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Están ‘locos’ estos editores

Los responsables de Penguin Random House y Planeta recomiendan “pasión” y “locura” para ejercer el oficio en la celebración de los 20 años del Máster de Edición de la UPF

Carles Geli
Núria Cabutí y Jesús Badenes, durante su intervención en el acto de clausura del 20º Master de Edición de la Universidad Pompeu Fabra.
Núria Cabutí y Jesús Badenes, durante su intervención en el acto de clausura del 20º Master de Edición de la Universidad Pompeu Fabra.CONSUELO BAUTISTA

No se puede enseñar a ser editor, un negocio que en principio demanda alguien prudente, reposado, con los pies en el suelo. Las dos supuestas premisas llevan saltando por los aires en Barcelona desde hace 20 años, cuando arrancó en 1995 el primer Máster en Edición que organizara la Universidad Pompeu Fabra. Unos 900 estudiantes de 20 países distintos después volvió a ocurrir ayer, esta vez en el acto de clausura del curso del vigésimo aniversario, que reunió a los máximos representantes de los dos titanes editoriales en lengua española, la directora general de Penguin Random House Grupo Editorial, Núria Cabutí, y al director general de la división editorial de Librerías del Grupo Planeta, Jesús Badenes, encuentro inimaginable en cualquier otro ámbito industrial (o cultural, o deportivo) en España.

Que dos de cada tres estudiantes de esos cursos estén trabajando hoy en el sector editorial no ha de sorprender si se recuerda que se triunfa con lo que se aprende, que dijo Coco Chanel, según citó el periodista Toni Iturbe, presentador del acto. A ideas arrojadas como botellas de sabio y curtido náufrago por el creador y director, junto a Dolors Oller, del máster, Javier Aparicio (antes agente literario y ahora profesor de Literatura, ensayista y crítico de este diario), Cabutí y Badenes respondieron descorchando sabiduría de oficio. De entrada, recordando al alimón que la clave de la captación del talento en este negocio aún está, por más fantasmas tecnológicos, en el editor. “Sigue siendo fundamental, pero ahora él mismo lo ha de saber encontrar en la Red o en Youtube o en una clase universitaria… Debe tener la vista, el oído, el olfato, el gusto y la mano izquierda más atentas que nunca y en todas las plataformas posibles”, recitó Cabutí parafraseando las virtudes que el inolvidable Josep Maria Castellet dejó por escrito.

“El problema es que el talento del editor debe competir ahora también con el talento que lo hay, y mucho, en otros formatos del ocio, segmento por el que lucha ahora el libro”, apuntó por su parte el directivo de Planeta, que se mostró optimista sobre el futuro de las librerías. “En España, 92 de cada 100 libros se compran en papel en las librerías físicas, cinco se adquieren en papel pero por canales digitales y sólo tres son digitales”. Cabutí fue hasta autocrítica en aras de la supervivencia de ese gremio: “Los libreros deben conocer mejor a sus clientes y nosotros, los editores, mejorar el índice de nuestras devoluciones y ajustar con eficacia nuestras entregas”.

En España, 92 de cada 100 libros se compran en papel en las librerías físicas, cinco se adquieren en papel pero por canales digitales y sólo tres son digitales", apunta Jesús Badenes, de Planeta

Escuchaban inmóviles los alumnos y los que asentían era por ser veteranos del sector: entre ellos, desde los presidentes de la Federación de Gremios de Editores de España y del Gremio de Editores de Cataluña, Daniel Fernández y Patrici Tixis, respectivamente, a agentes literarias como Mónica Martín o editores como Jordi Nadal o Claudio López Lamadrid, en algunos cursos profesores incluso.

Cuando quizá los estudiantes esperaban oír porcentajes o requisitos académicos ante el retrato robot del editor perfecto para el futuro inmediato, Cabutí lanzó sólo un sentimiento: “Pasión: para leer el libro que vais a comprar, para creer en su autor y en lo que cuenta y poder transmitirlo a los demás”. Y cuando se la forzó a un segundo consejo, optó por un “ser atrevido y saltar al vacío a la hora de escoger; y luego, ser paciente para saber esperar”.

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Badenes, más cartesiano, añadió el inglés, conocimiento de nuevas tecnologías, vocación lectora y ser “lo suficientemente desacomplejados para escuchar más a los lectores que querer imponer estándares de lectura”. Y cuando todos habrían querido ya tomar nota de la fórmula, llegó su heterodoxia; y más contundente que su competidora al recordar lo que dijo Steve Jobs a sus alumnos de Stanford en 2005: “Stay hungry, stay foolish” (“Sigue hambriento, sigue imprudente, loco”). Ante los ojos y las bocas bien abiertos de algunos iba inspiracional y ejecutivamente desbocado: “No estéis cómodos con vosotros mismos; los fracasos cuentan poco; tenéis que ser vosotros mismos”. O sea, los grandes directivos de los dos monstruos editoriales españoles demandaban locura a los aprendices de editor…

Los dos grandes directivos de los dos monstruos editoriales españoles demandaron locura y atrevimiento a los aprendices de editor

Un vídeo de velocidad vertiginosa lanzó, tras la charla conjunta, un sinfín de nombres ilustres que habían pasado esas dos décadas por las aulas (de Antoine Gallimard o el editor de Anagrama Jorge Herralde, al expresidente de Penguin, Peter Mayer; de Carlo Feltrinelli al exquisito editor de Farrar, Straus and Giroux, Jonathan Galassi) y de otros a los que su ausencia ya ha convertido en clásicos (de Manuel Vázquez Montalbán al editor de la mítica Pantheon Books André Schiffrin; del editor de Acantilado / Quaderns Crema Jaume Vallcorba, Ana María Moix o el presidente del Grup Planeta José Manuel Lara Bosch, a Antonio López Lamadrid, cuya imagen provocó un ligero escalofrío a quien fuera su socia, compañera y fundadora de Tusquets, Beatriz de Moura, presente en el auditorio).

De entre esas caras que aparecieron en la pantalla estaba la del portugués Carlos da Veiga Ferreira, sentado ayer en primera fila. El prestigioso editor portugués, ejemplo de cómo crear una editorial, hacerla crecer, dotarla de prestigio y venderla en plena vorágine de desenfrenada concentración (Teorema) y volver a empezar con otra (Teodolito), fue quien realizó la primera clase magistral. Un guiño organizativo le llevó a impartir la de ayer también. Y eso le sirvió para recordar que entre los alumnos de hace 20 años tuvo a una tal Milena Busquets (hoy escritora de éxito tras haber ejercido de editora como su madre, Esther Tusquets) y que los editores son, a fin y al cabo, gente normal y corriente y un poco loca, claro. Y lo demostró al recordar cómo todo un gentleman y casi genéticamente suizo Jaume Vallcorba no se había presentado a una cita porque, “sencillamente, se olvidó de su compromiso con motivo de una siesta” o que Toni López Lamadrid le llegó un día con un notable retraso a una cena por querer ver el final de un partido entre Portugal y Holanda…

Y esos locos salidos de una especie humana que, como decía Borges y recordó ayer Da Veiga Ferreira, está extinguiéndose, son en cambio los que hacen las bibliotecas, perdurables, iluminadas perfectamente inmóviles, con volúmenes preciosos… Por si algunos de los asistentes tenía dudas de lo allí oído y visto en esa sesión, a la salida se obsequiaba con otra delicatessen marca de la casa: un breve diccionario de términos de edición español-inglés / inglés-español. Una demostración de que la locura de la edición es un arte… y que algo de ello quizá hasta puede aprenderse.

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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