_
_
_
_
_
Planes de verano

Abierto en vacaciones

La oferta de planes para disfrutar de agosto en la capital va desde las terrazas con piscina hasta las exposiciones de arte

Sergio C. Fanjul
La exposición 'Voque like painting' en el Museo Thyssen-Bornemisza.
La exposición 'Voque like painting' en el Museo Thyssen-Bornemisza.Gorka Lejarcegi

Madrid y agosto no forman un oxímoron. Aunque muchos madrileños se vayan por estas fechas a la orilla del mar, huyendo del sol manchego y de los arbustos rodantes en las desérticas calles de la capital (desde el comienzo de la crisis menos desérticas), también hay vida inteligente en el Madrid estival, para aquellos que se quedan y también para los turistas: agosto aquí no es temporada alta, pero en los seis primeros meses del año el turismo ha subido un 8%. Estas son algunas ideas para pasar el mes con alegría.

Entre modelos, místicos y agentes secretos

Más información
10 planes para los que se tengan que quedar en Madrid este verano
Cuatro terrazas con arte en Madrid
Lugares para refrescarse en y alrededor de Madrid

La fotografía de moda también puede ser arte: la exposición Vogue like painting, en el museo Thyssen-Bornemisza muestra sesenta imágenes fotográficas de inspiración pictórica, en las que se ve la huella de Constable, Zuloaga o Sorolla. Para darle un contrapunto de austeridad, en el mismo museo se puede visitar Zurbarán, una nueva mirada, un recorrido por la obra del pintor extremeño, teñida de misticismo. El Prado y el Reina Sofía, muestran, respectivamente, diez picassos y la colección moderna del Kunstmuseum de Basilea. Y, en otro orden de cosas, en el Centro Cultural Fernán Gómez se puede visitar Diseñando 007: cincuenta años de estilo Bond, que recoge vestuario, decorados y objetos de las películas del más famoso agente secreto (incluyendo un Aston Martin de los 60) o Diseño: la energía del pensamiento gráfico, una retrospectiva del diseñador Alberto Corazón. El festival PhotoEspaña sigue ofreciendo muestras de fotografía por toda la ciudad durante todo el mes.

Ellos recomiendan

  • Marta Hazas, actriz. Siempre está la opción de refrescarse en el río, a solo 40 minutos del centro de la ciudad, si te escapas hacia Manzanares El Real, cerca de La Pedriza. No está mal agosto en Madrid, más vacío, más villa que en ningún otro momento del año.
  •  Servando Rocha, escritor y editor de La Felguera. Esto es un planazo: Pablo Raijenstein es el mejor mentalista de este país, y tiene un espectáculo alucinante con influencias del mundo del misterio, las sociedades secretas o el ocultismo. Estará el sábado 8 en la terraza de Matadero, con los conciertos de Mal Amigo y DJ Deadwax. Otro plan muy veraniego es visitar el maravilloso jardín de El Capricho y, al salir, tomarse una cervecita en El Chiringuito.
  • Gema Hassen-Bey, deportista paralímpica de élite. Ver la ciudad al atardecer con otra perspectiva desde el monte Abantos, la primera cima que subo en mi proyecto de llegar al Kilimanjaro en silla de ruedas. Está en la zona de El Escorial donde también hay conciertos en verano y se puede tomar algo. Es una de las vistas más bonitas de la ciudad: se domina la ciudad, la meseta, el monasterio de El Escorial y la Sierra Norte.
  • Damián Casado, presidente de la Asociación de Galerías de Madrid. La oferta museística sigue en plena forma en agosto. Además de los imprescindibles del Eje del Prado, añadiría los jardines del Museo Sorolla, del Museo Lázaro Galdiano y los del Templo de Debod. De visita obligada sería, además, el Museo de Escultura al Aire Libre bajo el puente de Juan Bravo en el paseo de la Castellana.

Agua cerca del cielo

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Aquí no hay playa, vaya, vaya, pero hay otras maneras de ponerse a remojo. Por ejemplo, Akua Terraza Lounge, donde se celebran fiestas nocturnas a la vera del agua, o las elegantes piscinas de las azoteas del hotel Oscar Room Mate o el hotel Urban, en las que disfrutar de un cocktail al atardecer. Y luego, claro está, tenemos a nuestra disposición toda la red de piscinas municipales en las que tostarse al sol en un ambiente más popular. Otras terrazas interesantes, ya sin elemento acuático, son la del hotel Me, la del Café del Río (en Madrid Río), la del hotel de las Letras, la del Círculo de Bellas Artes, la de Cibeles o la del Mercado de San Antón, todas cerca del cielo. A ras del suelo tenemos un clásico: la terraza de Atenas, en el parque del mismo nombre, que además ofrece conciertos, sesiones de dj y otros eventos. En la Plaza de Matadero habrá actuaciones musicales de vanguardia.

Vampiros, milagros y viajes espaciales

Verano es tiempo de comedia. En la terraza al aire libre del Teatro Galileo se puede ver la recuperación de un texto no muy conocido de Miguel Mihura, Milagro en casa de los López, en versión de Manuel Gancedo (de lunes a sábado). Spain spain, de Delfín Estévez, es puro surrealismo político sobre un nuevo país que quieren llamar España, los días 5 a 9 en el Teatro del Barrio. El vampiro de la calle Claudio Coello, en el Teatro Alfil hasta el día 6, es otro texto clásico (de Juan Ignacio Luca de Tena y Luis Escobar) versionado por Nacho Marraco que cuenta los extraños sucesos paranormales que ocurren en una elegante pensión situada en dicha calle madrileña. En el mismo teatro, hasta el día 20, se puede uno adentrar en las profundidades del espacio exterior de la mano de la compañía Yllana con su comedia Star Trip. Y en el Fígaro, hasta el 29, una versión de La soga, de Hitchcock, adaptada por Jesús Martínez y dirigida por Nina Reglero.

Extraterrestres y miedo a medianoche

Los cines de verano al aire libre vuelven a estar de moda en Madrid. Comenzando por el más longevo, Fescinal, en el Parque de la Bombilla, que cumple 31 años, a los más recientes, como el de Conde Duque (The Urban Beach Cinema, con ambiente de playa urbana) o el de Cibeles, que además ofrece el ciclo Midnight movies: películas de terror a medianoche. La Casa Encendida ofrece en su terraza el ciclo Marcianadas, que explora la temática extraterrestre. Cine, pero para cantar con él, es lo que ofrece el Teatro Fígaro en su SingAlong: cine y karaoke con filmes como Grease, Dirty Dancing o Moulin Rouge.

Mesa para agosto, marchando

Pablo León

Aunque la huída estival ya no es lo que era, agosto es un buen mes para reservar en cualquiera de los restaurantes de la ciudad. Siempre y cuando permanezca abierto. Tatel (Paseo de la Castellana, 36; 45-50 euros por persona) es uno de los que aguanta todo el mes con las mesas dispuestas. Este restaurante, inaugurado en mayo, ofrece en su carta, ideada por Nino Redruello, comidas y cenas basadas en la tradición: desde boqueroncitos fritos al revés hasta una tortilla trufada. En El Gordo de Velázquez (Velazquez, 80; desde 30 euros) la tradición se mezcla con la cocina de autor en un ambiente muy animado. Además de salmorejo o ceviche de corvina, sus vinos o sus gin tonics en su terraza son muy refrescantes.

Una dirección, un portal y un telefonillo. Estas son las indicaciones que recibes al reservar en la Academia de Despiece (Pozano, 13; menú, 72,50 euros por persona bebida no incluida). "Lo que pasa aquí dentro, se queda aquí dentro", avisan nada más entrar en una pequeña sala donde explican las normas de este lugar (abierto hasta el 8 de agosto). La propuestas, del cocinero Javier Bonet y su equipo, es una mezcla de cena con una clase de cocina, llena de sorpresas, en la que una mesa interactiva, solamente para doce comensales, va explicando cómo debes montar los platos que los camareros-profesores van trayendo. Asgaya (Doctor Fleming, 52; 35 euros) se presenta como la evolución y la revolución de la cocina asturiana y norteña. En su agradable terraza se puede saborear el Cantábrico o mariscos gallego. Todo regado de una amplia selección de vinos.

Hasta el 7 de agosto, se puede visitar Nakeima (Meléndez Valdés, 54; desde 30 euros). En su barra no se admiten reservas y solo hay sitio para unas 20 personas. Ahora es un buen momento para adentrarse en la propuesta de Gonzalo García y Luis Gómez-Bua, cuya carta bebe de la amplia cocina asiática. Aunque lo mejor es dejarse llevar por sus recomendaciones, probar sus nigiris y sus callos thai es casi obligatorio. Un pedacito de helado de Rocambolesc, tras la que están el laureado Jordi Roca (considerado el mejor pastelero del mundo por la revista Restaurant el año pasado) y su mujer Alejandra Rivas; una pizca de Street XO, la barra de David Muñoz, el único cocinero con tres estrellas Michelin de Madrid, o un toque de sabor mexicano en Salón Cascabel, una propuesta de Punto MX, con una estrella Michelin y donde cocina Roberto Ruiz. Todo esto se concentra en la última planta de El Corte Inglés de Serrano (Serrano, 52), en el denominado Gourmet Experience. Además del potente aire acondicionado -que atrae a este centro comercial tanto a señoras de toda la vida como a jóvenes acalorados- las vistas o la carta de cócteles de Street XO hacen más llevadero el rigor estival.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_