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El fin de las primas liquida seis de las siete zonas para parques eólicos

Los operadores renuncian a construirlos con la excepción de Gas Natural y Alstom Wind en Terra Alta

Dani Cordero
Parque de la Serra del Tallat, en Lleida.
Parque de la Serra del Tallat, en Lleida. Hermínia Sirvent

Solo una de las siete zonas donde la Generalitat preveía construir parques eólicos tendrá un molino de viento en el futuro. La eliminación de las primas a nuevas instalaciones de renovables propugnada por el Gobierno central ha acabado con las perspectivas de negocio de las compañías que habían ganado el concurso convocado por el Gobierno catalán, que han acabado tirando la toalla. Solo en la comarca de la Terra Alta se mantienen los proyectos previstos: Gas Natural Fenosa y Alstom Wind construirán tres parques con una potencia de 30 megavatios (MW).

Cuando se adjudicó el concurso, en 2010, la Generalitat aseguró que la construcción y explotación de parques eólicos en cuarenta municipios conllevaría una inversión de 1.200 millones de euros. Esa cifra que se ha desvanecido con el tiempo: primero con una suspensión cautelar forzada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y después con la decisión del Gobierno de eliminar las primas a las energías renovables, sin menospreciar la crisis económica.

Cinco años cuatro operadores han manifestado de forma oficial su renuncia a la inversión y solo Gas Natural y Alstom Wind (conjuntamente) mantendrán sus planes y ubicarán tres parques en Batea, Gandesa, La Pobla de Massaluca y Vilalba dels Arcs. Así lo manifestó ayer el Departamento de Empresa, que anunció el inicio de la tramitación de esas instalaciones, lo que podría permitir que las obras empezaran en un plazo de año y medio. Antes tendrán que superarse los procesos de información pública, recogida de alegaciones y las posteriores evaluaciones.

Desde 2013 no se estrena una nueva instalación eólica (en Vilobí, Girona) en Cataluña, que cuenta con una potencia instalada de 1.267,8 MW, muy lejos de los 5.150 MW que debería tener en 2020, según el último Plan de la Energía, pendiente de revisión.

El mapa eólico dejará de ser en el futuro la hoja de ruta que marque dónde se debe instalar la energía renovable. Aunque no tiene apenas tiempo ante las elecciones del 27 de septiembre, Empresa anunció ayer que prepara “una nueva ordenación para el sector de la energía eólica” acorde al nuevo contexto normativo y retributivo que afecta a los operadores de parques.

La patronal que los aglutina, EolicCat, ya le ha trasladado a la Generalitat la necesidad de elaborar un nuevo marco que sea menos acotado al fijado por el mapa eólico, que dé más libertad a las compañías y que se ciña al mapa de viento de Cataluña, aunque después se tengan que efectuar los informes medioambientales pertinentes. Solo así, consideran, será posible promover parques de más de diez megavatios de potencia, que obligatoriamente tienen que construirse dentro de las zonas de desarrollo prioritario fijadas por el mapa eólico. La Generalitat tiene el objetivo de hacer posible una economía no dependiente de combustibles fósiles en 2050.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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