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Iberpotash se desmarca del conflicto entre la UE y Cataluña por sus minas

La firma asegura que es "un tema de Gobiernos"

La montaña de residuos salinos de El Cogulló, en Sallent.
La montaña de residuos salinos de El Cogulló, en Sallent. DANIEL MOLINA

Ibertpotash se ha desmarcado este miércoles de los cuestionamientos que vienen desde Europa al control de la Generalitat sobre los desechos que genera su actividad minera en la comarca del Bages. El secretario del consejo de ICL Iberia, Joan Güell, ha asegurado que la empresa es "ajena" a las cartas de emplazamiento que la Comisión Europea ha remitido al Gobierno central, ya que "tienen que ver con qué exige la normativa local a las empresas" y que, como compañía, no debe "opinar sobre si la transposición de las directrices europeas a la norma autonómica está bien hecha o no".

Güell ha insistido durante la presentación del Informe sobre el impacto económico, social y ambiental de Iberpotash, que Iberpotash cumple la normativa actual y que "cuando Europa, España y Cataluña se aclaren" sobre si esta ha de cambiarse o no, respetarán lo que la Administración les indique. "Es un tema de Gobiernos", ha concluido.

Las sal del Cogulló se va al norte de Europa

El secretario del consejo de ICL Iberia, Joan Güell, ha explicado que la sal acumulada durante décadas en la montaña del Cogulló, en Sallent, se trasladará a plantas del norte de Europa para convertirla en sal industrial. El directivo ha asegurado que medidas como esta y el proyecto Phoenix, con el que prevé ampliar y modernizar sus instalaciones, evitará que se vuelva a juntar tantos residuos.

"En los últimos 10 años, hemos producido 10,7 millones de toneladas de sal y 7,7 millones de potasa. De haber tenido el proyecto funcionando en esa época, la cantidad de sal hubiera sido de 25,7 millones de toneladas y la de potasa se hubiera mantenido", ha afirmado. El directivo espera que la producción de sal industrial atraiga industrias químicas a la región.

La empresa, que ha sido noticia durante el último año por el caso de contaminación salina de sus minas, encargó a la consultora PwC un informe para dar a conocer a la comunidad quiénes son y qué hacen. Este concluye que Iberpotash generó en 2014 un impacto económico de 276 millones de euros, del cual solo el 40% (111 millones) se debe a su propia actividad. El resto corresponde a su cadena de proveedores (146 millones) y al consumo de sus 765 trabajadores.

Este impacto indirecto beneficia a diversos sectores como el de la maquinaria y el de la construcción, con aportaciones que cuantifica en 15 millones y 14 millones de euros, respectivamente. La firma ha duplicado sus compras entre 2011 y 2014, cuando alcanzó los 145,6 millones de euros y ha destacado que el 70% de las provisiones de los últimos cuatro años se han contratado con empresas de la comunidad autónoma. Algo que ha permitido generar cerca de 3.000 puestos de trabajo indirectos.

La inversión en medio ambiente cayó en 2014 un 17% respecto al año anterior, algo que Güell ha atribuido a que durante los dos ejercicios previos se habían incrementado las partidas para destinarlas a medidas de infraestructura y prevención.

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