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Caballeros madrileños

Sastrerías, clubes privados o clases de oratoria. El ‘gentleman’ de la capital se adapta al siglo XXI

Xavi Sancho
The Apartment, sastrería de la calle Claudio Coello.
The Apartment, sastrería de la calle Claudio Coello.SAMUEL SÁNCHEZ

En menos de un mes se han sucedido en Madrid dos eventos articulados alrededor del concepto de caballero. Ambos acontecimientos han tenido una duración limitada y se han ubicado en espacios emblemáticos de la capital, como el palacio Miguel Ángel (Miguel Ángel, 25) y El Ateneo (paseo del Prado, 21). En los dos, además de acciones promocionales de las firmas que decidieron invertir sus dineros en acontecimientos ampliamente publicitados pero de aforo reducidísimo y de objetivos vitales realmente concretos (el universo gentleman no es exactamente algo accesible a una gran mayoría, ni tampoco algo destinado a crear un efecto transversal en ninguna sociedad), se ha abordado el tema del vestir, el de la oratoria, el de la cultura empresarial, el de la barbería o el de la gastronomía más exquisita. Ambos vienen a certificar el impulso hacia la actualización de la idea de caballero, su reformulación y el inusitado interés que parece despertar entre esa facción del público masculino que, una vez ya supo deletrear exfoliante y se vio capaz de comprarse la ropa interior sin tener que llamar a su madre o su pareja desde la tienda para preguntar cuál era su talla, necesitaba dar un paso hacia adelante. O un paso a un lado, con el fin de poder ver despreocupadamente las modas pasar, en este caso.

Juan María Galiacho, autor del blog El aristócrata y fundador de un club privado para 35 miembros.
Juan María Galiacho, autor del blog El aristócrata y fundador de un club privado para 35 miembros.SAMUEL SÁNCHEZ

“Toda iniciativa que promueva que el hombre se preocupe por su estética y evolucione en su forma de vestir es muy buena para el sector, ya que podemos tener más ilusión por evolucionar y ver que las nuevas creaciones tienen éxito”, celebra Lander Urquijo, cabeza de la firma que lleva su nombre, una de las firmas de sastrería más célebres de la ciudad. “Nos sentimos precursores de este gran movimiento que ha llevado a que nuestro negociado esté en un momento tan dulce. La sastrería actual se diferencia en varios puntos importantes de la anterior. En primer lugar, la preocupación del consumidor por el detalle y la personalización. Otro punto importante es la preocupación por el tipo de corte, más al cuerpo y con líneas más anatómicas que en el pasado”.

Con el fin de ahondar tanto en las nuevas demandas del público como en el abanico de opciones que a este se le pueden ofrecer antes de que se le puedan siquiera pasar por la cabeza, la marca ha abierto un espacio llamado The Apartment dentro de su tienda de la calle Claudio Coello, 65.

Tomando como punto de partida estas premisas, la nueva elegancia de caballero entra totalmente en sincronía con este universo del gentleman que, desde la ropa hecha a medida y los efectos sobre la psique de quien la viste, ha armado un discurso sin fisuras al que incluso las más grandes marcas del lujo internacional se han sumado.

Ya no les basta a esos grandes conglomerados vender la misma ropa cara a los mismos millonarios, porque cada vez hay más millonarios cuyo principal hobby es comprar ropa cara. Así pues, lo que se demanda hoy es algo único, y eso en el terreno del vestir masculino lo otorga solo la sastrería. Con un poco de suerte lograremos que los ricos vuelvan a parecer algo estéticamente admirable. “Evitar los logos, no queremos parecer un hombre anuncio”. Esa es la primera frase que sale de la boca de Juan María Galiacho, autor del blog El aristócrata y fundador de un club privado para 35 miembros, entre los que se encuentra gente como Rafael Medina, duque de Feria y marqués de Villalba, cuando se le pregunta sobre las normativas básicas del vestir del caballero del siglo XXI. Galiacho es uno de los participantes en La Cátedra, el evento armado en El Ateneo y que termina hoy.

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Algunos de los asistentes a 'La Cátedra', jornadas que terminan hoy en el Ateneo
Algunos de los asistentes a 'La Cátedra', jornadas que terminan hoy en el AteneoSAMUEL SÁNCHEZ

Su labor ha sido componer una suerte de decálogo en el que se dan las pautas para vestir como un caballero. Enseña Galiacho, también autor del libro Manual del perfecto caballero, cómo mezclar rayas y cuadros, o cómo escoger el corte de una chaqueta. Pero también arremete contra el traje con mocasín o hace una defensa del calcetín osado: ante el riesgo a que el incauto pueda sentir que se halla ante un universo excesivamente codificado, el último punto de su decálogo ofrece un agradecido alivio: “Trato de explicar cómo vestir de sport, porque, al final, es más complicado vestir así que ponerse una corbata. Cualquiera puede ponerse una corbata”.

Pero la sastrería, aunque sea el elemento central de todo este movimiento, no es el único que lo sostiene. Por ejemplo, en La Cátedra también se han dado lecciones de oratoria. El encargado ha sido Javier Bernad, fundador del centro de entrenamiento para hablar en público Speak & Span y responsable del blog Hablando en público.

Ha mostrado a un reducido público —casi todo profesionales liberales de entre 30 y 50 años— a cómo manejarse en público, tanto con la voz como con la expresión corporal. Bernad opina que su inclusión en un evento alrededor de esta nueva y patrocinada realidad del caballero tiene toda la lógica del mundo: “Creo que está en total sintonía con los otros talleres. Todo se complementa. He escuchado de fondo a Galiacho y he aprendido mucho sobre cómo vestir un traje y lo que este hace a tu forma de andar y comportarte, e incluso he ido a catas de whisky y he visto cosas que pensaba que solo se asociaban al vino. Al final, todo son elementos de un mismo universo”.

Este universo premium en todo su esplendor es el mismo que se desarrolló en el Oxley Gentlemen Club que vivió su segunda edición en el palacio Miguel Ángel. Ahí, en un espacio que recreaba los clubes para caballeros británicos de principios del siglo XX, se escenificó este nuevo y viejo mundo a los caballeros (y aspirantes) madrileños del siglo XXI. “El caballero de la capital se diferencia en tres elementos”, informa Bernad. “Es muy clásico en el vestir, casi literal. También está muy orientado hacia el mundo de la empresa. Finalmente, tiene un hablar sin inflexiones vocales, neutro, sin apenas acento”. Para Galiacho, este caballero madrileño, si quiere realmente disfrutar de todo este nuevo universo que parece creado para él, pero al que aún parece darle cierto apuro acercarse, “debe desprenderse de su timidez y no tener miedo a destacar”.

Después de todo, no estamos hablando de clasicismo, sino de elegancia, y esta no se entiende sin un punto de locura. Al menos así la concibieron los británicos, los mismos que fabrican los whiskys y las ginebras que nos quieren enseñar a ser verdaderos caballeros del siglo XXI.

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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