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El cierre de la planta de residuos de Crevillent obliga a repartir la basura

El Consell prevé repartir temporalmente los desechos entre Elche, Villena y Xixona, que ya ha mostrado su oposición

Planta de tratamiento de residuos de Crevillent.
Planta de tratamiento de residuos de Crevillent.Joaquín de Haro

Aunque el propósito es lograr que los municipios de La Vega Baja traten sus propios recursos, el cierre judicial de la planta de Crevillent que se produjo el jueves pasado ha forzado a la Generalitat a buscar una solución de urgencia para acoger la basura procedente de 24 municipios de la comarca, más de 200 toneladas diarias. La mayor parte recaerá en Villena, pero como los técnicos de Vaersa, empresa que gestiona esa planta, advirtieron que los residuos previstos superarían su capacidad, será necesario enviar una parte de ellos a Xixona y Elche, tal como el Consell comunicó ayer a sus respectivos alcaldes.

Con vistas a la resolución definitiva del asunto, la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural ha acordado constituir un consorcio para el tratamiento de residuos urbanos de La Vega Baja junto a la Diputación de Alicante y los ayuntamientos de la comarca. La reunión constitutiva se celebrará el próximo día 13 de octubre y en ella está previsto abordar también la elaboración del plan zonal de residuos urbanos de la comarca.

La reunión de urgencia que tuvo lugar el lunes en la consejería con alcaldes de los municipios afectados por el cierre de la planta de Crevillent como consecuencia de un fallo judicial, a la que asistieron los de Orihuela, Rafal, Redován, Rojales, Villena, el diputado de Medio Ambiente y técnicos de la Diputación, así como el director de Vaersa, supone para el secretario autonómico de Medio Ambiente y Cambio Climático, Julià Álvaro, “el primer paso para comenzar a resolver el problema de los residuos en la comarca de La Vega Baja, que todas las decisiones que se tomen van a estar fundamentadas en el consenso y en el diálogo con todas las entidades y todos los colectivos a los que les afecta, han de satisfacer a todos y tomarse con vistas a una solución definitiva”.

Álvaro añadió que, aunque en el futuro “la comarca deberá ser capaz de tratar sus propios residuos domiciliarios, sin necesidad de enviarlos a otros lugares para su procesamiento”, el problema requería una solución a corto plazo, debido a la sentencia reciente del juzgado de Elche que anuló el contrato de tratamiento y eliminación que el ayuntamiento de Crevillent adjudicó a la firma Abornasa para su gestión en 2013.

También a corto plazo habrá de diseñarse un plan de reordenación de los flujos de los residuos, que puede pasar por la apertura de una planta de transferencia que permita limitar el aumento de costes que va a producirse al aumentar la distancia del transporte de basuras.

La Consejería apuesta a medio plazo por fomentar una recogida más selectiva, en colaboración con los ayuntamientos, así como por realizar campañas de divulgación y sensibilización en materia de reciclaje y tratamiento de residuos entre la población.

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En esta situación, el ayuntamiento de Xixona ha acordado este martes, por unanimidad de todos los grupos municipales, rechazar que se sobrepase la capacidad de su planta de tratamiento de residuos (Piedra Negra) ante la inminente llegada de basuras procedentes de la Vega Baja.

La junta de portavoces de Xixona se ha reunido hoy de urgencia a raíz del anuncio del secretario autonómico de Medio Ambiente y Cambio Climático, Julià Alvaro Prat, sobre el desvío de la basura de la Vega Baja a las plantas de residuos sólidos urbanos de Villena y Xixona, por el cierre de la planta de Abornasa en Crevillent.

Según un comunicado del ayuntamiento, los portavoces del PSPV-PSOE, Més Xixona, PP, Ciudadanos y Compromís han acordado que "en ningún caso permitir sobrepasar la capacidad de Piedra Negra en su cómputo anual, estableciendo también una limitación diaria de entrada de basura".

Además, han aprobado "exigir que se adopten medidas que no saturen el tráfico de la CV-800" y poner en práctica políticas medioambientales que den una solución adecuada y a largo plazo a la gestión de los residuos.

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