_
_
_
_
_
TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Treinta rostros con seis grados de separación

Curiso y críptico montaje del colectivo Berlin en el Temporada Alta

Un gran óvalo, treinta sillas numeradas enfrentadas a treinta pantallas en negro. El escenario para cinco encuentros. El primero de libre albedrío —donde te lleven las piernas—, los cuatro siguientes dictados por una tarjeta postal y su código de cifras. La propuesta de Bart Baele e Yves Degryse (el colectivo Berlin) se presenta ante el grupo como una instalación de cultura popular sofisticada. Una combinación de teatro y cine. Exquisita desde el título: las cuatro primeras palabras de un poema de Rilke. Un poema de dragones que son princesas esperando a su héroe.

Tu carnet de baile estará ocupado en los siguientes cien minutos por un falsificador de cuadros belga, la acompañante de la pianista lusa de Maria Joao Pires, un profesor africano, un experto en lenguaje no verbal y micro-expresiones faciales que te vende su curso en inglés y una científica rusa capaz de modificar las lluvias sobre la plaza Roja a petición del Kremlin. Se establece una relación virtual con los monólogos filmados, entre peep-show —una en versión políglota de la cabina de París-Texas— y el speed-dating (encontrar amor) y el elevator-pitch (encontrar dinero). Cuesta comprender qué pretenden esos bustos parlantes de ti, porqué te explican una vida entera o una anécdota, porqué buscan tu atención. Después de la segunda cita percibes que tú no eres lo único importante en este juego. Un niño-pantalla grita y todos los rostros se giran. Primera señal de que ese personaje no busca sólo el diálogo. No se encuentra en la sala pero interactúa con lo que allí ocurre. Pronto te traicionará con el busto a su izquierda o derecha o con aquel que parlotea tres sillas más allá. Callarán en bloque cuando una soprano entone La Habanera de Carmen, observada con embeleso por un torero enano; y el recinto se convertirá en una torre de Babel en el momento en que se pongan de acuerdo para explicar a los oyentes la teoría de “los seis grados de separación”.

La mente se dividirá en dos pensamientos obsesivos: a) serán esos seres los protagonistas de las historias que explican. Son relatos excepcionales, pero es de lo más inverosímil que sean de su propiedad. Hablan como de prestado; b) qué conexión hay entre los cinco cuentos que te han tocado en suerte y con los veinticinco que te rodean. A la salida—con sorpresa en el plano que se abrirá en los monitores hasta descubrir media verdad—, las teorías son de todos los colores. Alguno ha visto un hilo conductor en la idea de la muerte, otro cree haber asistido a un ensayo sobre la heroicidad puntual. Otro se queda satisfecho con haber asistido a una versión híper-tecnológica de los cuadros vivientes de Hogwarts. Tantas visiones como invitados. Quizá ahí esté el misterio de este montaje tan curioso como críptico.

PERHAPS ALL THE DRAGONS

Concepto y dirección: Berlin (Bart Baele e Yves Degryse)

Investigación y dramaturgia: Natalie Schauwren

Centre la Mercè, Temporada Alta. Girona, 21 de noviembre de 2015

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_