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La crónica de baleares
Crónica
Texto informativo con interpretación

Maestros, un poder verde y republicano

Los docentes están en ayuntamientos, consejos y el Parlamento balear

José Ramón Bauzá desafió a la marea verde.
José Ramón Bauzá desafió a la marea verde. Tolo Ramon

“Respeten la mayoría de la sociedad que ha optado por la libertad”. El presidente José Ramón Bauzá (PP) repitió su mantra y ahora toma su medicina. En la SER, en 2013 y 2014, a Àngels Barceló y Pepa Bueno les dijo: “El Gobierno defiende la ley y los profesores tienen que cumplirla, y, si no les gusta, que se presenten a las elecciones”.

Dicho y hecho. El PP ignoró la masa crítica de la marea verde contra los recortes y el trilingüismo impuesto. Con 100.000 personas en la calle de las cuatro islas Baleares, el guardián de Bauzá, Antonio Gómez, aventó: “Este Gobierno no dará un paso atrás”. Vio en niños agentes exteriores y pancatalanistas. “No representan el sentir popular”, dijo.

Con las vacaciones escolares, bastantes maestros comienzan otra carrera, en la reválida de sus sueños, en un reto nuevo.

Por mérito social y compromiso personal muchos educadores comprometidos en nombre de otros —padres y alumnos— han amanecido actores de la política. Tienen voz y voto que se transformarán en leyes o acuerdos de las izquierdas, decidirán, gobernarán.

Muchos profesores y algún estudiante son o serán autoridades en equipos de gobierno y en los plenos. Son republicanos y progresistas, alternativos, catalanistas o independentistas.

Con las alas de las papeletas y el aliento de un movimiento sin siglas han entrado en los ayuntamientos, consejos, Parlamento. Llegaron con las carpetas de los exámenes y las notas en una mano y en la otra el programa de Gobierno.

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La falla política la causaron la corrupción y la marea verde. En otras urnas, —con rosas o espinas— la ciudadanía, implacable, puntuará otra vez.

Los maestros son sus enunciados. El alcalde ecologista de Pollença, Miquel ÀngelMarch, fue elegido entre exámenes. El cerebro del ramo de los socialistas es su hermano, Martí March, parlamentario.

Los profesores Joan Xamena, del Bloc, y Colau Barceló, de MÉS, dirigen Felanitx. Calvià, es del edil del PSOE Alfonso Rodríguez. Dominan en Manacor, Llucmajor, Inca, Son Servera, Porreres. En Ibiza, el edil Rafa Ruiz es docente. Las camisas verdes están en Ciutadella, en Maó, en medio Menorca y en Formentera.

No hay paisaje sin enseñantes en la res publica. Los senior Pere Carrió, Toni Ramis y en Manel Domènech, listarán a esos maestros — “muchas maestras”—, ciudadanos republicanos en el sentido francés y de 1931.

En Palma, en Cort, en el Consell, en el Parlamento, están Lluís Apesteguia, Bel Busquets, Salvador Aguilera, Miquel Perelló, Miquel Comas, líder de Som Palma, o Mercè Borràs, jubilada.

En el paréntesis entre la docencia y la política, la diputada y profesora Laura Camargo, de Podemos, dejó sesiones negociadoras con PSOE y MÉS para atender exámenes en la universitat UIB, da Pragmática y Estudio del Significado. En la misma mesa y con correcciones, figura la parlamentaria econacionalista y profesora de Derecho Margalida Capellà, que tiene tendidas en su casa dos camisetas de la marea.

La mudanza del 24-M es un vuelco de campana. Los docentes tienen voz y voto directo en el corazón de la realidad, cubiertos de la autoridad y la razón que dan los ciudadanos. Se marcó un final, un cambio de vía.

Los maestros, estigmatizados con leyes de símbolos, decretos y expedientes, han replicado. Se quiso dominar su voz y su marea. Bauzá creó un adversario social y lo alimentó. La camiseta verde es un escudo militante y protector. Los ahora políticos pasarán del deseo a la práctica.

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