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Y el son bajó a la Puerta de Alcalá

El quinteto cubano Los Jóvenes Clásicos del Son regresa a España después de 12 años de ausencia

A la gente se le mueven los pies. Y los brazos. No digamos la cintura…Hay fuego en la sala, y nadie encuentra agua en los alrededores para apagarlo. “El son bajó de la loma/ vino a quedarse en el llano”, cantan Los Jóvenes Clásicos del Son en esta gira por Europa que han cogido con ganas. Hacía 12 años que esta innovadora agrupación sonera fundada en 1994 por el contrabajista Ernesto Reyes, más conocido por ‘Palma’ (por ser de Palma Soriano), no viajaba al viejo continente.

Después de los años del furor, cuanto todo lo cubano arrasaba, vino la crisis y Cuba pasó de moda. Pero ahora este septeto cubano (contrabajo, guitarra, tres, congas, bongos, percusión menor y voz) ha vuelto trayendo también la fusión y el espíritu de modernidad con el que deslumbraron al nacer hace dos décadas. “Somos menos jóvenes, pero igual de clásicos”, bromea Palma frente a la puerta de Alcalá, a unas horas de su tercer concierto en Madrid este verano después de pasar por Granada, Santander y otro buen número de ciudades de España, Francia, Bélgica y Holanda.

Estamos en plena Plaza de la Independencia, y los músicos gozan y forman lo que forman. Quieren mostrar al periodista la canción que compusieron hace un mes, nada más llegar a la capital española, cuando Madrid sucumbía a la ola de calor Agarran trompeta, guitarra, maracas y algún que otro instrumento a mano, y en plena calle le meten a Abusadora. “Ufff… que calol hacía esos días…Ni en Cuba, compay”, recuerda Cesar El Lento, el tresero del grupo y autor del 60 % de las canciones de Cantan en llano, el disco que vienen a promocionar en esta gira. “Eres una abusadora/ mujer tentadora/ me vas a matar”, canta El Lento, y la gente se para y pregunta. Y ellos siguen… “Abusadora/ con estos calores que está haciendo/ yo quiero mojarme contigo/ abusadora”.

Palma y El Lento son los dos únicos fundadores del grupo que continúan en Los Jóvenes Clásicos del Son, pero mantienen la vitalidad y la sonoridad de los inicios. “Las personas se ponen viejas, pero el son no”.

“Es la esencia, ahí está la raíz de todo”, dice Lázaro Thondike, el vocalista del grupo y también percusionista, que viene de otros mundos y otros ritmos —el jazz, la rumba—, pero que entró de lleno al mundo sonero hace tres años. Igual que la crítica cayó rendida a los Jóvenes hace dos décadas, Lázaro disfruta el son moderno y los acordes singulares de los Clásicos. “En ningún momento se pierden las esencias”, aclara, y eso que Cantan en llano mezcla el son con influencias del jazz, del blues y de otros ritmos. En el repertorio de los Jóvenes Clásicos además del son, que es la madre de todos los tomates, están géneros tradicionales de la música cubana como el changüí y el nengón, la rumba, el bolero o la guaracha. En Madrid, junto a las nuevas canciones recordarán éxitos del principio de su carrera, empezando por No pueden parar (canción que dio título a su primer disco, con el que ganaron un premio de música en Cuba). Habrá también grandes bolerazos, anuncia Palma, pero el que piense que puede apagar el fuego de los Jóvenes Clásicos en medio de los calores del Foro, se equivoca

Los Jóvenes Clásicos del Son. Hoy a las 21.30 en la Sala Galileo.

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