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Las propuestas de la tercera vía irritan al independentismo

Artur Mas asegura que solo el proyecto soberanista tiene poder transformador

Artur Mas, durante el acto de la Cámara de Comercio de Barcelona.
Artur Mas, durante el acto de la Cámara de Comercio de Barcelona.T. ALBIR (EFE)

La irrupción en vísperas electorales de propuestas alternativas a la independencia y que buscan una solución negociada al conflicto catalán ha puesto en alarma a Junts pel Sí. El presidente de la Generalitat ha desdeñado este miércoles ese planteamiento político ante un nutrido grupo de empresarios de la Cámara de Comercio de Barcelona. Artur Mas ha asegurado que solo el proyecto soberanista tiene poder transformador y lo ha hecho el mismo día que se ha presentado Catalans pel Seny, otra plataforma a favor de la tercera vía impulsada por antiguos votantes de CiU.

Según Mas, la llamada tercera vía que defienden formaciones como el PSC y Unió y que se ha visto reforzada por entidades como La Tercera Vía o Catalans pel seny (Catalanes por el sentido común) no es una solución real porque, según él, “no hay nadie al otro lado” [fuera de Cataluña] que acepte estos planteamientos.

El presidente catalán ha aprovechado un coloquio con empresarios este miércoles para cuestionar una salida intermedia entre la independencia y el actual estado autonómico. El de los empresarios es, precisamente, el colectivo que más ha presionado para encontrar una solución en este sentido, ya sea en forma de reforma constitucional o por la vía de pactar una nueva financiación de Cataluña.

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Catalans pel Seny está impulsada precisamente por un grupo de empresarios y la preside Joan Corominas, consejero del Sabadell-Urquijo, que se ha definido como “exvotante de CiU” y ha alertado que una declaración unilateral de independencia “nos puede llevar a un futuro incierto, y alejado de la Unión Europea”, así como “dividir a la sociedad”.

Sin embargo, Mas ha defendido ante los empresarios que la independencia —se ha referido a ella como “movimiento soberanista”— es “el único proyecto que tiene suficiente fuerza y apoyo para propiciar un cambio real”. Aunque ahora Convergència se ha diluido dentro de la candidatura Junts pel Sí, Mas recordó que su partido “lo ha intentado todo” históricamente para abrir esta solución intermedia. “A los defensores de la tercera vía no solo los respeto sino que los entiendo pero quiero decirles que ya hemos intentado todas las terceras vías posibles, que hemos apoyado a todos los Gobiernos españoles y que hemos aprobado dos Estatutos”, ha recordado. En este sentido, ha cuestionado que en España exista ningún partido que quiera solucionar realmente el problema de Cataluña. “¿Hay alguien al otro lado que, de forma creíble, tenga algo serio que ofrecer a Cataluña?”, se preguntó.

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Manifiesto soberanista desde la izquierda

Históricos militantes de izquierdas, como los historiadores Anna Sallés y Borja de Riquer o el editor Xavier Folch, presentaron ayer un manifiesto en el que instan a votar el 27-S a “una candidatura independentista”. El texto hace un llamamiento para que “todas aquellas personas de izquierdas o partidarias de una Cataluña de progreso voten a una candidatura independentista”, ya sea Junts pel Sí o la CUP. Sostienen que “el Estado español continuará aferrado a la actual Constitución, en su interpretación más restrictiva”.

Suárez y Tarradellas

Catalans pel Seny, por el contrario, defiende el diálogo entre el Gobierno y la Generalitat como la única forma de resolver la situación. En esa línea, el presidente de la plataforma explicó que en la transición se vivió un escenario aún más difícil y que Adolfo Suárez y Josep Tarradellas, “que eran como el agua y el aceite”, llegaron a un acuerdo.

La plataforma ha reunido ya a más de 400 empresarios y profesionales, entre ellos “figuras destacadas de la extinta Convergència i Unió”, aseguran. Se definen como un movimiento apolítico, pero piden el voto para el democristiano Ramon Espadaler porque representa mejor que nadie sus planteamientos.

El manifiesto fundacional carga contra “las voces más extremas que inundan todo el debate”, mientras “el sentido común ha perdido la voz”. También alertan contra “las opciones populistas tanto de izquierdas como de derechas que prometen lo imposible para condenarnos al atraso y el enfrentamiento”.

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