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Desnudos con mucho arte

Miró o Picasso, entre los autores de las 70 obras que expone la galería Francesc Mestre

José Ángel Montañés
'Tres nus en color', la obra de Ramon Rogent que pintó en 1951 y que pudo verse en la Bienal Iberoamericana de Barcelona de ese año.
'Tres nus en color', la obra de Ramon Rogent que pintó en 1951 y que pudo verse en la Bienal Iberoamericana de Barcelona de ese año.

En el proceso de aprendizaje de cualquier artista una de las disciplinas clásicas a superar era la de pintar desnudos, mayoritariamente femeninos, al natural y en cualquier técnica; desde óleo a la acuarela pasando por el carboncillo o el grabado. Por eso, todos los pintores que gozan ahora del reconocimiento y fama, de los clásicos a los más vanguardistas, tienen en sus orígenes obras en las que las figuras se muestran desnudas, la mayoría son actitudes plácidas y relajadas, como si estuvieran descansando, pero también provocativas, eróticas y casi pornográficas, llenas de sexualidad. Un poco de todo esto es lo que muestra la exposición El desnudo en el arte que puede verse en la galería barcelonesa Francesc Mestre (Enric Granadas, 28) hasta finales de septiembre, en la que se han reunido 70 obras realizadas por Picasso, Miró, Guinovart, Martí Alsina, Clarà, Rebull, Domingo, Pidelaserra, F. Gimeno, Arístides Maillol, Togores o Sert, entre otros muchos. Una muestra que nace con la intención, explica el veterano galerista, de “poner en valor artistas poco conocidos, porque la Guerra Civil o la falta de museos ha hecho que pase desapercibida y solo los conozcan cuatro o cinco”. Es el caso del exquisito desnudo firmado por el Torné Esquius, de escasa producción y biografía poco conocida, recuperado recientemente también por el MNAC en su colección permanente con cuatro de sus misteriosas obras.

'Nu assegut', el sensual dibujo que realizó Togores durante su etapa parisina con lapiz sobre papel que se puede ver en la galería.
'Nu assegut', el sensual dibujo que realizó Togores durante su etapa parisina con lapiz sobre papel que se puede ver en la galería.

“Son pinturas de juventud pero de todas las épocas, porque hay autores que cultivaron el desnudo durante toda su vida”, destaca Mestre que relata la pequeña historia que esconde cada una de las obras. Cómo Tres nus en color realizada en 1951 por Ramon Rogent, un autor que falleció en accidente de automóvil siete años después cuando iba a visitar a Picasso en Francia. La obra pudo verse en la Bienal Iberoamericana de Barcelona de ese año con el título Composición, tal y como atestigua uno de los sellos que conserva en su parte posterior y que Mestre enseña gustosamente, mientras destaca que la historia de las obras se conserva en su parte posterior. Cuesta 12.000 euros, pero su tamaño y sus colores intensos no pueden competir con el trazo simple del carboncillo de obras como la de Joan Miró (50.000 euros y la más cara) realizada en 1917, aunque firmada en 1972. “Fue un esbozo de una obra de 1918 que hoy se conserva en Estados Unidos”. La obra de Miró está al lado de otra muy parecida de Enric Cristófor Ricard. “Compartían estudio en esa época en Sant Pere mes Baix, por eso comparten temática y modelo, pero Ricard tiene una seguridad en el trazo que Miró nunca tuvo, aunque Miró fue un gran artista, no cabe duda”, remarca Mestre.

De Picasso pueden verse dos grabados (los dos con los únicos desnudos masculinos de la muestra) realizados en 1966 y 1967 tal y como recuerda la fecha puesta por el artista. “Tenía una facilidad extraordinaria para crear, porque el realizado el 17 de junio de 1967 pone que es la segunda plancha que hacía en ese día”, señala el galerista.

Mestre no deja de pasar por alto los tres desnudos de Esteban Vicente para comentar que una de sus obras preside muchos de los actos de Rajoy en la Moncloa donde recibe a altas personalidades a diario. “Con Zapatero en esa sala había cuadros de Miró, pero al ser catalán supongo que Rajoy prefirió cambiarlos”, comenta divertido.

Muchas de las obras no están firmadas. “Era muy corriente porque los artistas consideraban que el dibujo era como hacer dedos para los pianistas. Tomaban apuntes, ponían la fecha, pero no se firmaban muchas veces. Pero luego sus herederos se encargaban de autentificarlos estampillando su firma hecha con molde. Pero eso no va en detrimento de la autenticidad”, comenta el experto tras mostrar un sello y una firma de Ricard Alsina en una obra de su padre Martí Alsina, uno de los autores más representados en la exposición.

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El dibujo de Joan Miró que puede verse en la exposición.
El dibujo de Joan Miró que puede verse en la exposición.

“Los artistas, excepto los conceptuales, han hecho desnudos todos, porque es una constante en toda la Historia del Arte, la mayoría posturas de descanso llenas de sensualidad, aunque otras bien subidas de tono”. Como las obras de Opisso en las que las modelos están llenas de sexualidad por los cuatro costados. “Las más explícitas las firmaba con seudónimo”, comenta Mestre.

Delante de un pequeño dibujo de Togores, “de la etapa de París, realizado con un solo trazo, en el que hay mucha precisión y ninguna posibilidad de marcha atrás”, recuerda el galerista la anécdota que protagonizó Picasso cuando le preguntaron en una entrevista cuando tardaba en hacer uno de sus dibujos de un solo trazo: “65 años” dijo el genio malagueño, que era la edad que tenía entonces.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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