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Margallo: “Grecia era sostenible hasta que entró Tsipras”

El ministro de Exteriores sostiene en Barcelona que "fuera de Europa no hay salvación"

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha culpado este jueves al Gobierno de Syriza de la delicada situación de Grecia, que debe presentar dentro de pocas horas a Bruselas un plan de medidas para lograr un tercer rescate y evitar la bancarrota: “El problema de Grecia es el crecimiento. Hasta que entró Tsipras en el Gobierno, el país era sostenible”. Margallo ha asegurado durante un debate en Barcelona que espera que Grecia no tenga que salir de la Unión Europea (UE) pero ha advertido de que la incertidumbre reina en todas las partes: “Nadie sabe lo que va a pasar y estamos hablando de pasado mañana. Todos se están mirando los unos a los otros para ver quién da un paso”.

El ministro ha participado junto al ex presidente del Parlamento Europeo Josep Borell y el catedrático de la Universidad de Barcelona Francesc Granell en un debate sobre los 30 años de la integración de España en la UE moderado por el periodista Xavier Vidal-Folch y organizado por Abertis y el Centro de Información y Documentación Internacionales en Barcelona (CIDOB). Margallo ha comenzado su intervención afirmando que “fuera de Europa no hay salvación” y ha destacado que una de las aportaciones más importantes de la entrada de España a la Eurozona fue que “nos ha obligado a mantener la disciplina”, algo que no ha hecho el país heleno. El ministro ha criticado la actitud de la Administración de Alexis Tsipras sobre lo que ha calificado de “derecho unilateral” de los griegos a celebrar un referéndum: “Es como si yo hiciera una consulta en mi casa y luego fuera a la junta de vecinos a decir que hemos decidido no pagar las cuotas de la comunidad. Pero que mi suegra se viene a vivir, que vamos a ampliar la terraza, que ya no voy a trabajar para poder cuidar a los niños y que eso lo tendrá que pagar alguien”.

“Cataluña ha recibido 33.000 millones de euros desde la entrada a la UE”

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha defendido este jueves que Cataluña es la comunidad autónoma que más inversión pública ha recibido desde la entrada de España a la UE en 1985, en concreto, 33.000 millones de euros. Margallo ha admitido, sin embargo, que el sistema de financiación es “malo”, pero ha afirmado que el Gobierno de Mariano Rajoy no ha podido solucionar este problema porque cuando tomó el poder “nos hemos encontrado con una situación en la que teníamos que evitar ser lo que es hoy Grecia”.

Margallo ha destacado que la UE “acabó con los cuellos de botella” para las comunidades autónomas, pero que aun así algunas como Cataluña y la Comunidad Valenciana están “profundamente discriminadas”. Para arreglarlo se ha mostrado partidario de una reforma constitucional “siempre que sepamos exactamente qué queremos reformar”.

Borrell ha rechazado el símil y ha pedido que los negociadores evalúen con detenimiento los peligros del Grexit: “Si dejan que se monte un caos considerable en una parte de la geografía de Europa tan complicada, es que no están valorando bien los riesgos. Aunque Grecia salga de la UE, seguirá estando donde está y si tiene problemas esto afectará a los países que le rodean”. El político ha recordado que el 95% de las ayudas que ha recibido el país “solo pasaron” por él, “los griegos no han visto un duro porque estas fueron a los bancos”.

Borrell ha afirmado que el problema de Grecia no era de liquidez sino de solvencia, pero que los acreedores, entre ellos la UE, no lo quisieron ver así en un principio porque hacerlo hubiese significado tener que renunciar a parte de lo que debían cobrar. “Los griegos son culpables de muchas cosas, pero no del mal diseño institucional de la Zona Euro. A Grecia se le dieron recetas que empeoraron su situación”, ha asegurado. “Europa debe elegir entre el Grexit o la reestructuración de la deuda”, ha concluido.

Granell ha explicado que entre los Estados de la UE hay dos concepciones. Una, que es la que sigue Alemania, es la de considerar a Europa un “superestado de derecho” en el que la ley debe cumplirse. La otra, es la de creer que “todo es relativo” y que las normas pueden reinterpretarse, en referencia a Grecia. En su opinión, esto es lo que complica la situación y lo que va a hacer “imposible” un acuerdo en los próximos días.

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