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Busco donante, si te abstienes rescata mi voto

La Marea Granate pone en contacto abstencionistas con españoles residentes en el extranjero para que voten por ellos el 20-D

Algunos de los emigrantes que se han unido a la iniciativa.
Algunos de los emigrantes que se han unido a la iniciativa.

"Quiero votar, ayúdame", este es el grito que han lanzado a las redes sociales cientos de españoles residentes en el extranjero que no podrán votar en el próximo 20-D. Con la llegada de los comicios, los españoles que viven en otros países comienzan con una auténtica yincana burocrática para poder rogar el voto. Desde la Marea Granate, asociación de españoles residentes en el extranjero, denuncian que la ley electoral no pone nada fácil ejercer este derecho fundamental. "Para poder simplemente pedir el voto, tenemos que viajar al consulado o a la embajada, y cumplir con los plazos irrisorios que recoge la ley", comenta Pablo García, portavoz de la Marea Granate en París. Todas las trabas de las que se queja esta asociación se traducen en una baja participación desde el exterior. Para la convocatoria del 20-D, tan solo han conseguido superar todos los trámites el 8% del 1.875.272 de emigrados españoles. "Y después rezar para que llegue el voto a tiempo y poder enviarlo", recalca García, que explica que este año calculan que solo cumplirán el plazo la mitad de las papeletas solicitadas.

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Para intentar paliar la impotencia de todos aquellos que, por diferentes motivos, no podrán expresarse en las urnas, la Marea Granate ha puesto en marcha la iniciativa Rescata mi voto. Con este proyecto, que consiste en poner en contacto a abstencionistas que residen en España con inmigrantes que no han podido rogar su voto, la Marea Granate ha conseguido rescatar, hasta este viernes, 3.162 votos. "Esto no es una idea nueva, ya lo hacían antes muchos emigrantes que le pedían a amigos y familiares que votaran por ellos. Nosotros solo la hemos globalizado", explica García.

Nuria Campos residente en la isla Reunión (situada en el océano Índico) es una de las emigrantes que no ha logrado superar la yincana. "Cuando llegué aquí en septiembre pregunté al vicecónsul qué tenía que hacer para poder votar y me respondió que, siendo residente temporal, tenía que acudir a la embajada en París para solicitar personalmente mi voto", explica. Tras cruzar varios e-mails con la embajada española en la capital francesa y ver que no había más solución que viajar los 5.437 kilómetros que separan París de la isla Reunión, decidió apuntarse en la web de la Marea Granate para que alguien votara por ella.

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Baja participación desde el extranjero

Desde la entrada en vigor de la nueva ley electoral en 2011 —aprobada por el PSOE el PP y CiU— la participación de los españoles residentes en el extranjero ha disminuido un 23,91%, lejos quedan los porcentajes de 2008 cuando el voto exterior se situaba en el 31,88%. Desde la Marea Granate, asociación ciudadana de Españoles residentes en otros países, achacan este descenso a los trámites demasiado complejos y a los plazos "irrisorios" que establece la ley. Según esta norma todos los españoles que residen fuera del territorio nacional deben inscribirse en el Censo de Electores Ausentes (CERA), y pedir su voto a las Oficinas del Censo Electoral correspondientes. "Lo peor es que cumplir con todos los requisitos no te garantiza poder votar", comenta Pablo García, portavoz de la Marea Granate en París. Y, es que, nadie asegura a los emigrantes que las papeletas llegaran a tiempo.

La página web de la plataforma es el punto neurálgico de este proyecto. El sistema es muy sencillo: las personas que quieren participar en esta iniciativa se registran a través de la página web de la Marea Granate. Por una parte se inscriben los emigrantes y, por otra, los abstencionistas. "Cada uno se registra y pone a qué comunidad autónoma pertenece y el sistema cruza los datos y pone en contacto a los donantes con las personas que no pueden votar y a partir de ahí es cosa ellos", resume Pablo García. El proceso es privado, para que el secreto del voto quede entre el donante y el receptor, y cada pareja puede gestionarlo como prefiera, aunque desde la Marea Granate aconsejan poner cara a la otra persona, bien sea en foto o por una videoconferencia.

"Me inscribí y a los pocos días contactaron conmigo y me enviaron el e-mail de la persona que votará por mí en las próximas elecciones", explica Campos. Al igual que ella, Alejandro Fidalgo, residente en Manchester, también votará de prestado el próximo 20-D: "Al principio era algo escéptico de que me fueran a responder, pero milagrosamente, Marea Granate me puso en contacto con una chica de A Coruña que no quería votar", comenta Fidalgo. Ambos eran reticentes al principio, no sólo porque temían no encontrar una pareja, sino porque al final esta iniciativa se reduce totalmente a la confianza y a la buena voluntad del donante. "Al fin y al cabo no sabremos si nuestro deseo es el que estará en las urnas después", reconoce Campos.

La Marea Granate también ha previsto que alguno de los abstencionistas se niegue al final a votar a quien le haya pedido el emigrante. "Simplemente hay que desapuntarse en la página web y nosotros asignamos otro donante", apunta García. Pero desde la Marea Granate aseguran que no hay mucha gente que retire su donación, aunque sí que existen algunos casos en los que la ideología política impide el acuerdo. "Nosotros entendemos que hay gente que se niegue a votar a un partido determinado y que por eso retire su donación", explica García.

Finalmente, cientos de receptores como Fidalgo y Campos podrán votar de manera indirecta este domingo. Pero ambos coinciden en apuntar que esta clase de iniciativas no cambia nada. "La idea es muy buena y solidaria, pero quiero dejar claro que, para mí, esto no soluciona nada. Siguen queriéndonos callar y privándonos de un derecho fundamental, y esto no es votar", apunta Campos.

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