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Wanda ve “obligado” derribar el edificio España pese al veto municipal

Urbanismo rechaza la petición del grupo chino de demoler la fachada pese a estar protegida, y señala que hay alternativas técnicamente viables aunque son más caras

El Ayuntamiento de Madrid ha presentado esta mañana las conclusiones de los técnicos municipales sobre las obras del edificio España, y otros dos informes de expertos independientes, que coinciden todos en afirmar que “sí se puede” mantener la fachada durante los trabajos de rehabilitación del rascacielos. El concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo, ha rechazado así la consulta planteada por el propietario del inmueble, el grupo chino Wanda, que ha supeditado su proyecto de reforma a la demolición de la fachada, pese a estar protegida por la Comisión Local de Patrimonio Histórico. Mantener la fachada, según Calvo, es “viable tanto técnica como económicamente”. “En número gruesos, es algo más caro pero es perfectamente viable económicamente”, ha recalcado. Ahora, “la pelota está en el tejado” de Wanda, que la semana pasada afirmó que no contemplaba un plan b en caso de que el Ayuntamiento rechazase su petición.

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El grupo chino ha respondido de inmediato con un comunicado en el que “reitera que su intención” rehabilitar el inmueble con el “único condicionante” de “cumplir con la legalidad vigente y asegurar la seguridad de las personas.” Considera no sólo es “legal” y “la mejor solución”, sino que es “obligado el desmontaje controlado de las fachadas y su reconstrucción idéntica.” Y ha instado a respetar la legalidad, la seguridad y sus "legítimos derechos" como propietario del edificio.

El PP rebajó la protección del edificio

El edificio España, de 117 metros de altura y 28 plantas, se construyó de 1948 a 1953 a las órdenes de Julián y José María Otamendi. El Banco Santander lo compró en 2005 por 389 millones para convertirlo en hotel, centro comercial y pisos de lujo. En julio de 2014, se lo vendió por 265 millones a Wanda —dirigida por Wang Jianlin, 29ª fortuna mundial con 31.200 millones de euros—.

El edificio estaba protegido con un nivel 3 parcial por su valor histórico-artístico, lo que impedía tirarlo abajo, pero Wanda solicitó a la Comisión Local de Patrimonio Histórico —integrada por el Gobierno regional y el Ayuntamiento, entonces en manos del PP— una rebaja del blindaje hasta el nivel 2 estructural, que sí permite la demolición parcial del inmueble. La Comisión (en la que tiene mayoría la Comunidad de Madrid) dio el visto bueno para favorecer “la puesta en valor de un edificio muy degradado en los últimos años debido a su inactividad”. Pero obligó a preservar “las partes que revisten importancia y que lo caracterizan desde el punto de vista arquitectónico y escultórico”, señalando en concreto las fachadas y los alzados laterales.

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Así lo aprobó el Ayuntamiento en diciembre de 2014. Sin embargo, en el mes de julio, el grupo chino remitió al gobierno municipal (ahora en manos de Ahora Madrid) una consulta especial urbanística para lograr permiso para tirar abajo el edificio, fachada incluida, y rehacerlo entero. Según Wanda, “de acuerdo con los expertos de reconocido prestigio consultados, la consolidación de la fachada es inviable en condiciones de seguridad”. “Por el contrario”, añadía, “sí es posible su desmontaje y posterior reconstrucción, preservando su imagen y valor paisajístico”. Además, según Wanda, el edificio “está acercándose al final de su vida útil, y requiere de soluciones que aseguren su durabilidad a largo plazo”.

Es "técnica y económicamente viable"

El concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo, ha explicado esta mañana que “al Ayuntamiento le interesa cualquier proyecto que genere actividad económica, pero cumpliendo la ley”. “Cuando se adquiere un edificio protegido, no se adquiere un solar, se tienen que asumir las cargas, y la obligación del Ayuntamiento es hacer cumplir la ley”, ha añadido Calvo. El concejal ha recalcado su interés en que el proyecto se lleve a cabo “lo antes posible”, como desea Wanda: “Por eso estamos ofreciéndole dos alternativas viables tanto técnica como económicamente”.

Derribar la fachada sí es legal

Wanda señalaba en su consulta urbanística remitida al Ayuntamiento que, en los edificios protegidos con grado 3 parcial, como es el caso del rascacielos España, “la normativa de obras del Plan General de Ordenación Urbana permite, de forma excepcional, el desmontaje y reconstrucción con los mismos materiales, forma y dimensiones, cuando no sea técnicamente posible la ejecución de la obra permitida manteniendo un elemento catalogado”. Según el catedrático Ricardo Aroca, sin embargo, esta disposición fue incluida para elementos aislados, como una barandilla. Además, Aroca ha recalcado que, cuando Wanda habla de “desmontar” la fachada, en realidad se refiere a “demoler”, aunque, “ante la opinión pública suene mejor”, según ha apostillado el concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo.

Los técnicos municipales han concluido que “se puede mantener perfectamente” la fachada “con una serie de obras complementarias” (manteniendo algunas crujías y construyendo un sistema alternativo para complementar la estructura). Pero, además, “a pesar de contar con su criterio, nos interesaba dejar clara la independencia del Ayuntamiento y que no partíamos de una idea preconcebida”, ha señalado Calvo. Para ello, solicitó dos informes independientes a Ricardo Aroca, exdecano del Colegio de Arquitectos y catedrático de Cálculo de Estructura; y el también catedrático Hugo Corres.

Aroca cree que “no habría problemas para mantener la fachada”. Ha presentado un plan para ello (construyendo pantallas de hormigón en los patios), pero ha añadido: “Se me ocurren otras cuatro o cinco alternativas”. Corres ha coincidido en que “hay muchas soluciones”; él ha presentado una (construir un elemento que mantenga la rigidez del edificio durante las obras) y ha “perfilado” otra. Eso sí, ambos han reconocido a Wanda en su afirmación de que “no existen experiencias similares de mantenimiento de una estructura de esta altura y dimensiones, que además carece de capacidad portante”. “Pero alguna vez hay que hacer algo por primera vez”, apostilló Aroca, que sí ha mencionado una actuación de remozado de la fachada en el edificio Chrysler de Nueva York.

Los "legítimos derechos" de Wanda

Wanda disiente: “Todos los informes técnicos realizados por firmas y expertos de reconocido prestigio en el mundo de la ingeniería, la arquitectura y el urbanismo han concluido que las características del edificio y el estado actual de la estructura y las fachadas hacen que mantenerlas mientras se ejecutan los trabajos de rehabilitación general permitidos suponga un alto riesgo de colapso parcial o total, inasumible en un edificio de estas dimensiones en pleno centro de Madrid”, señala en su comunicado. “Por ello”, añade el grupo chino, “es obligado el desmontaje controlado de las fachadas y su reconstrucción idéntica, tal y como expresamente indican las propias normas del Plan General de Urbanismo de Madrid”.

El grupo chino dice desconocer todavía “los informes técnicos en los que se basa el Ayuntamiento para hacer su planteamiento, pero está dispuesto a estudiarlos y a mantener, como hasta ahora, un diálogo abierto y transparente a todos los niveles”. Eso sí, recalca que pondrá “siempre la seguridad y la legalidad por encima de todo, de manera que se respeten sus legítimos derechos como propietario del inmueble para llevar a cabo la reestructuración general del edificio y la recuperación de sus usos”.

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