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El PP pide una segunda oportunidad a los catalanes que se van a Ciudadanos

El partido aspira a retener parte del voto que consiguió en 2011, a pesar de la dificultad

Carlos Orquín

El ministro del Interior y candidato popular en Cataluña, Jorge Fernández Díaz, siente que tiene encomendada su última misión: salvar a Rajoy e intentar garantizarle el Gobierno de España. Lo tiene difícil. Los populares han afrontado la campaña con menos expectativa de voto en los últimos 25 años en Cataluña. El mejor de los sondeos para la formación augura tan solo cinco diputados frente a los 11 que el PP catalán aportó en 2011 al grupo parlamentario. Ante la fuga de sus votantes a Ciudadanos, su nuevo gran rival en el entorno del unionismo en Cataluña, el dirigente ha lanzado este viernes en el cierre de campaña su último aviso: “Pido a esa gente que nos dio confianza y la ha ido perdiendo estos cuatro años que nos la devuelvan”.

Los mensajes para evitar que se fragmente su voto han sido constantes. Los populares han atacado a Ciudadanos acusándoles de ser un partido inexperto, personalista y sin estructura real en el territorio. “Rivera quiere todos los sillones del consejo de ministros”, ha dicho la aún presidenta del PP catalán Alicia Sánchez Camacho, que va de número tres por Barcelona. La formación cree que el partido de Rivera se hizo fuerte en Cataluña tras la pseudoconsulta del 9-N de 2014 organizada por la Generalitat. “No era un referéndum, pero la gente vio las urnas y parte de nuestros votantes lo interpretaron como una debilidad del Gobierno”, dijo el ministro en una entrevista a EL PAÍS. El partido siempre ha defendido su gestión en aquella crisis y por eso, no ha parado de alertar: “Que nadie se equivoque de papeleta”, insistió Sánchez-Camacho.

Con respecto al proceso independentista, el PP confía en el paso del tiempo y se aferra a no mover su posición más allá de una reforma del sistema de financiación autonómico. “Vamos a vencer a los separatistas, las borrascas siempre tienen un final, las fiebres pasan. No vamos a renunciar nunca a España”, explicó Jorge Fernández Díaz, con una voz tomada por una congestión y un cansancio evidente.

Los conservadores eligieron uno de sus bastiones –Badalona-, para cerrar una campaña de perfil convencional. No es casualidad, ya que el director de la misma es el polémico exalcalde Xavier García Albiol, que está en tránsito de tomar las riendas del partido en Cataluña cuando se celebre un congreso en los próximos meses. Tras varios actos pequeños, el PP quería garantizar un lleno asegurado con una cena-mitin con unos 500 militantes en un polideportivo. Durante la campaña ha intentado escenificar su mensaje de alerta contra la coalición de izquierdas que puede arrebatar a Rajoy el Ejecutivo visitando y aludiendo a los ejemplos municipales como el de la ciudad donde estaban o el otro municipio catalán en el que el partido perdió el poder en mayo: Castelldefels. Su exalcalde, Manu Reyes, recolocado en la lista al Congreso en el número 6, también estuvo presente en el cierre.

El partido es consciente de que ante la fragmentación del voto que se espera en Cataluña —con hasta siete partidos que podrían obtener representación—, entrar en Girona, donde se reparten cuatro escaños, y Lleida, con seis, será muy difícil. En este sentido, al ministro solo se le ha visto fuera de Barcelona para ir un día a Tarragona y otro a una granja de vacas en Lleida. El resto de mítines se han concentrado en el área de la capital, incluyendo distritos donde Ciudadanos ganó en las elecciones del 27-S como Nou Barris.

La gran ausencia de la campaña en Cataluña ha sido Andrea Levy, ahora vicesecretaria de estudios y programas de los populares a nivel estatal. Levy ha recorrido otros puntos del Estado pero el partido solo le ha reservado un par de actos en la comunidad en los últimos dos días. Estuvo en el acto de cierre pero sin discurso. La dirigente quería ir en las listas del Congreso a solo dos meses de conseguir acta como diputada en el Parlament, donde tampoco ha obtenido un papel relevante, pero el partido lo ha evitado para no arriesgarse a perder más votos después de su polémica actitud en el pleno de investidura de Mas. El ministro no ha parado de recordar lo que se juegan en estas elecciones: “Son las más importantes desde la aprobación de la Constitución”.

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Sobre la firma

Carlos Orquín
Periodista especializado en política, trabajó en la redacción de Barcelona de EL PAÍS y, después, en diferentes proyectos de televisión -en La Sexta, TV3, La2-, y radio en SER Catalunya. Actualmente, concentrado en la comunicación institucional y política, lo que compagina con comer a tiempo completo y escribir a tiempo parcial en El Comidista.

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