Imágenes de la realidad y del miedo

Jon y Alex comparten un momento de intimidad en su pequeño apartamento de la ciudad rusa de San Petersburgo. La imagen —un claroscuro digno del mejor Caravaggio— realizada por el danés Mads Nissen, adquiere mayor dramatismo cuando contextualizamos a esta pareja en uno de los países que más discrimina a los homosexuales y donde abundan los grupos homófobos radicales que los persiguen y apalean. Nissen explicó ayer en Barcelona su acercamiento a los jóvenes homosexuales que le ha valido el primer premio absoluto este año del World Press Photo, la muestra considerada como la más importante del fotoperiodismo. Una imagen íntima y llena de lirismo y escenificación, algo que critican los que defienden el fotoperiodismo más puro, que rezuma el miedo que viven muchas de las personas de esta condición en Rusia y que contrasta con el mundo hostil que viven en las calles. El fotógrafo decidió documentar la homofobia con su cámara, tras presenciar uno de estos ataques a uno de sus amigos.

“Las imágenes íntimas tienen el poder de hablarnos directamente a nuestro corazón, porque son un espejo en el que mirarnos y preguntarnos si realmente somos tan tolerantes como nos creemos. Cuando me enteré que había ganado el premio llamé a Jon y Alex para decirles que el premio lo habían ganado ellos”, explicó Nissen.

Su imagen no es la única que refleja miedo. En muchas de las 134 imágenes que forman la exposición itinerante de los premios Word Press Photo que recogen los acontecimientos más relevantes del 2014, una exposición que ahora recala en el CCCB de Barcelona hasta el 13 de diciembre, el miedo está presente. Sobre todo en las que abordan la crisis migratoria. Sea en la guerra de Ucrania, la epidemia del ébola o los refugiados que huyen por tierra o por mar jugándose la vida la mayoría de las veces. Como la fotografía de Massimo Sestinei realizada en la costa de Lampedusa de una embarcación atestada de refugiados que esbozan apenas una sonrisa cuando están a punto de ser rescatados por una fragata italiana, segundo premio de temas contemporáneos, una de las ocho modalidades de este certamen al que han concurrido este año más de 97.000 imágenes de 5.690 fotógrafos de 130 países. En la misma categoría ha obtenido un premio Carlos Spottorno, el único español galardonado en esta edición con un cortometraje sobre la crisis humanitaria en Ucrania.

Incluso en la categoría de Naturaleza, el miedo se ve en la cara de los protagonistas. Como el macaco aterrado que se encoge de miedo ante el látigo de su entrenado y parece pedir piedad con la mirada, en la ciudad china de Suzhou que fotografió Yongzhi Chu. Pero, aunque predominan, también han sido galardonadas imágenes más distendidas, como los que recogen momentos domésticos en medio mundo o las relacionadas con el deporte, esquí, béisbol o fútbol, como la realizada por Bao Tailiang en la que un ensimismado Messi no le quita ojo a la copa del mundo durante la final del campeonato del mundo en el estadio brasileño de Maracaná, en la que su país acababa de perder frente al equipo de Alemania.

Villatoro, dos años más

El lema de este año es Ver y entender, tal y como explicó Silvia Omedes, directora de Photographic Social Vision, la entidad que organiza la muestra en esta ciudad y que se convierte en una de las muestras más visitadas de la ciudad, el año pasado 43.200 personas. “Encaja con nuestra la filosofía de acercar la fotografía para entender el mundo y para entendernos mejor a nosotros mismos, porque el fotoperiodismo no solo documenta conflictos bélicos, sino de puertas para dentro”, explicó Omedes.

Según Vicenç Villatoro, director del CCCB que durante el acto de ayer no anunció que estará en el cargo dos años más, tal y como dio a conocer la Diputación de Barcelona unas horas después, los fotoperiodistas son “capaces de encuadrar la realidad magmática y por lo tanto escoger lo que queda dentro y lo que queda fuera. Y con lo que queda dentro explicarlo todo”.