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Caballos, periquitos y cuervos en escena

La compañía de circo Baró d’Evel explora lo primitivo en el Festival Temporada Alta

Una tribu de acróbatas, aves, caballos, cómicos y bailarines de todas las edades se unen en Bèsties, el nuevo espectáculo de la compañía de circo franco catalana Baró d'Evel. La comunión entre hombres y animales es el eje de la creación de Blaï Mateu y Camille Decourtye. La pareja, tras las exitosas Le sort du dedans (2009) o Mazùt (2012), continúa explorando la animalidad, pero en Bèstiesdan un salto de formato incorporando hasta 12 artistas y animales en escena.

 El espectáculo nace a partir de la “carta blanca” otorgada por el Mercat de les Flors a la compañía, con la que han trabajado en los últimos años con el objetivo de “renovar” el lenguaje circense.

La obra regresa al mundo salvaje que compartían humanos y animales, cuando los jinetes eran una parte indivisible de los caballos y los hombres pintaban en las paredes de las cuevas en las que vivían, explicaron ayer Mateu y Decourtye. Bèsties se estrenó en junio en Lyon. Tras una gira por Bélgica, se representará en el Festival Temporada Alta de Girona y Salt entre el 19 y el 22 de noviembre, así como en el Mercat de les Flors entre el 11 y el 20 de diciembre. Ambos organismos han coproducido el montaje junto a más de una decena de centros de creación franceses.

“Ha sido un trabajo excitante. Ahora a los animales se les come o abandona en los bosques. Nosotros creemos que el hecho de jugar y relacionarnos con ellos es una manera de defenderles. Aportan frescura, tienen una memoria corporal extraordinaria. Cuando se encuentran en la escena con la luz adecuada no les hace falta ni ensayar”, explicó Mateu.

El montaje, recomendado para todas las edades a partir de los 8 años, combina danza, teatro, circo, música (rock, entre otros estilos), y apenas cuenta con texto. La obra se inicia cuando un cuervo cruza en penumbra la carpa de circo de dos ambientes ideada por Mateu y Decourtye, que dirigen y actúan. Paulatinamente se incorporan también al escenario la bailarina Lali Ayguadé, la acróbata Noémie Bouissou, el músico Nicolas Lafourest, Taïs Mateu Decourtye (la hija de nueve años de la pareja fundadora de Baró d'Evel), los caballos Bonito y Shengo, o los cuervos y periquitos Blanche y Albert.

Todos tratan de mezclar alas, piernas y patas para demostrar “la extraña solidez del desequilibrio” existente entre animales y personas. “Queríamos formar un grupo múltiple con edades, cuerpos y lenguajes diferentes, crear un pequeño cuento filosófico, como si el tiempo de la obra fuera el tiempo de la vida de un hombre”, detallan los artistas.

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Baró d'Evel ha indagado en los movimientos poéticos, en lo sensorial y en las escenas intimistas, sin dejar de lado el humor. También han contado con la colaboración de la compañía de danza Mal Pelo.

Bèsties no es el único trabajo que presenta este mes Baró d'Evel. Ayer también estrenaron The one project #1: The missing part, un cortometraje de 20 minutos en el que muestran su mundo creativo. La pieza está producida por el Festival Temporada Alta y el Arts Santa Mònica.

Los dos organismos pretenden elegir, cada año, a un artista o compañía y darles la oportunidad de rodar un cortometraje sobre su universo escénico. El requisito, explicó Salvador Sunyer Vidal, impulsor de la iniciativa, es no haber trabajado nunca en el ámbito del cine. Además, se rodará siempre en un teatro del país de origen del artista.

 

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