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Las fallas del Pirineo, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

La candidatura reconocida por la Unesco, fue presentada por Andorra y secundada por España y Francia y no incluía las fiestas de la Comunidad Valenciana

José Ángel Montañés
'Baixada de falles' en la localidad de Bonansa (Aragón).
'Baixada de falles' en la localidad de Bonansa (Aragón). Javi Martin

La Unesco incluyó ayer las Fiestas del Fuego del Solsticio de Verano en los Pirineos en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural de la Humanidad, el máximo reconocimiento y protección al que puede aspirar un bien inmaterial de cualquier lugar del planeta. Las fallas del Pirineo recibieron este reconocimiento durante la reunión anual del Comité Intergubernamental de Salvaguarda del Patrimonio celebrada en la ciudad africana de Windhoek, Namibia, tras ser impulsada por los gobiernos de Andorra, Francia y España (en concreto por las comunidades de Cataluña y Aragón). La candidatura reunía una tradición que se celebra desde tiempos ancestrales en 63 localidades: 34 francesas, 3 andorranas y 26 españolas; 17 catalanas —como Boí, Senet, Pont de Suert, Taüll, Barruera, Erill la Vall o Sahún— y 9 aragonesas —como Sahún, Bonansa y Laspaúles—. La candidatura competía con otras 33 que habían llegado a la final de esta competición patrimonial.

Esta tradición protagonizada por el fuego nada tiene que ver con la internacionalmente popular fiestas de las Fallas que se celebran en muchas localidades de la Comunidad Valenciana, sobre todo en su capital, Valencia, en torno a la festividad de San Jose, una celebración que aspira al mismo reconocimiento de la Unesco pero que no ha sido incluido en esta candidatura, sino en otra aparte.

Varios participantes de la tradicional 'Baixada de Falles' de la localidad leridana de Boi, en el Alta Ribagorça.
Varios participantes de la tradicional 'Baixada de Falles' de la localidad leridana de Boi, en el Alta Ribagorça.efe

Las fiestas reconocidas por el alto organismo del patrimonio, pese a que cada localidad le imprime su peculiaridad, están protagonizadas por los fallaires que descienden durante el solsticio de verano (21 al 22 de junio) desde la parte alta de la población con antorchas encendidas realizadas con cortezas y ramas con las que trazan figuras en el aire, reproduciendo un ritual de paso de la infancia y la adolescencia a la edad adulta. Para agradecer el esfuerzo de estos jóvenes el pueblo ofrece música y comida en torno a la hoguera.

La candidatura fue presentada por Andorra con el respaldo de Francia y España que sabiendo que esta candidatura podía perjudicar a la de las Fallas valencianas hizo suprimir del título de la denominación el término Fallas para así evitar confusión en el seno de la Unesco. Es, por tanto, una candidatura andorrana que computa a la lista representativa de este pequeño país de los Pirineos.

No obstante, la inclusión en esta privilegiada lista, no ha sido ninguna sorpresa. La Generalitat de Cataluña, en un informe elaborado el pasado mes de abril sobre las15 candidaturas pendientes de aprobación y las fases en las que se encontraban cada uno de los expedientes explicaba que la candidatura sería aprobaba en la sesión del comité del Patrimonio Mundial en Namibia que se celebraría a finales de año, tal y como ha ocurrido.

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El reconocimiento tendrá una repercusión turística y económica, ya que atraerá a más espectadores a cada una de las localidades, como ha ocurrido con otras zonas y ciudades agraciadas con el mismo galardón, como las iglesias de la Vall de Boí, Berga y su Patum y las ciudades de Tarragona y Barcelona.

Las Fallas valencianas

Mientras, la candidatura de las Fallas de la Comunidad Valenciana sigue el proceso prescrito. El pasado mes de octubre el Consejo de Patrimonio Histórico la escogió como la candidatura española para ser incluida en esta lista privilegiada. Ahora, la Unesco estudiará las diferentes propuestas presentadas por todos los países, para saber si en la asamblea de dentro de un año las reconocerá como Patrimonio Inmaterial.

Tras la inclusión en la lista del patrimonio mundial de las fallas del Pirineo, son 14 los bienes catalanes que siguen aspirando, en mayor o menor medida a ser Patrimonio de la Humanidad. Se trata de las fortificaciones de frontera, los itinerarios de la viña, el yacimiento de Empúries, las icnitas de dinosaurio, la vertiente mediterránea del Pirineos, las vías romanas, el patrimonio minero, el paisaje agrario del Priorat-Montsant-Siurana, la portalada de Ripoll, el triángulo daliniano, la cocina catalana, la fiestas de Reyes de Igualada, la Rumba catalana y la Seu Vella de Lleida. El año que viene alguno de estos bienes puede alcanzar la medalla de oro del patrimonio mundial.

Otros inscritos en el top del patrimonio

Attan. (Afganistán). Danza de los Pashtun.

Sbuâ. (Algeria). Peregrinación a la zawiya de Sidi El Hadj Belkacem.

Filete porteño. (Argentina). Técnica pictórica tradicional.

Kochari. (Armenia). Danza tradicional durante fiestas.

Equitación clásica y Escuela de Doma Española (Austria).

Lahij. (Azerbaijan). Artesanía del cobre.

Jatra. (Bangladesh). Teatro popular al aire libre.

Konjic. (Bosnia y Herzegovina). Talla en madera

Surova. (Bulgaria). Fiesta popular.

Primero de mayo. (Bulgaria, Macedonia y Rumanía).

Rituales del arroz. (Camboya, Filipinas, Corea y Vietnam).

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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