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Quemado el arrozal de Palau-sator infectado por el caracol manzana

La Generalitat invierte 55.000 euros para erradicar la plaga de esta especie invasora

El grupo de prevención de incendios forestales quema el arrozal de Palau-sator.
El grupo de prevención de incendios forestales quema el arrozal de Palau-sator. Agustí Ensesa

El grupo especial de prevención de incendios forestales del Departamento de Agricultura ha quemado el mediodía de este martes las 900 hectáreas del campo de arroz de Palau-sator (Baix Empordà) donde se detectaron cuatro ejemplares de caracol manzana (Pomacea sp) y 27 puestas en agosto. Se trata de la tercera medida utilizada para intentar erradicar la plaga de esta especie exótica invasora, que se encuentra entre las 100 más perjudiciales del mundo. Oficialmente no se podrá dar por erradicada hasta dentro de dos años, como marca la Unión Europea. El coste de las actuaciones hasta ahora ha sido de 55.000 euros.

El jefe de servicio de sanidad vegetal de la consejería, Jordi Giné, ha explicado que se trata de la tercera actuación que se hace en este campo. “Primero se hizo un tratamiento con saponinas, que es el producto fitosanitario que se utiliza en el Delta del Ebre. Después, un segundo tratamiento  con la cianamida cálcica, un abono que también tiene un efecto residual muy bueno contra el caracol, y luego se segó. La tercera acción ha sido quemar la paja para acabar de rematar con el calor el caracol que haya podido quedar o se haya podido enterrar”.

A pesar de que no tienen indicios de que quede algún ejemplar de caracol vivo, se trata todavía de un foco inicial, "tanto nuestra recomendación como de la UE es actuar con prudencia" y por ello emplean "todos los sistemas que conocemos" para erradicar la plaga. “Se calcula que las saponinas tienen un 80% de efectividad, y la cianamida otro tanto. Ojalá tuviéramos un sistema que liquidara este caracol definitivamente, pero son varios métodos de lucha que, combinados, esperamos tengan un efecto del 100%”, ha asegurado el experto en sanidad vegetal.

Por su parte el jefe de sección de gestión de prevención de incendios del departamento de Agricultura, José Ángel Terés, espera que se haya podido coger la temperatura necesaria, entre 50 y 60 grados, para matar lo que quedaba vivo. Hubiera sido mejor hacerlo antes para que las temperaturas fueran más elevadas y se pudieran tener mejores resultados, sin embargo, este campo ha tenido que ser el último en recolectar, porque la maquinara ha tenido que ir a desinfectarse y no podía entrar en ningún otro campo. A pesar de ello, Terés se ha mostrado convencido “que podremos conseguir resultados satisfactorios”.

El comité técnico de seguimiento de la plaga está previsto que se vuelva a reunir en febrero y decidirá si mantener el campo en barbecho, pero se están estudiando diferentes opciones. Entre ellas, si a partir de abril o mayo se utiliza otra técnica de cultivo del arroz sin agua o con unos mínimos riegos, ha apuntado el presidente de la Agrupación de Defensa Vegetal del Arroz de Pals, Josep Pericay.

Los Agentes Rurales y los Mossos siguen investigando cómo llegó el caracol a esta finca y quien puede ser su responsable. “No hay ninguna conexión de aguas y no pudo haber llegado de ninguna otra manera que intencionadamente”, según Giné.

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