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Recuperar la ilusión de pisar un cine

Un libro explica la experiencia de la sala Phenomena a través de 40 películas

Blanca Cia
Fachada del cine Phenomena donde estuvo anteriormente el Nápoles.
Fachada del cine Phenomena donde estuvo anteriormente el Nápoles.GIANLUCA BATTISTA

“Reallity ends here” es el gran letrero que hay en la puerta de entrada del cine barcelonés Phenomena para que todo aquel que la cruce sepa que a partir de ese punto se adentra en la experiencia del cine. El Phenomena abrió hace un año en el barrio de la Sagrada Familia, donde estuvo el cine Nápoles, con la intención de “recuperar la magia de ir al cine”, define su promotor, el cineasta Nacho Cerdá. Un encanto perdido a partir de la reconversión de los grandes cines en multisalas y, más aún, con las posibilidades que hay para ver cine por internet y en todo tipo de soportes. “Esa obsesión por la fragmentación del público, ese exceso de oferta a todas horas, esa filosofía de consumo industrializado ha convertido esos templos en poco más que un supermercado donde todo se vende”, afirma Cerdá en el prólogo del libro El cine según Phenomena. Un viaje a la ilusión en 40 películas (Timun Mas).

El libro, escrito por el crítico de cine Jordi Batlle y donde colaboran personalidades de diferentes ámbitos y apasionados por el cine, explica el fenómeno del Phenomena a través de 40 películas que se han exhibido en la sala. Una cuidada edición en tapa dura que combina textos, fotografías de las películas a modo de fichas (Tiburón, Regreso al futuro, Los Goonies, El coloso en llamas y La vida de Brian, entre las 40) y recortes de las publicaciones de la época. “Es un homenaje al proyecto”, resume el editor José López Lara.

El Phenomena abrió hace un año donde estuvo el cine Nápoles de Barcelona, tras una etapa itinerante de cuatro años por salas que se alquilaban para una cita cinéfila mensual

El Phenomena, con una gran sala para 400 personas, nació físicamente hace un año en el emplazamiento actual pero tuvo una etapa itinerante de cuatro años. Fue en 2010 cuando su promotor se enfrascó en una experiencia singular: alquilar salas de Barcelona como el desaparecido cine Urgell —o hasta el Palacio de Congresos— y convocar una cita cinéfila mensual que en su estreno reunió a 1.400 personas para ver un programa doble contundente:Tiburón y Alien. Cinéfilos que querían recuperar la forma de ver una película en salas grandes y el acto social que suponía ir al cine. “Ibamos de sala en sala, convocando los eventos por las redes sociales; al principio era una película al mes y, a veces, hasta cuatro. Era variable y dependía de muchas cosas, entre ellas la negociación con las distribuidoras”, recuerda su promotor en la antesala del Phenomena. Y así hasta recuperar el antiguo cine Nápoles y someterlo a una profunda intervención de fondo y forma: el Phenomena tiene modernos equipos digitales, además de dos proyectores de 35 y 70 milímetros, y ha recuperado el aspecto de una sala clásica de hace 30 años. No falta la cortina roja sobre la pantalla, los tapizados, alfombras oscuras y sillones en la antesala, todo algo Art Déco.

En su primer año, por el Phenomena han pasado 90.000 personas y se han proyectado 300 películas, donde se alternan estrenos, reestrenos, ciclos e invitados de honor en conferencias. “Estamos satisfechos no tanto por los espectadores como porque hemos recuperado la esencia de ir al cine”, añade Cerdá. No son los únicos que han apostado, en plena crisis, por rescatar el cine en grandes salas: hay iniciativas en Europa y Estados Unidos, como el Beverly Cinema, regentado por Quentin Tarantino, en Los Ángeles, o el Prince Charles Cinema de Londres.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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