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Junts pel Sí se reúne con la duda de si se reeditará la coalición

CDC insiste en volver a pactar con ERC, pero los republicanos echan balones fuera

Turull (CDC), Rovira (ERC) y Romeva (independiente), en el Parlament.
Turull (CDC), Rovira (ERC) y Romeva (independiente), en el Parlament.Albert Garcia

Junts pel Sí puede convertirse en una de las coaliciones más efímeras de la historia de la política catalana. Después de que Convergència y Esquerra, auspiciados por la Asamblea Nacional Catalana, pactasen en julio ir juntos a las elecciones del 27-S para recalcar que se trataba de un plebiscito sobre la independencia, el futuro de una coalición pende de un hilo si hay nuevos comicios.

La dirección de la formación, integrada por la cúpula de CDC, la de ERC, y los principales independientes de la lista (con Raül Romeva a la cabeza) se reunirá hoy para valorar el enésimo portazo de la CUP con la duda de su continuidad. CDC, por boca de su coordinador general, Josep Rull, insistió ayer en la necesidad de repetir la coalición si hay elecciones. ERC optó por echar balones fuera y seguir mostrando su confianza en alcanzar un acuerdo: "Hay que seguir negociando hasta el viernes. Nos parece una irresponsabilidad hablar de escenarios futuros y no estar concentrados en lo que requiere nuestra atención, que es buscar el pacto", argumentó el presidente de ERC, Oriol Junqueras.

Los republicanos no han escondido en las últimas semanas su deseo de no repetir la coalición de Junts pel Sí. Junqueras, incluso, llegó a reconocer que el resultado de la coalición (tuvo 62 diputados, ocho menos de la mayoría absoluta), no fue el esperado: hasta esos comicios, la suma de CDC y ERC siempre había dado mayoría absoluta.

Las perspectivas electorales de los republicanos también apuntan al rechazo a una nueva coalición. Una expectativa totalmente diferente de la que tiene CDC: en caída libre desde el inicio del proceso soberanista, Junts pel Sí maquilló los severos resultados que los sondeos pronosticaban a Convergència. Mantener la coalición, aún a riesgo de un descenso, permitiría al partido seguir aguantando el tipo sin abrir una crisis interna que se cuece de forma tímida, en plena refundación.

El proceso de creación de Junts pel Sí tampoco ayuda a su reedición. La coalición se formó en julio, pese a meses de resistencia de ERC. Los republicanos se vieron forzados a aceptarlo después de que Mas amenazara con no convocar las elecciones si no había una lista conjunta de ambos partidos, una demanda a la que se sumaron las entidades soberanistas.

El presidente en funciones carece ahora del arma de convocar elecciones cuando quiera: los nuevos comicios son obligados en marzo por ley, al ser imposible la investidura de un presidente dos meses después del primer debate parlamentario.

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La mayoría de los cuadros de CDC y ERC tienen su futuro asegurado en listas separadas: otra cosa son los independientes como Romeva, el cantante Lluís Llach, o la presidenta del Parlament Carme Forcadell. Entraron para proclamar la independencia en el Parlament y su vida como diputados puede haber durado apenas unas semanas.

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