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Con el mundo en el bolsillo

Las propuestas imprescindibles de Sonar +D, el ámbito multimedia experimental del festival

Dos joves al Festival Sónar 2015.
Dos joves al Festival Sónar 2015. Massimiliano Minocri

Llévate tu lugar preferido en el bolsillo. Aquellos que añoran su patio, la huerta de la abuela o el bosque donde jugaban de pequeños, podrán llevarlo en el móvil convertido en un panorama de realidad virtual si Datum Explorer, el proyecto del estudio de animación londinense Universal Assembly Unit, se convierte en una aplicación comercial. Por el momento, en Sonar +D se puede experimentar su prototipo, la reproducción virtual de una foresta de Sussex (Gran Bretaña) en todos sus detalles con el añadido de los animales, el único elemento fantástico de este fiel duplicado, donde también los sonidos pertenecen al entorno real. “Es una especie de juego vivencial, estructurado como una experiencia más que una lucha o una carrera. La idea es que cualquier lugar pueda reproducirse y transportarse”, aseguran los miembros de Universal Assembly Unit.

La realidad virtual, un vestigio de finales de los años 80 vuelve con fuerza también en otros proyectos como el clip musical para el grupo holandés Steye & the Bizonkid, creado por WildVreemd, un estudio puntero en la investigación de nuevos lenguajes audiovisuales. “La realidad virtual supondrá para el mundo del audiovisual la misma revolución que los auriculares provocaron en la música”, asegura Marouscha Levy, productora de WildVreemd. En su stand, tras equiparse con un visor, el visitante puede sumergirse durante cuatro minutos en un vídeo que ofrece una visión a 360º y la sensación de participar físicamente en la acción. “La tecnología de realidad virtual apareció demasiado pronto, cuando aún no había la capacidad de crear entornos atractivos. Era una tecnología imprecisa, cara, pesada y muy fea, hasta que recientemente la compañía Oculus VR (adquirida por Facebook por 2.000 millones de dólares) la rescató para convertirla en una herramienta precisa y asequible desde todos los puntos de vista. La única pega es que no es muy participativa, genera entornos inmersivos individuales, que encierran el usuario en sí mismo”, indica Antonia Folguera, la aventurera digital (por su propia definición), responsable de contenidos de la web de Sónar. La versión comercial de los cascos de realidad virtual Oculus Rift estará pronto a la venta. Mientras tanto quien no haya podido asistir en Augsburgo (Alemania) a la gran intervención de Lab Binaer en una gigantesca nave industrial textil, podrán consolarse con su reproducción en una maqueta, donde a través de una acción de mapping audiovisual se desgranan el glamour y el lado oscuro del mundo de la moda.

En su línea de rescate de viejas glorias, una de las características del festival, Sónar ha fichado para la conferencia de clausura el escritor estadounidense Bruce Sterling, considerado junto con William Gibson uno de los padres del ciberpunk, un subgénero de la ciencia ficción que tuvo un momento de auge tras la publicación en 1984 de Neuromante. Tras reciclarse abrazando las nuevas tendencias en domótica y el denominado ‘Internet de las cosas’, Sterling, que encontró en Turín (Italia) su tierra prometida, acaba de lanzar el proyecto pilota Casa Jasmina, junto con el italiano Massimo Banzi, cofundador con David Cuartielles, de la plataforma Arduino, uno de los inventos más exitosos y versátiles de los últimos años. Casa Jasmina, un piso inteligente conectado a través de tecnologías open-source, permitirá experimentar la integración de objetos y dispositivos electrónicos conectados, para conciliar las propuestas visionarias con las exigencias cotidianas. “El análisis que puede aportar un pensador como Sterling es fundamental, aunque Sónar más que un espacio de reflexión es un ámbito de práctica y experimentación”, asegura José Luis de Vicente, comisario de Sónar +D.

Para acabar desde el mundo de los museos llega Julia Kaganskiy, directora de New Inc, la incubadora del New Museum de Nueva York, que explicará cómo se puede rediseñar una incubadora de start up desde el mundo del arte. Tampoco falta el factor institucional con BCN Lab, la apuesta del Ayuntamiento de Barcelona para la conexión de sus ciudadanos y STARTS (Science, Technology, Arts), una iniciativa de la Comunidad Europea para la creación y financiación de equipos de artistas e investigadores creativos.

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