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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Unió: ¡sálvese quien pueda!

Los nuevos rebeldes independentistas de UDC ayudaron a Duran a derrotar a los secesionistas de El Matí. La insubordinación a destiempo siempre es sospechosa

Cuando el barco de Unió se hunde, los primeros en huir son los autodenominados independentistas. Perece que todavía quedan independentistas dentro de Unió, pero ¿cuáles son sus credenciales? ¿Qué hicieron los que ahora, a pocas semanas de convocar unas elecciones, dicen formar parte del “sector independentista”, cuando hace ya unos años Unió depuró el sector crítico soberanista de El Matí? ¿Por qué evitaron utilizar la palabra independencia en el pasado 25º Congreso de 2012 y menospreciaron la candidatura de Vila d’Abadal, que se mostró sin ambages partidario de una Cataluña independiente?

Mientras Duran ejercía de lobista en Madrid y su sombra  cobijaba a todos los cuadros del partido, las diatribas del líder contrarias al independentismo dejaban indiferentes a los actuales  independentistas 

Mientras Duran ejercía de lobista full time en Madrid y su sombra de animal político cobijaba a todos los cuadros del partido, las diatribas del líder en contra del independentismo dejaban absolutamente indiferentes a los actuales impetuosos independentistas de Unió. En cambio, cuando a Duran le quedan pocos telediarios (y menos telenotícies), aquellos que fueron incapaces de denunciar públicamente su estrategia de mosca cojonera del independentismo ahora huyen de él como alma que lleva el diablo. A tres meses vista de las elecciones y al grito de ¡sálvese quien pueda! los nuevos independentistas democratacristianos abandonan a un líder que va acumulando ceros a la izquierda y abrazan apasionadamente a un presidente Mas que todavía cotiza en el mercado electoral, aunque en su día le robara el delfinato a Duran.

El colectivo El Matí, que organizó para el 23º Congreso de Unió de 2004 una candidatura alternativa a Duran liderada por Vicenç Pedret, denunció los pactos entre CiU y PP, la falta de democracia interna y ya apostó por una Cataluña soberana. Cinco años más tarde, en 2009, se disolvió como corriente interna al comprobar que sus tesis no avanzaban en el seno del partido y se convirtió en una asociación, presidida por el exdiputado Carles Puigdomènech, para apoyar, desde fuera y transversalmente, iniciativas favorables a la plena soberanía de Cataluña. Finalmente, a finales de 2012 y tras comprobar por enésima vez la repulsa de las tesis independentistas en el último congreso, los miembros de El Matí decidieron abandonar el partido al sentir “una insoportable contradicción permanente”. Los cuadros de Unió que ahora se han transformado repentinamente en defensores del independentismo fueron activos colaboradores de Duran para depurar a aquellos que, sin hacer cálculos electoralistas, les precedieron.

El colectivo El Matí, que organizó para el 23º Congreso de Unió una candidatura alternativa a Duran liderada por Vicenç Pedret, denunció los pactos entre CiU y PP, la falta de democracia interna y  apostó por una Cataluña soberana

Otra víctima de los actuales dirigentes de Unió conversos al independentismo fue Josep Maria Vila d’Abadal. En el congreso de mayo de 2012 el que fue alcalde de Vic presentó una candidatura en la que se atrevió a afirmar que “España no puede ser regenerada”, que “el horizonte confederal ha quedado superado” y que hay que apoyar iniciativas que “desde una voluntad unitaria defiendan la independencia de Cataluña”. Justo lo que proclaman ahora los dirigentes del “sector independentista”, pero en aquel Congreso, para sobrevivir políticamente, decidieron apoyar sin fisuras la candidatura de Duran, que defendía, en cambio, “la confederación como un marco idóneo para la expresión de nuestra soberanía”, “el estado federal en materia económica, financiera y fiscal” y la “viabilidad actual del sistema utilizado por la Corona de Aragón hace más de 800 años”. Y cuando Duran criticó sin compasión lo que llamó “ficción independentista” y caricaturizó el debate sobre la independencia de Cataluña calificándolo de “simplificador”, los que ahora lucen la chaqueta del independentismo no le recriminaron en público y asintieron. Vila d’Abadal también acabó largándose de Unió y trabajando para la independencia desde fuera del partido. Los resultados de la rocambolesca pregunta a la militancia de Unió del pasado 14 de junio demostró que Duran ya no controla el partido como antes. Ganó la opción que defendía el líder de Unió, pero por un estrecho margen de votos.

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Los nuevos independentistas, que contribuyeron a derrotar a los independentistas de antaño con prácticas que vulneraban las reglas básicas del funcionamiento democrático interno de los partidos, sufrieron las consecuencias del engendro que crearon. Los nuevos rebeldes independentistas de Unió no solo llegan muy tarde, sino que han sido cómplices de actitudes y comportamientos para combatir el independentismo de dentro y de fuera de Unió. La insubordinación a destiempo siempre es sospechosa, pero aún lo es más cuando se produce a pocas semanas de convocar una elecciones y a pocos días del anuncio del presidente Mas de una candidatura para el 27-S que puede borrar del mapa electoral a Unió y premiar fidelidades personales. ¿Independentistas o especialistas del escapismo político?

Jordi Matas Dalmases es catedrático de Ciencia Política de la UB.

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