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Un festín conceptual

La nueva muestra de Antoni Miralda reflexiona con humor sobre las contradicciones de la comida rápida

El artista Antoni Miralda.
El artista Antoni Miralda.claudio álvarez

La fachada exterior de la galería madrileña Moisés Peréz de Albéniz (Doctor Fourquet 20) es, si se contempla de lejos, un nuevo escaparate de la cadena de hamburguesas McDonalds. Pero de cerca, el archiconocido logo resulta ser un hueso de pollo, la fúrcula las clavículas del ave con el esternón y que en el mundo anglosajón se utiliza de amuleto para invocar la buena suerte. Amarillo sobre rojo, la pieza forma parte de la exposición inaugurada el pasado sábado por Antoni Miralda (Tarrasa, Barcelona; 1942) bajo el título

What you want is what you get ( Tenemos lo que deseas), el lema más conocido del famoso establecimiento de comida basura. Representante máximo del “food-art” desde la década de los 90, Miralda reflexiona en esta exposición sobre los restos arqueológicos del Fast-food y sobre la clonación y los transgénicos en un video en el que se ve a un rebaño de ovejas desfilando por el centro de las calles de Madrid.

Con el ingenio y sentido del humor que caracteriza toda su obra, Miralda explica que la posibilidad de disponer de la fachada para camuflar el logo de McDonalds fue esencial para poder montar la exposición. En pleno barrio de Lavapiés, y muy cerca del Reina Sofía, le pareció un hallazgo poder camuflar la falsa pista de la hamburguesería. “Forma parte de esa iconografía desesperante que te encuentras por todo el mundo y sobre todo en Estados Unidos. Parece que en España se está calmando, porque la gente va descubriendo que ni siquiera esa comida es más barata de la que puedes encontrar en locales modestos.”

Junto a la idea de clonación, explícita en el vídeo de las ovejas trashumantes, el artista se plantea la eterna pregunta de ¿A dónde vamos?. “Hay una ceremonia de la mentira en torno a la comida. Hace poco conocíamos unas recomendaciones para limitar el consumo de carne porque, según aseguraban, produce cáncer. En cambio, a los políticos no parece preocuparles mucho la composición de este tipo de comida ante la gente se reúne en una ceremonia demencial”.

Dentro de la galería, Miralda ha colocado dos peculiares mapas del centro de Madrid en los que señala la ubicación de los McDonalds, una invasión que espera que vaya remitiendo gracias al sentido común. La M en forma de hueso de clavícula de pollo ocupa dos museísticas pedestales con una versión en oro y otra en lujosa porcelana, como dos esculturas del Pop-Art.

Una vitrina aloja una treintena de huesos en las más sorprendentes versiones, incluida la de consolador sexual. “Forman parte de mi colección personal”, explica Miralda. “Desde mis comienzos es un asunto que me ha interesado y poco a poco, el tema de la comida o de lo que comemos, ha ido protagonizando mi obra. En esta vitrina incluyo muchos huesos de los que se les dan a los perros como premio o para jugar, porque la fúrcula se asocia con la buena suerte, pero también a una enfermedad mortal para los perros”.

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Juega también Miralda con la idea de museo de arte Contemporáneo. “El Reina Sofía fue antes un hospital y en sus cimientos se encontraron muchos huesos d gente que murió dentro de sus paredes. He querido crear esa conexión entre alimento y sufrimiento”.

Enfrente de la vitrina, ha colocado dos paneles en los que se reproducen los memes humorísticos más reproducidos en Internet ligados a la ingestión de las hamburguesas de McDonalds. Es una galería de los horrores en los que la obesidad afecta, por ejemplo, a esculturas tan perfectas como el David de Miguel Ángel (“después de vivir tres años en Estados Unidos”, dice el pie). El payaso Ronald, con sus colores rojo, amarillo y blanco aparece convertido en un personaje siniestro, más ahuyentador que divertido para los pequeños.

Representante en el Pabellón de España en la Expo de Milan 2015 (Alimentar el Planeta. Energía para la Vida) y el único artista español incluido en la gran exposición de la Trienal dedicada al vínculo entre Arte y Comida, Miralda opina que la la riqueza gastro-cultural está ligada a la política y por ello es un tema de interés de primer nivel.

Y como prueba de esa vinculación ha incluido en la exposición una pieza en la que las banderas de Estados Unidos y la de McDonalds ondean enlazadas ejecutando un peculiar baile acompañado de los ruidos de dos personas haciendo el amor.

Las ovejas paseantes por el asfalto madrileño forman una impactante coreografía en la que un rebaño clónico avanza al ritmo del Agnus dei de Mozart. En la pared, el artista ha escrito frases como que “los farmacéuticos del futuro, serán los nuevos pastores de los rebaños. Todo un festín conceptual en el que Miralda invita al espectador a participar en un banquete delirante

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