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Refugiados para salvar el colegio

El pueblo leridano de el Cogul ha solicitado alojar a una familia siria con hijos para no tener que cerrar la escuela

Alfonso L. Congostrina
Cinco niños, junto a la profesora en la escuela de El Cogul.
Cinco niños, junto a la profesora en la escuela de El Cogul. Javi Martín

El Cogul es un municipio leridano de la comarca de las Garrigues. Un pueblo con 150 vecinos que aparece en los libros de historia gracias a un pequeño yacimiento prehistórico bautizado como La Roca de los Moros. Unas pinturas rupestres que apenas atraen a unas decenas de turistas que en poco, o en nada, solucionan el día a día del municipio.

El colegio del Cogul (Escola Camp Crusat) tiene siete alumnos y, al menos, tres de ellos tendrán que peregrinar el próximo año hasta el instituto de Les Borges Blanques.

La alcaldesa y las tres concejalas del Ayuntamiento llevan desde septiembre buscando una solución para evitar el cierre de la escuela el próximo año.

Un día la alcaldesa Núria Civit (CiU), vio en televisión las riadas migratorias de refugiados sirios. Si conseguían acoger a una familia con muchos hijos, el Cogul aportaría su “granito de arena” y, de paso, evitarían el cierre de la escuela.

Civit se presentó en el Consejo Comarcal de les Garrigues y tramitó la petición. “Al principio nos dijeron que teníamos que acoger a un mínimo de 15 personas. No podemos asumir tanta gente pero sí repartirlos entre diferentes pueblos de la comarca”, aseguraba la alcaldesa.

El Consejo Comarcal tomó nota de la petición y el municipio se puso manos a la obra. “Tenemos un piso propiedad del Ayuntamiento y lo estamos preparando para la familia de refugiados”, informaba la alcaldesa.

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La escuela de el Cogull nunca ha cerrado. “Hace unos años estuvimos escasos de alumnos y vino a vivir una familia con niños, pero ya han crecido y se han ido de la escuela”, lamenta la edil.

Piso y trabajo

“Es muy complicado y a la vez muy fácil vivir en un pueblo pequeño como El Cogul, muchos jóvenes se han marchado a vivir fuera pero aquí se pueden adquirir viviendas mucho más grandes y mucho más baratas. Además, en coche estamos a 20 minutos de Lleida”, señalaba la alcaldesa.

El Consejo Comarcal está gestionando las peticiones pero Civit sabe que todo lo tramitará el Estado. “Esperamos que, como en otros países, desde Madrid nos proporcionen una partida económica para los pueblos que acojamos refugiados. No sabemos de cuánto dinero se trata, pero cuando tengamos la familia en el Cogul con la partida económica o bien pagaremos los gastos de luz, agua… del piso social o quizás podamos, incluso, darle un trabajo a alguien de la familia para que puedan mantenerse”, planeaba la alcaldesa.

El pasado viernes sólo había cinco niños en la escuela. Ya han colocado el árbol de Navidad. Si los “refugiados no llegan antes del próximo septiembre”, quizás el centro no vuelva a abrir las puertas.

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