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Las autoridades se muestran incapaces de controlar los vertederos ilegales

Estos vertidos incontrolados se dan con cierta regularidad por toda la región, en especial junto a las grandes vías de núcleos urbanos

F. Javier Barroso
Incendio del vertedero ilegal en Valdemingómez.
Incendio del vertedero ilegal en Valdemingómez. ÁLVARO GARCÍA

El incendio de un vertedero ilegal en la zona de Valdemingómez ha puesto al descubierto una realidad medioambiental. Las escombreras pueblan esta zona marginal sin que las Administraciones sean capaces de frenarlas. Estos vertidos incontrolados se dan con cierta regularidad por toda la región, en especial junto a las grandes vías de núcleos urbanos. Una cuneta o un arcén son suficientes para tirar los desechos procedentes de obras o de reformas. El precio que hay que pagar para hacerlo en los depósitos legales hace que mucho desaprensivo opte por bascular el camión en cualquier punto.

El propietario del vertedero ilegal de Valdemingómez, Juan José Escribano, lo dejó muy claro en declaraciones a EL PAÍS: “Lo que estoy haciendo sé que es ilegal, pero no puedo pagar los precios del vertedero oficial”. Ese es el gran problema que argumentan los responsables de los vertidos ilegales. Si el precio en el centro de tratamiento de residuos de Salmedina (situado a dos kilómetros del lugar del incendio) se cobra entre 40 y 60 euros por contenedor, Escribano lo resuelve por 20 euros.

“Son auténticos piratas que se han forrado durante muchos años y que han creado una auténtica mafia entre los transportistas. Buscan cobrar poco y hacerse ricos”, critica Javier Díaz, dueño de una de las grandes empresas del sector (Maconsa) y presidente de la Asociación de Transportistas de Contenedores de Obras de Madrid (Atrascom). Este colectivo acoge a 60 profesionales legales de la región. “El problema es que no se está cumpliendo el plan de inertes de la Unión Europea, porque no se están tratando ni reciclando los residuos antes de tirarlos al vertedero. Pero ni siquiera en los legales”, añade el presidente de Atrascom.

Para Javier Díaz, todo esto está generando “auténticas bombas”. El motivo es muy sencillo. Los contenedores de obra se dejan en la calle y admiten todo tipo de residuos: desde restos de obras a maderas o plásticos. Eso sin nombrar todos los desechos que arrojen los particulares como si fuera un contenedor de basura. “Si todo ese material no se trata, ¿quién nos dice que no haya materiales inflamables que ardan montar algo parecido a lo de Valdemingómez?”, se pregunta Díaz.

El Ayuntamiento de Madrid, con los dos concejales responsables (Inés Sabanés en Medio Ambiente, y José Javier Barbero en Seguridad) al frente, tienen mañana una reunión con los responsables de sus áreas y del Ayuntamiento de Rivas para buscar soluciones a estos vertidos incontrolados en la zona de Villa de Vallecas. “No se buscan soluciones parciales, sino un plan integral, ya que la zona de la Cañada Real es bastante complicada. Eso sí, tenemos que empezar a trabajar cuanto antes para alcanzar soluciones a medio plazo”, reconoce el edil de Seguridad.

Fuentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil reconocen que la mayoría de las denuncias por vertederos incontrolados provienen de esta zona de Valdemingómez, cuya vigilancia resulta bastante complicada. A estos vertidos se une el abandono y el incendio de coches robados. De hecho, el fuego de un turismo sustraído fue el que inició el siniestro en el vertedero ilegal.

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La situación de los vertidos se ha incrementado en los últimos años. La llegada de la crisis es una de las causas de que asociaciones como Ecologistas en Acción haya recibido muchos casos. “Son las denuncias que con mayor frecuencia nos llegan de los particulares”, afirma María Ángeles Nieto, portavoz de Ecologistas. Cualquier zona es adecuada para estos vertidos. Las proximidades de la M-40, los descampados, las zonas de fácil acceso y las vías situadas fuera de los cascos urbanos son las más propicias para ello.

“No hay ningún control ni vigilancia por lo que se puede tirar el escombro en cualquier momento, sobre todo de noche cuando hay todavía más impunidad”, añade Nieto. La asociación ha denunciado diversos puntos en los últimos años. Destacan dos macrovertederos en Pinto y otra zona de vertidos de escombros en Valdemoro. “Este último tiene, además, el grave problema de que acumula amianto, ya que son restos de obra de la empresa Uralita. Lo hemos denunciado muchas veces, pero nadie nos hace caso”, repite la portavoz de Ecologistas.

Otra zona se encuentra en la parte norte de la M-40, en el distrito de Fuencarral, y en una cantera abandonada en Torrelaguna. En esta se cerró el acceso con un candado tras denunciarlo al Seprona, pero los vertidos se siguen produciendo. “Sin duda, el problema más grave llega de la Cañada Real, en la que se están produciendo vertidos de todo tipo y se están contaminando los suelos. Hay mucha desidia y dejadez, agravado por ser una zona muy conflictiva”, concluye María Ángeles Nieto.

El director general de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Mariano González, afirma que el vertido de escombros es un tema que preocupa a la Administración regional. Asegura que toman medidas en tres aspectos: normativo, con la creación de leyes que castiguen las infracciones; divulgativo, con campañas de difusión en contra de los vertidos, y disciplinario, con medidas sancionadoras ejemplarizantes. “Lo que debe quedar claro es que el único culpable de todos estos vertidos es el que los hace. Ni la policía ni la Guardia Civil pueden estar detrás de cada camión ni de cada contenedor”, afirma González. Al igual que Nieto, reconoce que la Cañada Real es un lugar peligroso: “Nuestros agentes forestales no pueden entrar si no van acompañados de la Guardia Civil o de la Policía Municipal”

Una bomba de neumáticos en el límite sur de la Comunidad

Uno de los vertederos más peligrosos que ha denunciado ante todas las Administraciones públicas Ecologistas en Acción es el enorme almacén de neumáticos viejos de Seseña (Toledo). Lo que la mayoría de los madrileños no sabe es que parte de ese vertedero está en la Comunidad de Madrid. Concretamente, una hectárea que se adentra en el término municipal de Valdemoro, según Ecologistas en Acción.

“Lo hemos denunciado ante la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y ante el Gobierno regional de Madrid infinidad de veces, pero siempre hemos recibido la callada por respuesta. Nadie dice nada”, critica María Ángeles Nieto, de Ecologistas en Acción.

“Es un auténtico escándalo porque debería haber un plan para eliminarlos de esa zona y poder reutilizarlo en algo. Nadie se da cuenta de que eso es un auténtico peligro y que, como algún día se incendie, van a tardar mucho tiempo en poder extinguirlo, además del humo tan contaminante que podría generar”, critica la portavoz del colectivo ecologista.

La situación es de tal magnitud que los responsables municipales ni tan siquiera responden los requerimientos de la asociación. El montón de ruedas es visible de la autopista de peaje R-4. “Es uno de los mejores ejemplos de vertidos incontrolados en los que todo el mundo escurre el bulto”, concluye Nieto.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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