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Alcaldesa, ¿qué hay de lo mío?

Los barrios aguardan expectantes que el nuevo gobierno que encabeza Ada Colau responda a sus reivindicaciones

Clara Blanchar
Primera rueda de prensa de la alcaldesa, Ada Colau, en Nou Barris.
Primera rueda de prensa de la alcaldesa, Ada Colau, en Nou Barris.Albert Garcia

El pasado día 15, lunes, en la primera rueda de prensa como alcaldesa de Ada Colau, tras las preguntas de los periodistas aguantó, paciente, las intervenciones de media docena de vecinos de Nou Barris. Le preguntaron por cuestiones de vivienda, de seguridad o sobre los locales comerciales que cierran. Le ocurre todos los días: la nueva alcaldesa de Barcelona recibe muchas felicitaciones, asegura; pero ahí donde va el nuevo equipo, los barrios también les leen la cartilla de las reivindicaciones.

De hecho, y campaña electoral a parte, el primer listado de demandas lo pudo apuntar Colau durante el encuentro que mantuvo con la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) a comienzos de mes. Le pidieron que recupere los planes comunitarios del Carmel; que no permita el hotel del Rec Comptal en el Casc Antic; que siente a las entidades financieras para hablar de desahucios en Ciutat Meridiana; que presione para abrir la residencia Alchemika del Camp de l’Arpa, para impedir la privatización del hospital Clínic; que legalice los barrios de Collserola o que cubra la ronda de Dalt en Montbau. “Me llamo Ada sin hache, no podemos hacer magia pero sí cosas entre todos”, respondió. Antes, alguien, acertadamente, intervino para alertar del riesgo de que los barrios se enfrenten entre ellos.

Apenas hace una semana que Colau y su equipo tomaron posesión del cargo y los barrios (¡73!) están expectantes a la respuesta del nuevo gobierno a sus demandas. La victoria de Colau obliga a las entidades vecinales y a los movimientos sociales a resituarse ante un consistorio que, a priori, será más sensible las demandas, muchas incluidas en el programa electoral. Y obliga al Ayuntamiento a cuidar mucho los gestos: con quién se reúne primero para no herir sensibilidades, cómo afronta las protestas o cómo y con quién y cómo teje complicidades.

El presidente de la FAVB, Lluís Rabell, sabe que los barrios esperan mucho de Colau y entiende que “habrá paciencia pero en algunos casos la situación puede ser complicada para el nuevo ejecutivo”. Rabell menciona en primer lugar “los puntos calientes del verano, como la Barceloneta, donde el riesgo de que los vecinos tengan motivos para estar enfadados existe y los instrumentos del Ayuntamiento son limitados”. “No porque el Ayuntamiento no tenga la voluntad de intervenir, sino porque el problema heredado es grande”.

Rabell considera que “en general” hay un interés en que el nuevo Ayuntamiento intervenga en las “medidas de emergencia social”, como son la vivienda, lucha contra situaciones de pobreza infantil… “Son demandas compartidas para apaciguar las situaciones más graves de los barrios populares”, relata. También será básico, a su juicio, “que se pueda trabajar rápidamente en un nuevo reglamento de participación ciudadana y arranquen procesos participativos en temas donde el tejido social ya está disponible”, como en el eje Pere IV, la definición de nuevos usos de la cárcel Modelo, la reurbanización del entorno de La Sagrera o el parque de los Tres Turons. Otro capítulo serán las infraestructuras que pide la ciudad pero que no dependen de Barcelona.

Mientras, Rabell aplaude gestos como la intención de revisar las multas de la ordenanza de civismo: “Es una señal de que habrá un abordaje distinto de la línea anterior [del alcalde Xavier Trias (CiU)]”; o el carpetazo a los Juegos Olímpicos de Invierno. “Hasta países como Noruega han desistido. Es un evento artificioso que pide grandes inversiones públicas para infraestructuras que resultan insostenibles”, sostiene.

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La lista de demandas es interminable. A las reivindicaciones ya citadas en este texto se pueden sumar las del distrito de Nou Barris, autodenominado “cabreado”, la revocación del Plan de Usos de Ciutat Vella, el nuevo de Poble-Sec y el Pla Paral.lel, resolver la saturación del entorno de la Sagrada Familia, el futuro del cine Niza, la eterna no resolución del plan urbanístico de Vallcarca, los equipamientos que faltan en la Fabra i Coats, la rehabilitación de Can Ricart, los asentamientos de subsaharianos en antiguas naves de Sant Martí o la patata más caliente de todas: el futuro de Can Vies.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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