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Las joyas ocultas del Grec

A la sombra de los grandes nombres, el festival ofrece muchos espectáculos que no deben pasar desapercibidos

Imagen de' L'últim cabaret', de Kiku Mistu, espectáculo hasta el 12 de julio y exposición hasta el 18.
Imagen de' L'últim cabaret', de Kiku Mistu, espectáculo hasta el 12 de julio y exposición hasta el 18.

Cuando festivales como el Grec de Barcelona ofrecen en su programación un centenar de espectáculos, la selección ajustada a economías y tiempo libre, sea la que sea, siempre conlleva un toque de frustración. Estamos ante acontecimientos que no se permiten fiascos previsibles, ni ofertas de baja estofa, por lo que es prácticamente inevitable dejar de ver espectáculos esenciales, casi ineludibles, de los que es fácil que emerja la arrepentida sensación de desacierto, por no haber sido elegidos.

Por otra parte son ofertas, a veces muy humildes, que compiten con los grandes gurús, como los que hay este año: Serrat, Alain Platel, Wajdi Mouawad, Albert Pla, Pascal Rambert, Diego el Cigala, Jean Claude Carrier, Joglars, Jordi Savall o las parejas Mario Gas-José María Pou o Bárbara Lennie-Israel Elejalde, todos ellos carnaza para fagocitadores de éxitos que, seguros de su buen gusto, no se plantean arriesgarse.

Pero entre unos y otros, siempre están los más débiles. Suelen ser los espectáculos de circo, por aquello del estigma que arrastran. Pero eso se ha acabado.

Tres son los espectáculos de circo que ha programado el Grec. Los tres a destacar por su gran aportación a los nuevos lenguajes con los que expresar este género milenario, atado a un erróneo imaginario colectivo. Il n'est pas encore minuit, es realmente excepcional; como si de un Joan Brossa reciclado se tratara, los poemas visuales que aporta la francesa Compagnie XY no se expresan a través de objetos, sino a través de torres humanas y cuerpos con los que en esta ocasión explora la relación entre el individuo y el grupo, algo que los miembros de XY hacen a diario, ya que se trata de una compañía asamblearia formada por 22 acróbatas que toman sus decisiones tras debatir.

Frente a visuales propuestas circenses hay un teatro de texto de calidad, que sorprende y esconde dentro de sí cargas de profundidad que van directas al estómago. Un teatro que cuenta historias del aquí y ahora, surgidas de algo tan familiar para todos como los aeropuertos que nunca sirvieron como tal, el sacrificio del compromiso, los desahucios, la malversación de recursos, la necesidad de las revueltas, la investigación científica... En esos territorios devastados por los tiempos que nos ha tocado vivir encontramos Bangkok, de Antonio Morcillo; Penso en Yu, de Carole Fréchette; El carrer Franklin, de Lluïsa Cunillé y La tortuga de California de Daniela Feixas. Muy interesante y mucho más marcado políticamente es The Civil Wars, de Milo Rau, espectáculo puesto en pie por el Instituto Internacional para el Asesinato Político donde se dibuja una retrato nada amable de la Europa contemporánea.

Dentro de los espacios para las necesarias y benditas locuras encontramos L'últim cabaret. Un espectáculo/exposición interactivo donde, como homenaje y desdramatización sobre la muerte, surgen reflexiones poéticas y filosóficas analizando los diversos e incluso disparatados usos que pueden darse en los ataúdes.

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Tampoco faltan atractivos experimentos. Ninet'InfernO donde un compositor y director teatral (Roland Auzet), un actor excepcional (Pascal Gregory, el fetiche de Chéreau), un acróbata sorprendente (Mathurin Bolze) y una orquesta sinfónica se sumergen en pasiones amorosas; Aqui.les o l'estupor, un retablo escénico de humor y drama con bailarines, actores y músicos y los dos montajes de la compañía Adrien M / Claire B donde confluyen tecnología, coreografía y artes digitales. Mucho más cercana a la danza está una de las joyitas escondidas del Grec: The Guest, inspirada en el texto de Albert Camus y puesta en pie por la reconocida compañía de danza noruega Zero Visibility Corp.

Y en medio de todo esta macrooferta en el Antic Teatre un importante puñado de jóvenes y emergentes teatreros ofrecen nuevas maneras de relacionarse con el público a través de innovadores formatos escénicos. Como emergente es también la compañía La calórica de la que se empieza a hablar en los circuitos de los enterados gracias a Bluf, premiado en el festival Temporada Alta y con el que acude al Grec.

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