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Los vecinos de Valencia decidirán sobre las inversiones de su barrio

Se congelan impuestos y tasas Se establece un recargo para inmuebles comerciales

Los vecinos decidirán sobre el destino del 20% de las inversiones de barrio en los presupuestos municipales de 2016. Así lo ha decidido el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia, formado por Compromís, PSPV y València en Comú.

El concejal socialista, Ramón Vilar, ha destacado que las líneas básicas que definirán las cuentas del consistorio para el próximo año se asientan sobre base de la participación ciudadana, la congelación de impuestos y la refinanciación de la deuda municipal anunciada la pasada semana por el alcalde, Joan Ribó.

Vilar ha comentado que la primera medida, pero no la única forma de participación prevista, es que se determinará, de manera conjunta con los interlocutores ciudadanos, el 20% de las inversiones en los barrios. "Los vecinos decidirán, no sólo opinarán", ha asegurado el edil, que ha subrayado que será así porque las decisiones que aporten tendrán "carácter vinculante".

El responsable de Hacienda también ha avanzado la intención del equipo de gobierno de mantener la congelación de los impuestos y las tasas, con mecanismos de reequilibrio que harán que no suba la cantidad final a pagar por el ciudadano.

Ramón Vilar ha concretado que en el caso del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), que afecta a un mayor número de ciudadanos y con el que el consistorio recauda más del 60%, el Ayuntamiento bajará su tipo impositivo en un 15% para reequilibrar el valor final. "La voluntad política que subyace es que el conjunto de la ciudadanía tenga los impuestos congelados al mismo nivel del ejercicio 2015", ha manifestado Vilar.

La recaudación seguirá siendo la misma o mayor que el ejercicio anterior. Según el edil se aprovechará la mejora en la gestión de la herramienta catastral y la mejora del padrón, que ha permitido "el afloramiento de solares, inmuebles y otros bienes que no constaban y que ahora pagarán".

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El otro aspecto novedoso es la aplicación de un recargo, en función del uso y actividad que tengan los inmuebles comerciales, un aspecto que ya realizan ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla o Málaga, ha resaltado el responsable municipal.

Los inmuebles afectados serán los locales comerciales cuyo valor catastral supere los 500.000 euros. "No comprendo cómo en Valencia se daba el mismo tratamiento al piso de una familia, de valor catastral, por ejemplo, de 30.000 euros, o a un pequeño comercio o establecimiento familiar, que a una actividad comercial en un edificio de valor catastral superior al medio millón de euros", ha dicho el concejal de Hacienda.

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