este último intento", apuntó Raül Romeva, el que fuera cabeza de lista de Junts pel Sí, tras la reunión que los dirigentes de la coalición tuvieron ayer. Fueron los máximos representantes de CDC y ERC —sin sus lideres, Mas y Oriol Junqueras— y los principales independientes de una candidatura que se formó para proclamar la independencia y ven cómo sus días pueden estar contados.

"Tenemos la obligación y el mandato democrático de agotar el calendario", prosiguió Romeva, que se hizo eco de la demanda de las entidades soberanistas —la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural— para agotar la negociación.

Junts pel Sí emplaza a la CUP a volver a sentarse, pero no modificará una coma su plan, el documento de 61 páginas en el que figura la investidura de Mas, la declaración de inicio del proceso independentista votada en noviembre, y un plan de choque social de 270 millones. Romeva considera que los dirigentes de la CUP solo han hablado de la investidura, y no del plan en su conjunto: "Nosotros pedimos que valoraran una oferta y ellos han valorado una parte, la del quién". Eso, para Romeva, no está en discusión: el candidato sigue siendo Mas.

La CUP también emplazó a una reunión a Junts pel Sí a la que pidió que se incorporaran las entidades soberanistas. Pero, como pasa en la coalición, aquí tampoco varían las condiciones. En una carta enviada a los partidos y las asociaciones, los anticapitalistas consideran que todavía hay margen para alcanzar un acuerdo: "Si aún estamos a tiempo, [planteamos que haya] una nueva candidatura a la Presidencia que refleje los cambios sociales y políticos de los últimos años y un plan de choque más ambicioso".

En Junts pel Sí hay consenso en mantener la candidatura de Mas: unos, los más cercanos a CDC, por convencimiento; otros, entre ellos algunos dirigentes de ERC, por resignación: verían con buenos ojos un paso atrás de Mas pero saben que solo sugerirlo podrían romper la cohesión interna en Junts pel Sí.

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En público, siguen apoyándole, como demostró Junqueras ayer, en una entrevista en Catalunya Ràdio, donde abandonó la ambigüedad del lunes: "Somos leales, Mas es nuestro candidato". La afirmación no fue suficiente para el presidente en funciones, que lanzó un tímido dardo a su socio. Frente a la estrategia de ERC, que se sitúa en medio de la CUP y CDC, Mas recordó que los republicanos han estado de su lado en las negociaciones: "Cuando oigan declaraciones de algunos dirigentes de según qué partidos, piensen que esto no es entre CDC y la CUP, esto es de Junts pel Sí".

El futuro de la coalición, en el aire

Nadie en Junts pel Sí se atreve, por ahora, a afirmar que la coalición de Convergència y Esquerra volverá a concurrir a las elecciones en marzo. CDC demostró el lunes, en palabras de su coordinador general Josep Rull, que apuesta claramente por repetirla. Ayer también lo sugirió su líder, Artur Mas: "Mi obsesión ha sido siempre poner a trabajar juntas a personas muy diferentes".

No piensan lo mismo en Esquerra Republicana, que aceptó a regañadientes la creación de la coalición y ahora aspira a concurrir en solitario en marzo, con muchas opciones de superar a CDC en las urnas. Los republicanos evitan, en público, dar por hecha la ruptura y llaman a esperar a que se acabe el plazo legal para negociar (el domingo por la noche) para hablar de la reedición de Junts pel Sí. La misma posición tomó el que fuera su candidato, Raül Romeva: "Cuando el calendario se agote ya lo valoraremos".

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